Glamour, farándula y kichnerismo, el circulo "celeste y blanco" de Scioli

Glamour, farándula y kichnerismo, el circulo

Encabezó una cena en Costa Salguero con peronistas, Kicillof, Zannini, Johnny Allon y Bilardo.

Daniel Scioli inauguró anoche lo que denominó como el "círculo celeste y blanco", una contraposición al "círculo rojo" que supuestamente apoya a Mauricio Macri.

En una coqueta cena en el predio porteño de Costa Salguero, el ex motonauta juntó a la primera plana del peronismo con figuras de la farándula, el deporte y de medios opositores para juntar fondos en el último tramo de la campaña.

Tinto Luigi Bosca y Johnny Allon fue la explosiva combinación del gobernador bonaerense, que reunió a más de 3 mil personas en el evento conducido por Sergio Goycochea y Victoria Onetto, pese a que el cubierto costaba entre 2500 y 10.000 pesos, a elección.

La plantilla de miembros fundacionales del círculo celeste y blanco la integraron tanto empresarios clase B, Teté Coustarot, Acero Cali, Alejandro Awada (cuñado de Macri) y Carlos Salvador Bilardo, como Carlos Zannini, Axel Kicillof y Miguel Ángel Pichetto, a quien mandaron a una mesa a diez metros de la principal.

Peor ubicación logró Antonio Caló, que horas después de haber sido imputado por lavado de dinero encima debió bancarse que lo mandaran más cerca del baño que del epicentro, ocupado por la fórmula presidencial, Axel, Wado de Pedro -que cuchicheaba con Alberto Pérez-, el ultrasciolista Gabriel Mariotto y los gobernadores.

El titular de la CGT oficial, que en la cena anterior estuvo sentado en la mesa principal, debió conformarse con una silla contra otros gremialistas como Omar Vivíani, el moyanista Omae Plaini, Sergio Sasia y Víctor Santa Maria.

Scioli habló después de Mariotto, Kicillof, que vaticinó un triunfo del kirchnerismo en primera vuelta y Zannini, que mientras brindaba un discurso soporífero amenazó con que podía "hablar horas" de lo que había hecho el Gobierno.

El ex motonauta habló de su "agenda del desarrollo" sin ofrecer ningún adelanto sustancioso, mencionó a casi todos los gobernadores -algunos suenan para ocupar ministerios en si virtual gabinete- y elogió especialmente a Juan Manzur, que ganó las elecciones de Tucumán un mes después de los comicios de esa provincia.

Buena parte de los asistentes se retiró después del discurso de Scioli, aún antes de que sirvieran el ojo de bife braseado que ni Alberto Samid, el Rey de la Carne, se quedó a degustar.

 

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