En el concurso de caballos peruanos hubo más participantes de lo esperado.
Mientras el aroma a asado se mezclaba con el del guano en el predio albardonero, en el lugar había dos focos de atención bien delimitados. Por un lado estaban los animales en plena competencia, un espectáculo imperdible en el que se unió la delicadeza del caballo peruano a la hora de avanzar, con la prestancia del jinete que lo guiaba. Pero por otro, a mucha gente le llamó la atención cómo preparaban a los caballos antes de entrar al predio principal. Este año sorprendió la cantidad de exponentes que llegaron desde otras provincias.Tan es así, que varias de las personas que habían en el lugar, eran de afuera. Sin embargo, como el espectáculo era gratuito, muchos de los lugareños aprovecharon la mañana para distenderse y tomar unos mates mientras observaban a los animales de mayor calidad del país.
Esta fue otra de las características de la competencia. La alta calidad de los animales sorprendió tanto a los organizadores como al jurado. Y, según dijo Walter Lima, al frente de la organización, esto responde al apoyo que San Juan tiene de la Asociación Argentina de Caballos Peruanos.
Además de caballos, la gente también pudo ver productos artesanales y degustar platos típicos como empanadas, pasteles y chorizos a las brasas. Todo acompañado con buen vino bien sanjuanino.
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