El Presidente bajará el perfil durante un tiempo indeterminado y se orientará a recuperar la empatía con los votantes a través de encuentros de cercanía.
Tras la derrota en las PASO, el presidente Alberto Fernández modificará su manera de comunicar de cara a la campaña para las elecciones generales. Bajará el perfil durante tiempo indeterminado y se orientará a recuperar la “empatía” con los votantes, a través de encuentros de “cercanía”, con algunos actos.
El diagnóstico en el Frente de Todos sobre los motivos del revés en 17 provincias es amplio y depende de la mirada de cada sector, e inclusive de cada dirigente. Unos apuntan principalmente a la situación económica, otros al malestar por la pandemia, y muchos responsabilizan, también, a la baja en la imagen de la figura del Presidente.
Mientras se pone en marcha una fuerte inyección de fondos y una apertura de las restricciones para brindar “mayor libertad”, como describió un funcionario, también se modificará el perfil público de Alberto Fernández, que se orientará “más a escuchar que a hablar”, según detallaron fuentes oficiales.
El plan, previsto por tiempo indeterminado, es que el primer mandatario protagonice un acto importante por semana, como ocurrió el miércoles en José C. Paz; y que se focalice principalmente en contactos directos en el territorio. Así, encabezará reuniones “íntimas”, como ocurrió este mediodía en Pilar, donde Alberto Fernández decidió no participar, como estaba previsto, del evento de lanzamiento de PreViaje para personas mayores que encabezaron el ministro de Turismo, Matías Lammens, y la titular del PAMI, Luana Volnovich. En cambio, se dedicó a conversar con los jubilados que estaban presentes. “No les prometió nada, sólo los escuchó”, dijeron en la Casa Rosada.
Por la tarde, Alberto Fernández siguió con la misma dinámica en la Casa Rosada, donde recibió durante dos horas a Maximiliano Sánchez, un estudiante wichi nominado al premio Global Student Prize 2021. El Presidente había visto la postulación en un noticiero el 9 de septiembre, y pidió que se hicieran los arreglos para encontrarse con el joven después de las elecciones. Conversaron largamente y luego el primer mandatario lo llevó a recorrer el palacio gubernamental.
En la campaña ya no se plebiscitará la gestión pre-PASO y Alberto Fernández no estará en el centro de la escena. En cambio, la carrera hacia las Generales se descentralizará en las provincias, y las actividades de la gestión nacional, que se pensarán en clave proselitista, serán comunicadas principalmente por el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y los ministros. Esta semana provocaron fuerte repercusión las declaraciones del flamante titular de Seguridad, Aníbal Fernández, quien relativizó la derrota del Frente de Todos en las PASO.
Los cambios se producen después de la derrota en las PASO, que derivó en una sacudida interna. El ala kirchnerista responsabilizó principalmente al Presidente y forzó cambios inmediatos en el Gabinete, a pesar de que el primer mandatario quería realizarlos después de las elecciones generales, en noviembre. En esa retirada, también se vio eyectado el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi, su hombre más cercano, luego de que la vicepresidenta Cristina Kirchner lo cuestionara duramente en una carta pública. Fue reemplazado por el -ahora ex- director de Publicidad Oficial, Juan Ross. También salió el secretario de Comunicación y Medios Públicos, Francisco Meritello. Su lugar será ocupado por Valeria Zapesochny, que responde al jefe de Gabinete, Juan Manzur.
Esta semana el Presidente habló en público dos veces. La primera fue el lunes, durante la jura de sus nuevos ministros, donde planteó un mensaje de unidad desde el Museo del Bicentenario e intentó mostrar fortaleza. La segunda se produjo el miércoles, cuando encabezó un acto en José C. Paz, uno de los pocos distritos bonaerenses donde el Frente de Todos obtuvo resultados favorables. Emitió un discurso medido, centrado en las críticas a la oposición. En paralelo, se expidió en alocuciones protocolares, grabadas, ante la Asamblea de Naciones Unidas.
El último intento de mejorar la problemática comunicación presidencial se había esbozado hace cuatro meses, luego de que el primer mandatario recibiera duros cuestionamientos por un improvisado discurso donde habló sobre el origen de los argentinos, los brasileros y los mexicanos. Pero desde entonces no se generó “un método” para organizarla. Tras el fuerte golpe en las PASO, en el Gobierno aseguran que esta vez, los cambios se harán efectivos.
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