Las cuestiones ventiladas por el ministro Villegas en la sede del Soeme fueron confirmadas con las apariciones del video que se conoció como la mesa antisindical.
Las cuestiones ventiladas por el ministro Villegas en la sede del Soeme fueron confirmadas con las apariciones del video que se conoció como la mesa antisindical o Gestapo antisindical.
En aquella reunión, que ocurrió el 15 de junio de 2017 en las oficinas que el Banco Provincia tiene en CABA, se pueden ver claramente las presencias de Marcelo Villegas (exministro de Trabajo), Roberto Gigante (exministro de Infraestructura), Adrián Grassi (exsubsecretario de Justicia de la Provincia), el senador Juan Pablo Allan, Julio Garro (intendente de La Plata) y otros empresarios de constructoras.
En esa grabación promueven el armado de causas contra los principales referentes sindicales de la provincia de Buenos Aires y hasta exponen la mecánica de los mismos para no fallar en su objetivo.
Tal es la vehemencia de los dichos en ese encuentro que el ministro de Trabajo aclara que “si yo pudiera tener una Gestapo para terminar con todos los gremios, lo haría”, a lo que el intendente de la ciudad capital provincial redobla la apuesta y asegura que en este tipo de casos “hay que negociar con la bala en la mesa”.
Cabe destacar que los videos de esta reunión fueron encontrados por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y forman parte de la denuncia presentada por la exinterventora del organismo Cristina Caamaño. Durante la reunión, los funcionarios de Cambiemos acordaron en detalle con los empresarios y con el Poder Judicial comenzar a armar causas en conjunto para atacar a sectores gremiales. Uno de los esquemas propuestos consistía en que las propias dirigencias empresariales generaran tensión con los trabajadores para que los sindicatos tomasen medidas de acción que terminaran por paralizar las obras.
El operativo de grabación de esta reunión en la sede del Bapro se hizo con la aprobación tanto del gobierno bonaerense como del nacional, y muestra la impunidad que tenía en este sentido Mauricio Macri, quien no dudó en montar la estructura necesaria para escuchar a los integrantes de la reunión, que se suponen sus aliados en esta cruzada, pero espiar a propios y extraños era el estilo del exmandatario.
Para ello, un grupo de personas ingresó a la sede del Banco Provincia y fueron habilitadas por una mujer, quien les informó que tenían una hora y veinte para completar el trabajo, que era la colocación de cuatro cámaras en distintas esquinas y un micrófono en el centro de la mesa, escondido en el yeso del techo.
Más tarde siguieron apareciendo audios, como el del subcomisario Hernán Casassa, quien amplía la lista de implicados e incorpora los nombres de María Eugenia Vidal, el exministro Cristian Ritondo, el procurador Julio Conte Grand y el exjefe de Gabinete bonaerense Federico Salvai. “Por orden de Ritondo, buscaban toda la información para empapelar las causas”, señala en uno de los audios aportados por la AFI.
Los hechos quedaron demostrados ante la Justicia, que ahora deberá determinar cómo procede con los implicados y con los jueces que los persiguieron y encerraron.
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