Cecilia Devanna

Con las reuniones que tuvo entre este martes y miércoles con diputados y senadores respectivamente, el Gobierno da por cerrada la presentación “formal” de lo que busca en el período de sesiones extraordinarias que se extenderán hasta el próximo 21 de febrero. En especial, lo que tiene que ver con su objetivo central: la derogación de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Sin embargo, tras los dos encuentros que encabezó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en el oficialismo empiezan a admitir que “el punto de acuerdo es que no haya PASO”, y reconocen que estarían dispuestos a habilitar la suspensión en caso de no alcanzar los votos para eliminarlas.

Los primeros sondeos del panorama parlamentario proyectan que en 2025, por primera vez en la última década, no haya primarias, por lo que se pasaría directamente a los comicios generales. “Eventualmente de cara a 2027 se verá otra cosa, pero por ahora habría acuerdo en que este año no haya PASO”, dijeron fuentes oficiales a LA NACION.

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En la reunión del martes con los jefes de bloque de Pro, Cristian Ritondo; de la UCR, Rodrigo de Loredo, y del MID, Oscar Zago, se impuso sobre todo esa idea, aunque con argumentos variados. Pro alegó que buscarían ir en coordinación con lo planteado en la Ciudad de Buenos Aires por Jorge Macri, quien presentó un proyecto de ley para suspender las primarias locales. En tanto que la UCR sostuvo que la herramienta de las PASO es necesaria, pero pidió modificaciones para bajar sus costos. El costo de la organización y el despliegue de las elecciones primarias sería de 150 millones de dólares, calcularon en la Casa Rosada.

Algo similar se vivió ayer en el encuentro con senadores, en el que estuvieron los senadores Ezequiel Atauche (La Libertad Avanza); Alfredo de Angeli, Enrique Goerling Lara y Carmen Álvarez Rivero (PRO); Pablo Blanco (UCR); y Carlos Espínola (Unidad Federal).

Después de la presentación formal del temario, la mira ahora está puesta en las reuniones de tareas parlamentarias que habrá en los próximos días, mientras que para el 4 y 5 de febrero se espera el trabajo en comisión por el tema PASO y el 6, su tratamiento en el recinto. En tanto que para la semana del 11 se empezará a trabajar con la misma dinámica, pero buscando avanzar con los otros seis proyectos que componen el temario enviado por el Gobierno.

En el temario, además de la posible eliminación de las PASO, está el proyecto de ficha limpia, otro de los que habría puntos de acuerdo, pero cyou paso por Senado sería muy complicado; también la ley anti mafias (tiene media sanción en Diputados y dictamen de comisión en el Senado), los regímenes de reiterancia y reincidencia, el texto de juicio en ausencia y el proyecto de ley sobre compensación e índice de actualización de quebrantos.

De los siete proyectos, cinco deben pasar por ambas cámaras, pero antimafias y el pliego del juez Ariel Lijo sólo deberán ser tratados solo por el Senado. Tanto el pliego de Lijo, como el de Manuel García Mansilla, un paso más relegado, son una de las grandes incógnitas de cara a lo que viene.

En las conversaciones pendientes, tanto en Diputados como en el Senado, tendrán roles activos la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzabal y el vicejefe de Gabinete Ejecutivo, José Rolandi. Ambos conservan una aceitada relación con los legisladores tras el tratamiento de la Ley de Bases.

Por la disparidad de temas y posiciones, en la sede de Gobierno admiten que para conseguir los votos para las distintas aprobaciones se deberá trabajar en “distintos marcos de alianzas” buscando apoyos y votos por afuera. “Se irá caso por caso”, sostienen.

Aunque sin mayores precisiones, ni formalidades, admiten que por lo bajo hay algunos contactos con el peronismo. Al tiempo que con Miguel Ángel Pichetto, de Encuentro Federal, afirman que “no hay problemas” a pesar de su determinación de no asistir a la Casa Rosada al encuentro que conovocó Francos.