No quieren que peleas externas, les compliquen sus provincias. Este lunes la catamarqueña Corpacci tampoco se dejó ver en la reunión que hubo en su provincia.
Los recibió en su despacho, les ofreció un ágape pero Lucía Corpacci, gobernadora anfitriona, no se apareció en público con el clan peronista que viajó a Catamarca a montar una -otra- exhibición de unidad.
Mirá tambiénSergio Massa va a un fonoaudiólogo: quiere endurecer la voz para ser candidato en 2019
El recelo de Corpacci, que en la recepción privada -no se distribuyeron fotos oficiales del encuentro- habló de proponer la unidad donde el PJ esté desunido, replica la lógica que perfiló en la cumbre de Gualeguaychú, Entre Ríos.
A esa tenida no fue Gustavo Bordet y despertó quejas de dos ex gobernadores entrerrianos, Jorge Busti y Sergio Urribarri, que ubicados en las antípodas renegaron del tono político de ese encuentro. En criollo: a ningún gobernadores ni jefe territorial le simpatiza que vendan de afuera a gestionarle acuerdos o generales disputas.
Menéndez, Alberto Fernández, Agustín Rossi, Felipe Sola, Fernando Navarro y Daniel Arroyo, entre otros, en el encuentro de Catamarca
En esa clave, Corpacci mandó a avisar que ella no había armado el encuentro del G7, que debutó en la UMET en febrero y este lunes sumó al octavo pasajero: Gustavo Menéndez, jefe del PJ bonaerense. Mandó a algunos referentes y se mostró cordial pero, a su lado, deslizaron que la cita no le aportaba demasiado: "Acá el peronismo está unido".
Mirá tambiénTras Gualeguaychú, arman una cumbre para pedir unidad del PJ
Del G7 participan Agustín Rossi, Felipe Solá, Alberto Fernández, Daniel Filmus, Fernando "Chino" Navarro, Víctor Santa María y Daniel Arroyo. Ese scrum encarnó en febrero pasado la primera juntada panperonista. En Catamarca, se agregó Menéndez, alcalde de Merlo y presidente del PJ de Buenos Aires.
Hubo otras postales. Un eje K junto a Alberto Rodríguez Saá y los Moyano se reunió en San Luis y el espacio anti K, que rechaza la unidad total, se juntó coordinado por Miguel Pichetto y Diego Bossio.
En el envión último, hubo altas y bajas: a Menéndez le pidieron que no vaya si pensaba hablar de la "unidad de todos" y Sergio Massa envió algunos delegados, al igual que estuvieron referentes del randazzismo como Florencia Casamiquela.
Un diputado del Frente Renovador se negó a ir: Felipe Solá. "No fui porque no estoy de acuerdo porque votaron la reforma previsional, después ayudaron al gobierno con el DNU y también protegieron a (Luis) Caputo", le dijo Solá a Clarín.
"Menos mal que no fui porque el documento que emitieron me parece muy inoportuno, en algunos párrafos parece de la UCeDé", apostilló y dijo no entender la posición del eje Gualeguaychú de oponerse abiertamente a la unidad.
Solá y Menéndez, que se sumó a la juntada del G7. Lo habían invitado a Gualeguaychú pero luego lo desinvitaron.
El desembarco del G7 en Catamarca reflejó, más allá de la voluntad de empatía, la sensibilidad de los jefes territoriales que priorizan la resolución de sus acuerdos internos. La mayoría de los mandatarios peronistas, de hecho, desdoblará las elecciones y no quieren que factores exógenos a sus provincias alternen sus acuerdos.
Catamarca tiene un valor agregado: la elección general podría ser en marzo de 2018 por lo cual la primaria local sería en diciembre.
Bordet, que tiene a sus diputados en el Bloque Justicialista, blanqueó este lunes su intención de ir por la reelección justo horas después de que Urribarri y Busti, cada uno a su modo, se quejen de la cumbre en Gualeguaychú. "Que Pichetto vaya a Río Negro a ver cuando votos tiene", apuntó Busti. "Obstaculizan el futuro de Gustavo Bordet, puesto que dejar afuera al Kirchnerismo de una eventual propuesta, significa perder la elección", señaló Urribarri.
El pampeano Carlos Verna mandó a decir la semana pasada que no tiene en agenda que el sector que se juntó en Gualeguaychú haga una próxima cumbre en La Pampa.
Comentá la nota