El gasoducto que lleva al autoabastecimiento

El gasoducto que lleva al autoabastecimiento

Alberto Fernández, Massa y Kicillof fueron oradores del acto de firma de contratos para la obra del Gasoducto Néstor Kirchner, que transportará el gas de Vaca Muerta.

 

Por Raúl Dellatorre

Con justicia, el presidente de Energía Argentina SA (Enarsa) dijo que "se trata del proyecto de transformación más importante que tiene la República Argentina para los próximos 25 años". Agustín Gerez se refería al gasoducto troncal Presidente Néstor Kirchner, del cual se firmaron este miércoles los contratos para la construcción de la obra civil de la primera etapa, que llevará 24 millones de metros cúbicos diarios de gas natural extraídos de la formación Vaca Muerta, en Neuquén, hasta el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, Salliqueló, lugar en el que se efectuó un acto por demás simbólico. 

Participaron como oradores centrales Alberto Fernández, presidente de la Nación; Sergio Massa, ministro de Economía, y Axel Kicillof, gobernador bonaerense. Expresiones de cada una de las tres vertientes de mayor peso que hoy conforman el Frente de Todos. Y se juntaron para celebrar la puesta en marcha de una obra clave, quizás la más significativa que vaya a inaugurar el actual gobierno. Porque corona un proceso que arrancó la actual vicepresidenta, Cristina Kirchner, en 2012 cuando tomó la decisión de renacionalizar YPF, y porque potencia un recurso estratégico como el gas no convencional de Vaca Muerta (segunda reserva mundial hasta ahora conocida), justamente en un momento y un contexto en el que la energía vuelve a ser la pieza fundamental de la geopolítica global.

Así lo enfatizó Sergio Massa, quien en cada intervención, desde que se convirtió en el ministro de mayor peso específico en el gabinete nacional, busca mostrarse como la figura que le da impulso a la acción oficial. "Hoy la energía es uno de los cuatro grandes jugadores de la economía mundial, junto con la agroindustria, el conocimiento y los minerales", refirió Massa, quien inmediatamente postuló que "los argentinos tenemos que transformar nuestros recursos en riqueza y desarrollo".

El ministro también utilizó el papel protagónico que hoy le da el escenario político para exigirle compromiso a los distintos actores involucrados en el emprendimiento. "Si todos cumplimos con la parte que nos corresponde, el Estado garantizando los fondos para sostener esta obra, y esperamos que quienes tienen que hacer las obras cumplan con su parte y la entreguen en tiempo y forma, entonces esta obra nos va a permitir para el año que viene ahorrarnos entre 1300 y 2200 millones de dólares de importaciones de energía".

Y, finalmente, Massa remató su intervención con un anticipo y expectativa, apurando incluso a los propios funcionarios. "Hoy estamos firmando el contrato del primer tramo, esperemos que en no más de 30 días estemos licitando la ingeniería del segundo", lanzó a modo de anuncio. 

A Axel Kicillof, hoy gobernador pero en 2012 viceministro de Economía y mentor de la renacionalización de YPF, le tocó reivindicar justamente ese inicio del proceso que significó un  vuelco en la política energética. Con la recuperación de YPF, el estado retomó su rol planificador, luego interrumpido durante los cuatro años de Cambiemos y que ahora vuelve a dar un paso fundamental con el inicio de esta obra estratégica, el Gasoducto Néstor Kirchner.

Afirmó que con la construcción del ducto que transportará el gas de Vaca Muerta "cambia la ecuación económica de la Argentina, porque posibilitará autobastecernos, tener más gas para los hogares, exportar, lograr divisas para el país y potenciar la producción de riqueza, con agregado de valor y trabajo argentino".

En una necesaria puntualización histórica, Kicillof señaló: "Hoy estamos firmando los contratos para hacer los gasoductos que no previó, no construyó y no invirtió el gobierno anterior, que interrumpió la inversión en la infraestructura en rutas, en caminos, en escuelas, en hospitales, pero también en energía y eso lo estamos pagando, como anteriormente ocurrió con las privatizaciones de los años '90". 

Alberto Fernández, que cerró el acto, retomó palabras de oradores anteriores para sintetizar: "Tenemos una gran oportunidad como país; podemos convertirnos en proveedores de gas en todo el mundo". Y dedicó además un párrafo especial a los usuarios argentinos: "No queremos que las tarifas en la Argentina estén dolarizadas. Nunca más las tarifas dolarizadas. Tenemos nuestro gas que podemos distribuir y que los argentinos nos paguen en pesos, a precios razonables".

La obra contempla el tendido de una cañería con un tendido de más de 583 kilómetros entre la localidad neuquina de Tratayen y la bonaerense de Salliqueló, atravesando territorio de Río Negro y La Pampa. Además de la obra principal, en los contratos están previstas otras complementarias como el gasoducto Mercedes-Cardales y la ampliación de un tramo del gasoducto NEUBA II también en territorio bonaerense.

En su primera etapa, la obra permitirá incrementar la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos (m3) de gas diarios para reemplazar la importación de combustibles, con una inversión estimada en US$ 1.500 millones.

Agustín Gerez, titular de Enarsa, firmó los contratos con la Unión Transitoria de Empresas Techint-Sacde y las empresas BTU y Esuco, a cargo de la obra principal (las primeras) y complementarias.

La falta de ductos para la salida del gas limitaba las posibilidades de expansión de la producción de Vaca Muerta, por lo cual éste será un impacto adicional resultado de la obra. Se estima que el aumento de la oferta de gas y de su accesibilidad a través del transporte, aumentará la disponibilidad del fluido a precios competitivos para la industria, los comercios y los hogares

De cumplirse los plazos estipulados, podría contarse con el gasoducto activo antes del invierno de 2023, reduciendo la necesidad de recurrir al gas importado. En una segunda etapa, el tendido del gasoducto alcanzaría la localidad santafesina de San Jerónimo, ampliando su radio de abastecimiento y la población por la red de gas natural. Con la segunda etapa, será posible aumentar en un 25 por ciento la capacidad de transporte de los gasoductos troncales del país.

 

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