El expresidente dio la orden de poner la embestida contra Juan Pablo “Pata” Medina en manos de Gustavo Arribas. Patricia Bullrich, Germán Garavano y otros exministros asistieron a la reunión. La AFI estuvo detrás de todo desde el primer momento.
El cónclave que disparó la persecución a sindicalistas durante el macrismo, encarnada en una mesa judicial que se encargaba de armar causas contra gremialistas que no eran del agrado del anterior gobierno, fue casi una reunión de gabinete.
Ahora se sabe, en efecto, que no solo Mauricio Macri (por entonces presidente) y Gustavo Arribas (quien era el número 1 de la Agencia Federal de Inteligencia) estuvieron presentes allí: altas figuras de aquel gobierno, como Patricia Bullrich y Germán Garavano, tomaron parte en dicho encuentro inicial, en el que Macri dio la orden de montar un embate coordinado.
Bullrich era en ese momento ministra de Seguridad del gobierno de Macri; hoy preside el PRO, el partido que fundó el exmandatario. Garavano era titular de la cartera de Justicia. También estaban en esa reunión, en la Casa Rosada, los ministros de Trabajo y de Transporte del gabinete nacional, Jorge Triaca y Guillermo Dietrich respectivamente.
Así lo reveló ayer el diario Página/12, en base al testimonio de un participante de ese cónclave, que tuvo lugar el 4 de mayo de 2017, 42 días antes de la famosa reunión secreta en la sede porteña del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro), en la que el exministro de Trabajo bonaerense, Marcelo Villegas, instruía a empresarios sobre la forma de generar causas judiciales contra sindicalistas, acompañado por el ministro de Infraestructura provincial, Roberto Gigante, y por el subsecretario de Justicia, Adrián Grassi.
En manos de “Gustavo”
“Desde ahora, el que queda a cargo de coordinar esto es Gustavo”, dijo Macri en el encuentro en la Casa Rosada, refiriéndose a Arribas, que estaba presente. También estaba allí el propio Villegas, el mismo que dijo que le gustaría tener “una Gestapo para terminar con los gremios”, bautizando así, sin saberlo, a la mesa judicial que hoy se conoce como “Gestapo antisindical” y que para la Justicia Federal de La Plata (que lleva adelante la investigación) habría constituido una asociación ilícita.
La presencia de cuatro ministros del gabinete de Macri, además de Villegas, en esa reunión en la Rosada muestra que la “Gestapo” no funcionó exclusivamente como un desprendimiento (ilegal) del gobierno de María Eugenia Vidal en la Provincia, sino que fue constituida por orden del propio Macri y comandada por la AFI, bajo el conocimiento de altos funcionarios de la administración nacional.
La fuente que reveló los detalles de la reunión al periodista Raúl Kollman dijo que la presencia de Guillermo Dietrich y el resto de los ministros nacionales se debió a que la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) dificultaba con sus reclamos el avance de la obra de electrificación del ramal Constitución/La Plata del ferrocarril Roca y la construcción de rutas.
La filial platense del sindicato era conducida entonces por Juan Pablo “Pata” Medina, quien se convirtió en el principal blanco del gobierno de Macri. Pocos días después, espías de la AFI iniciarían una serie de maniobras de espionaje sobre Medina y su familia; tras la reunión de la “Gestapo” en la sede del Bapro, una denuncia redactada precisamente en el lenguaje aconsejado por Villegas derivó en la creación de una causa judicial contra el “Pata” y en su detención a fines de septiembre.
También usaron a la UIF para perseguir
La persecución judicial a los gremios por parte del gobierno de Mauricio Macri empezó antes de la reunión en la que el expresidente ordenaba poner todo en manos de la AFI. Ya para entonces, otro organismo oficial, la Unidad de Información Financiera (UIF), había puesto la mira sobre los sindicatos, buscando información que permitiera iniciar expedientes contra figuras relevantes.
Así lo revela un informe requerido por el Tribunal Federal que investiga la acción de la “Gestapo antisindical” y que fue remitido por la propia UIF. Allí se detalla que ya en abril de 2017, la entidad, que por aquellos días conducía Mariano Federici, se dedicó a hurgar en las cuentas de los sindicatos en busca de señales de lavado de dinero o desvío de fondos.
¿Por qué en abril de 2017? Porque poco antes se había producido el primer paro general contra el gobierno, y los gremios se habían convertido en el enemigo número 1 de Macri. También de María Eugenia Vidal, quien gobernaba la provincia de Buenos Aires. Ambos multiplicaron sus apariciones televisivas en las que calificaban a los gremialistas de “mafiosos” y proponían acabar con ellos.
El informe obrante en la Justicia revela que la UIF de Federici investigó a 148 asociaciones sindicales y a 171 personas físicas relacionadas con la actividad gremial.
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