Herrera Ahuad recibió a Cristina y sale de gira con el candidato presidencial, que lo necesita para tener mayoría parlamentaria. La sombra eterna de Rovira.
La neutralidad no fue un buen negocio para Carlos Rovira, presidente de la Cámara de Diputados de Misiones e histórico líder del Frente Renovador para la Concordia, que gobierna la provincia desde 2003 con distintos gobernadores.
En las primarias de agosto su lista legislativa obtuvo el piso histórico de 23 puntos y terminó tercera, detrás del Frente Todos y de Juntos Por el Cambio, con 35 y 25 puntos respectivamente. Una derrota histórica, a sólo cuatro meses de haber ganado la provincia con una diferencia inédita, nada menos que ante el senador Humberto Schiavoni, presidente del PRO.
Preocupado, Rovira abandonó la tercera vía local, llevó al gobernador electo Oscar Herrera Ahuad a reunirse de urgencia con Alberto Fernández y lo sumó a su campaña hasta el 27 de octubre, cuando intentará que Todos escale de 56 a 62 puntos en Misiones y supere la media del resto de las provincias.
El otro objetivo es que la lista corta quede segunda y retenga dos de las tres bancas que puso en juego y se garantice un bloque de 4 en diciembre. Otras dos irían para el peronismo y Cambiemos se quedarían sin nada. Si se repiten los números de las primarias el oficialismo local sólo obtendría una asumiría como diputado Alfredo Schiavoni, hermano de Humberto.
Rovira, jefe de los renovadores misioneros, quiere que Alberto saque 62 puntos en octubre y Cambiemos no obtenga diputados. En diciembre lo ayudaría con el quórum en el Congreso.
Alberto es el primer interesado en ese desenlace: la victoria apabullante de agosto, de repetirse, no le alcanza para tener mayoría propia en Diputados y ya gestiona un bloque aliado para controlar el recinto, un requisito indispensable para mostrarse fuerte ante los acreedores.
Confía en el santiagueño Gerardo Zamora, con 7 diputados y 3 senadores; y en Herrera Ahuad, quien estuvo invitado en la cumbre con la UIA y la CGT en Tucumán, junto al gobernador Juan Manzur. Ambos participarían de alguna de las próximas giras por el exterior de Fernández.
El sábado 7, Cristina presentó el libro "Sinceramente" en Posadas, con una primera fila de unidad: se mostraron el intendente anfitrión Joaquín Losada, la diputada kirchnerista Cristina Brítez y su colega Ricardo Wellbach, del Frente para la Concordia. Todos la aplaudieron.
Fernández tiene claro la diferencia entre un aliado circunstancial y uno permanente, como fueron los partidos provinciales durante el último gobierno de Cristina Kirchner. Suelen no pedir algo a cambio de cada ley, sino establecer un vínculo permanente que no ponga en duda el apoyo a cada ley enviada por el Ejecutivo.
Alberto necesita esa mayoría para imponer una agenda los primeros meses de gestión, que puede incluir algún aval parlamentario para reprogramar deuda y aliviar la abultada carga de vencimientos de los primeros meses de 2020.
Rovira, además, puede aportarle dos senadores nacionales: el ex gobernador Maurice Closs y Magdalena Solari Quintana, suficiente para grantizarle un cómodo tránsito en la Cámara alta. Empezaría su etapa albertista.
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