Quedaron entrampados en la discusión por el Presupuesto y ahora tratan de salvar las ropas. Enojo de dialoguistas. La encerrona de Macri y los planes de CFK.
Por Gabriela Pepe.
Amagaron con ser articuladores de la oposición, pero terminaron recluidos en sus territorios y en tensión con los bloques del Congreso que erigieron como sus defensores. Con el ojo puesto en las encuestas, una mayoría de gobernadores se bajó de la batalla con Javier Milei y hasta se resignó a gestionar sin la sanción del Presupuesto, por segundo año consecutivo.
“Ojalá el Gobierno les cumpla algo de lo que les prometió a los gobernadores que hoy movieron fichas para que no se hiciera esta sesión. Les tengo una mala noticia: si hay algo que ya mostró es que muy mal pagador de los compromisos”, recriminó el socialista Esteban Paulón en el recinto de Diputados, el martes 26, cuando naufragaba el intento por rechazar el DNU 846, que eliminó las restricciones para el canje de deuda pública en dólares.
Todos los espacios opositores habían sufrido bajas. El bloque de Unión por la Patria (UP) había perdido seis soldados por obra del catamarqueño Raúl Jalil y el santiagueño Gerardo Zamora. Lo mismo había pasado en el bloque Encuentro Federal, de Miguel Ángel Pichetto, donde influyen el cordobés Martín Llaryora, el entrerriano Rogelio Frigerio y el chubutense Ignacio Torres. Sobre los radicales disidentes de Democracia para Siempre, de Facundo Manes, operaron el santafesino Maximiliano Pullaro, el jujeño Carlos Sadir, el chaqueño Leandro Zdero, y el correntino Gustavo Valdés.
La Casa Rosada había presionado y los gobernadores habían logrado levantar a los suyos con la esperanza de sentarse a negociar el Presupuesto 2025. Los que bajaron al recinto volaban de bronca. El rionegrino Martín Soria se refirió a los mandatarios como “arrastrados”. En el bloque de UP apuntaban contra Jalil: "Impresentable". Nicolás Massot había discutido con Frigerio. A Manes tampoco le gustó que los cinco de los 12 diputados que se llevó a Democracia para Siempre, se comportaran como antes en la bancada de la UCR. Los gobernadores, en su negociación paralela, los habían dejado sin poder de fuego.
“Si creen que LLA no les va a armar listas en las provincias están mal de la cabeza. No se llevaron un peso y encima les van a ir a pelear a sus distritos”, apuntaba un referente legislativo que se sentó en el recinto a sabiendas de que la sesión iba camino al fracaso.
Frigerio había convencido a Mauricio Macri de que había que desactivar el rechazo al DNU sobre la deuda. El mandatario entrerriano quería privilegiar la negociación por el Presupuesto. Sus pares lo siguieron en ese razonamiento: insistían en una negociación a la vieja usanza, un toma y daca entre las provincias y el gobierno nacional. Esta vez, con respeto proclamado por el equilibrio fiscal. Tenían agendado un diálogo con la Casa Rosada para el lunes 25, pero ese día nadie los llamó.
El martes 26, con la sesión en el aire, voceros de Balcarce 50 filtraron que había decidido convocar a sesiones extraordinarias. Dijeron que se estaba “discutiendo” la inclusión del Presupuesto. “Hay un cambio de actitud, empezaron a abrir algunas puertas”, se entusiasmaron en la Ciudad de Buenos Aires. El amague duró pocas horas.
“Los gobernadores se acordaron tarde de negociar. Hubo muchas instancias de diálogo”, apuntaban al día siguiente en Balcarce 50, donde sumaban, además, que el manejo de la deuda por parte del Gobierno también beneficia a las provincias. Si baja el riesgo país, los gobernadores pueden salir a tomar deuda con mejor tasa. Reinaba la tranquilidad.
Con habilidad, el Gobierno había llevado a los mandatarios a un callejón sin salida. Al filo del fin de las sesiones ordinarias estaban sin Presupuesto ni posibilidades de marcarle la cancha a Milei con una acción opositora coordinada, con el Presidente de nuevo alto en todas las encuestas. Un escenario inédito.
La coincidencia de CFK y Pichetto
Milei recién arrancaba el mandato cuando Cristina Fernández de Kirchner publicó el documento “Argentina en su tercera crisis de deuda”, con duras críticas al modelo económico libertario. Vislumbraba un escenario de crisis e imaginaba una respuesta articulada entre los gobernadores y el Congreso. Sugería delinear una estrategia parlamentaria común. Pero también prendía luces de alarma.
“Son muy novatos”, decía la expresidenta sobre los gobernadores que tenían que lidiar con un Presidente que ya había dado muestras de desprecio por la institucionalidad. Advertía que Milei no tenía "tradición política, ni anclaje territorial, nada que perder”. La misma lectura tenía Pichetto. Le preocupaban los signos de inexperiencia ante una situación tan novedosa. Veía síntomas de desorientación política.
La articulación entre sectores duró poco. El Gobierno aprendió rápido a romper bloques y puentes de discusión colectiva. En el ala opositora sólo se mantuvieron unos pocos de Unión por la Patria, Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Ricardo Quintela (La Rioja) y Sergio Ziliotto (La Pampa). De aquellas grandes reuniones en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), se pasó a encuentros más chicos. Las iniciativas colectivas se desinflaron. “Está cada uno metido en lo suyo. Se negocia uno a uno, es bilateral”, se lamenta un hombre que chatea con varios mandatarios.
La última reunión convocada en el CFI, el 14 de noviembre, fue una muestra de esa dinámica. Los armadores fueron Kicillof y Torres, que mantienen un ida y vuelta permanente. El chubutense encabeza el ala más dura entre los ex-Juntos por el Cambio. Pero está “bastante solo” en la cruzada opositora. Aquella tarde sólo se les sumó Melella y el resto participó vía Zoom. Sin expectativas de articular una propuesta conjunta, se limitaron a hacer “un intercambio” de relatos sobre la situación de cada distrito. No pasó nada más.
En JxC se quejan de que Milei no les devolvió de ninguna manera el apoyo legislativo. “Les dan más a los peronistas que a nosotros”, dicen. Por detrás, está el objetivo del Gobierno de quedarse con una parte del peronismo. Es relativo. Hasta el 15 de noviembre, Milei había repartido $48.300 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN). La provincia que más recibió fue Misiones, con transferencias por un total de $13 mil millones. En segundo lugar quedó Entre Ríos, con $6.800 millones, seguida por Tucumán, que consiguió $6.500 millones. Los otros beneficiados fueron Chubut, Jujuy, Santa Fe, Corrientes, Santa Cruz, Catamarca y Salta. No hubo plata para ningún opositor duro.
De “la primaverita” al largo verano de Milei
Es sabido lo que pasó con la popularidad de algunos gobernadores que intentaron confrontar con Milei en una primera instancia. El cordobés Llaryora se desplomó en las encuestas de Córdoba. “¿Y a mí para qué me sirve pelearme con Milei?”, le preguntó alguna vez a Kicillof el neuquino Rolando Figueroa, sentado sobre las regalías de Vaca Muerta.
Sondeos en mano, los gobernadores entendieron que la popularidad del Presidente “no era una primaverita” y que ya pintaba para ser “un verano largo”, apalancado en la estabilidad y la baja de la inflación, según el análisis que circula en una provincia de la región Centro, donde Milei sigue por encima de los 50 puntos en las encuestas.
La nueva irrupción de CFK en escena también cambió el tablero. Algunos gobernadores creen que la polarización de la expresidenta con Milei ocupa de tal forma el lugar opositor que no deja espacio para el camino que habían empezado a transitar los mandatarios, con Kicillof como uno de los protagonistas.
“Cristina acapara todo y nosotros no podemos quedar pegados a ella”, dicen cerca de uno de los gobernadores de la oposición dialoguista que se sacó fotos este año con Kicillof. Convencida de que no habrá Milei más allá de 2027, la expresidenta trabaja para armar listas de opositores duros en 2025. No quiere más escenas de “transfuguismo político” en las bancas del peronismo. Ya se mueve para armar en todo el país.
Los gobernadores se bajaron de la pelea nacional para cuidar sus terruños. Temen un tsunami libertario que les complique la gobernabilidad. El PRO quedó atrapado en la guerra entre Milei y Macri. La Casa Rosada no desacelera. Las Fuerzas del Cielo, que responden a Santiago Caputo, dejaron un mensaje en Twitter que muestra lo que piensa el asesor presidencial sobre el expresidente. Cree que solo le interesan los negocios. “No te vamos a dar la hidrovía, Mauricio”, escribieron como respuesta a la crítica del PRO por la caída de la ley de Ficha Limpia, en supuesto acuerdo de los libertarios con Cristina.
La referente de Karina Milei en la Ciudad, Pilar Ramírez, tiró nafta al fuego y este sábado y acusó al macrismo de oportunista. Ramírez arma la oposición a Jorge Macri a cara descubierta. Hace meses que el jefe de Gobierno le advierte a su primo que Milei se quiere quedar con su distrito.
En Corrientes le va peor al radical Gustavo Valdés. Aunque fue aliado del Presidente desde el primer día, ahora mira cómo la Casa Rosada haces meses que charla con el peronista díscolo Carlos Camau Espínola para que sea su candidato a gobernador en 2025. En el entorno de Cristina miran con sorna la suerte de los dialoguistas: cree que Milei “se los va a comer a todos”. En las provincias prometen que “la oposición dura arranca después de las elecciones 2025”. La encabezarán los que hayan quedado en pie.
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