El gobernador de Jujuy confirmó que buscará ser candidato a Presidente en 2023. Además, cree que el radicalismo debe llevar a Juntos por el Cambio "al centro, no a la derecha" y considera clave llegar a un acuerdo con el FMI.
En 2015, Morales puso fin a la hegemonía peronista en la provincia desde el retorno de la democracia. En diálogo con El Cronista, revela que quiere ser presidente de la UCR este año y buscará postularse en 2023. Igualmente, no reniega de su vínculo con Alberto Fernández y cree que es fácil criticar para quienes no tienen un cargo ejecutivo.
-¿Cómo ve al Gobierno? ¿Cree que desvía la mirada de la salud y la economía como prioridades y se concentra en otros temas, como la justicia?
Sí, a mí me llamó la atención la designación en Justicia. Yo no conozco a Soria, pero me llamó la atención lo que dijo el ex gobernador (Alberto) Weretilneck y la opinión que nos llega de Río Negro. Espero que actúe en el marco de la definición de políticas públicas y no como una expresión de una facción.
Después bueno, mi actitud como gobernador es acompañar al gobierno nacional en todos los desafíos. En la pandemia hemos trabajado muy bien. Primero en la gestión Ginés, ahora con Carla Vizzotti también. Así que no tenemos mayores inconvenientes allí.
Con relación a la economía, me parece clave el acuerdo con el FMI. De modo que si el presidente decide convocar a gobernadores, voy a estar acompañando y firmando. Ese acuerdo con el Fondo es vital para nuestra economía.
-Y si los convocan como oposición, ¿deberían consensuar una posición internamente dentro de Juntos por el Cambio?
Sí. Tenemos un encuentro presencial de Juntos por el Cambio el martes, vamos a discutir varios temas. Pero más allá de lo que se resuelva, los gobernadores tenemos que acudir al llamado del gobierno si es que el gobierno lo hace. Lo único que va a cerrar la grieta es que podamos actuar en temas de políticas públicas, particularmente en esto del endeudamiento. Ahí tenemos responsabilidad todos, el kirchnerismo, el peronismo, Cambiemos. Tenemos que actuar unidos como una sola expresión frente al mundo y el FMI.
- El gobierno propone dialogar sobre la deuda, ¿qué otros temas se podrían sumar para que exista ese consenso que tantas veces se menciona?
Los gobernadores tenemos la cabeza en la gestión. Para mí el camino es el norte grande por ejemplo. El tema es que la mesa de diálogo está bastante desarticulada de ambos lados: ni el Gobierno ni la oposición tienen una personería unificada. Entonces primero hay que resolver la interlocución e institucionalizarla.
Después, sobre los temas, me gustaría que tengamos un plan maestro, cuáles van a ser las inversiones para los próximos 50 años, y que eso sea respetado por los gobiernos que vengan. Es una buena oportunidad para salir de la grieta, que profundizan sectores radicalizados tanto del Gobierno como de la oposición.
- Horacio Rodríguez Larreta y usted han acompañado al gobierno nacional desde el inicio de la pandemia. Otros dirigentes de Juntos por el Cambio han sido más críticos. ¿Es más fácil serlo cuando no se ocupa un cargo ejecutivo?
Sí, esos son de los temas que tenemos que ordenar en la oposición. Porque a quienes nos toca gestionar tenemos una relación insustituible provincia-nación, lo mismo con los municipios. Un país se gobierna dialogando. Si no, no somos un país serio.
- En la convención radical de Gualeguaychú, en 2015, usted advertía que el PRO podía asentarse sobre el mismo electorado que el radicalismo. Después del paso por el gobierno, ¿hoy es más pareja la relación de fuerzas entre ambos partidos?
Sí. Obviamente el Pro ha tomado nuestro electorado en algunos de los distritos más importantes que teníamos, como la ciudad de Buenos Aires, también en el área metropolitana. En Gualeguaychú dije además que teníamos diferencias ideológicas. Las tenemos. El radicalismo cree en el Estado, el Pro cree menos. Acá estoy construyendo escuelas públicas, porque la única posibilidad de garantizar igualdad es el ascenso social a través de la educación.
- ¿El PRO no cree tanto en la educación púbica?
Con el PRO... tenemos algunas diferencias. Por ejemplo, en nuestra gestión con Mauricio dejamos de lado la política de viviendas sociales. Nos traían planes que eran para implementar en Vicente López o San Isidro, acá es diferente.
Una cosa es gobernar la ciudad de Buenos Aires y otra cosa la República Argentina. Ya nos pasó con (Fernando) De la Rúa y con Mauricio Macri. Se ve una buena gestión, porque además sobre la plata. Pero después cuando vas a gobernar el país hay una realidad que es totalmente diferente. Me parece que ese es un debate que tenemos que darnos adentro de la coalición. Estamos a tiempo de parar al radicalismo y que tenga un candidato a presidente. Es la aspiración que tenemos muchos radicales.
¿Qué radicales podrían postularse?
Quien le habla, Mario Negri, Alfredo Cornejo. Estamos a tiempo. Porque si no, nos va a pasar lo inexorable: en 2015 todos los caminos conducían a Macri. (Ernesto) Sanz fue a sacrificarse, a cumplir con un compromiso de caballero.
A veces parece que la política del país se circunscribe a lo que pasa en la capital. Pero tenemos tiempo y un gran desafío para encarar la posibilidad de que el radicalismo pueda tener un candidato a presidente. Ahí vamos a tener una disputa con el PRO, que también tiene lo suyo.
No nombró a Martín Lousteau. ¿Es mirado con recelo por la dirigencia tradicional del partido?
No, Martín Lousteau es un dirigente importante en la capital. Más bien lo veo para que le disputemos ahí al PRO. Pero tiene mucho futuro, también puede ser candidato a presidente. Más allá de las diferencias que tuvimos en la elección de la provincia de Buenos Aires, donde han demostrado con Gustavo Posse no ser buenos perdedores.
Pero más allá de eso, ayer hablé con Alfredo (Cornejo) y le dije que cerremos fila en el partido y unifiquemos. Ya pasaron las internas. También en Córdoba y en capital, donde ganó el Coti (Enrique Nosiglia). Vamos a trabajar todos juntos. Incluyo a Lousteau, obviamente.
- Este año se renuevan autoridades de la UCR. ¿Le gustaría ser presidente del comité nacional?
Sí, me gustaría. Pero bueno, falta tiempo. Hay que hablar con muchos amigos. Me gustaría conducir el radicalismo en la etapa crucial que va a tener que ver con la elección de 2023.
- Muchos plantean que Juntos por el Cambio debería ampliarse. ¿Hacia dónde debería hacerlo?
¡Recién ahora se dan cuenta! Eso es lo que planteábamos en Gualeguaychú.
- Ahí planeaba ampliar con (Sergio) Massa, no creo que ahora sea lo mismo.
No, bueno, era el sector del peronismo con el que se podía. Cuando fue la incorporación de (Miguel) Pichetto fui uno de los actores principales en garantizar su incorporación. Creo en un Juntos por el Cambio más abierto, con más incorporación del peronismo.
- ¿Qué dirigentes peronistas podrían sumarse?
No sé, a los peronistas les gusta estar en el gobierno, muchos son oficialistas. Pero si ven que podemos llegar al gobierno, van a empezar a aparecer. Falta todavía. Pero cuando aparezcan, hay que recibirlos bien.
- Avisó que no apoyaría a Macri nuevamente como candidato. ¿Qué rol imagina para el ex presidente?
Obvio que no lo apoyaría. Además, no lo leí al libro, pero por lo que escuché... alguna autocrítica hay que hacer. De todo lo que pasó, ¿otro tiene la culpa? Me parece que Mauricio debería tener una mirada más realista, qué errores cometió. Hay cosas que hicimos mal.
Más allá de eso, no lo apoyaría, obviamente. Yo voy a apoyar un candidato radical. Puede que me toque a mí o no, lo más importante es que haya un candidato del radicalismo. Y que ponga a la coalición en el centro, no en la derecha.
¿Qué cree que aprendió Juntos por el Cambio del paso por el gobierno nacional? Si vuelven a ganar, ¿qué diferencias imagina?
Se aprende mucho del paso por el gobierno. Eso de los mejores funcionarios de los últimos 50 años, lleno de CEOs... Le dije a Horacio, paremos con eso, pongamos más política, demos más contenido. Y saldemos las diferencias ideológicas que tenemos en un plan de gobierno.
Y que no pase más que el que gana dice "no gobierna una coalición". Tenemos que fortalecer Juntos por el Cambio, estamos frente a la oportunidad de sanear al sistema político, que casi se destruyó después de la crisis 2001. Hoy hay dos frentes, porque el Frente de Todos tiene muchas expresiones, la verdad que se ven diferencias ideológicas. Si ambas coaliciones logramos sistemas de tomas de decisiones institucionalizadas y convertimos en verdaderas políticas, habremos hecho un aporte a la democracia argentina.
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