Denunciado por nazi hace nueve años, el jefe de la Policía en Santa Fe decidió pedir licencia por el escándalo que se generó en la región. Dejó la función apenas seis días después de asumir
El comisario Juan Pablo Garro pegó un portazo y se fue. Ayer pidió una licencia del cargo de jefe de la URI y dijo que su futuro depende de lo que disponga el titular de la Policía, Omar Odriozola. El efectivo había asumido en la función a fines de 2014 pero casi de manera inmediata quedó contra las cuerdas cuando organizaciones de Derechos Humanos y asociaciones israelitas exigieron al gobierno que lo destituya porque en 2006 fue denunciado por discriminación y antisemitismo.
Garro dijo ayer que se cansó de que la gente lo tilde de algo que no es y, por eso, optó por pedir una licencia para evitar seguir causándole un sufrimiento a su familia “que no se puede soportar”. La salida del ahora exjefe de la Policía en el departamento La Capital se dio de forma inmediata a la presentación del pedido de licencia, puesto que autoridades del Ministerio de Seguridad no intentaron retenerlo en el cargo que ocupó por menos de una semana.
El lunes, el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Rubén Galassi, había dicho que la designación del comisario era transitoria hasta tanto se resuelva la situación de su antecesor en la URI. Precisamente, Sergio Vergara también había pedido licencia en diciembre porque un fiscal federal lo imputó en un delito conexo a un caso de narcotráfico (por el camión que se secuestró en Arroyo Leyes con más de 1.600 kilos de marihuana y donde estarían involucrados agentes policiales).
Vergara habría logrado demostrar que para esa fecha –2 de noviembre de 2014– no estaba trabajando ni en Santa Fe, por lo cual se conjeturó la idea de restituirlo en el cargo luego del escándalo con Garro. Sin embargo, según lo que pudo averiguar Diario UNO, las autoridades provinciales evaluaron todas las posibilidades y prefirieron que hasta tanto la Justicia se expida sobre los hechos que están siendo investigados el responsable de la Policía sea el subjefe, Adrián Rodríguez.
Por el momento, se desconoce por cuánto tiempo el segundo de Garro estará al frente de la Unidad Regional, si habrá un nuevo nombramiento o cuáles son los pasos a seguir. Lo que sí está claro, es que el Poder Ejecutivo pagó caro una decisión que tenía por objetivo tranquilizar las aguas luego de la licencia de Sergio Vergara. Ocurrió todo lo contrario, con marchas y contramarchas.
Portazo final
Juan Pablo Garro tuvo ayer al mediodía un último encuentro con la prensa para explicar su decisión. En ese marco, señaló: “Debo agradecerle al subjefe (Adrián) Rodríguez que me consiguió poder hablar con los representantes de la Asociación Israelita I.L. Peretz y explicarles que no soy nazi, no tengo esa ideología ni soy un discriminador, después de lo que se dijo durante muchos años. Pudieron conocerme y saber quién soy, así que por ahí me voy aliviado”.
Es de recordar que en 2006, un subalterno de Garro lo denunció en Asuntos Internos de la Policía porque lo humillaba con frases como “negro de mierda”, “los negros son fusibles”, o “si Hitler hubiese estado acá tu familia no hubiese estado hoy”, en alusión al color de su piel y porque está casado con una mujer de origen judío. En aquel entonces, el comisario era el segundo del GOE y en uno de los espacios físicos de tránsito que tenía la repartición había colgado –según quien lo denunció– un cuadro con un águila, una persona uniformada con rostro de calavera y una cruz esvástica
El martes, en diálogo con Diario UNO, Garro dijo: “El sueño de todos aquellos que somos policías es llegar a ser jefe de Unidad y para mí alcanzarlo fue algo importante, más aún siendo de acá, de la ciudad de Santa Fe. Pero después de todo lo que se dijo, lo que tuve que sufrir con las mentiras y que también sufrió mi familia en este último tiempo, decidí presentar mi licencia y esperar cuál será la decisión del jefe de la Policía de la provincia para mi futuro”.
En cuanto al sumario administrativo que se le hizo en 2006 por discriminación (en Asuntos Internos) y luego se denunció en la Justicia, manifestó: “En su momento no hubo pruebas para que se convierta en delito, por lo tanto no tuve una causa abierta, así que no se pudo realizar ningún sumario”. En un primer momento, el secretario de Seguridad Gerardo Chaumont utilizó el mismo argumento para ratificarlo en el cargo. El tiempo y las quejas socavaron la permanencia del comisario.
“Lo único que yo quería era trabajar de policía. Hice cursos en muchos lugares y quería demostrárselo a la gente, pero como no quiero que la sociedad sufra algún traspié, presenté mi licencia. Sé que a este lugar no lo voy a ocupar nunca más. Ahora esperaré qué es lo que designa en cuanto a mi futuro, qué lugar ocuparé, según lo que decida el jefe de la Policía de la provincia, Omar Odriozola”, evaluó el efectivo que ayer dejó el cargo. Por último, confesó que se fue “muy dolido”
Comentá la nota