Los empresarios coinciden en que se está ante un fin de ciclo. Y también en que los problemas económicos que heredará el presidente electo son gravísimos.
Por los menos hubo tres encuentros secretos en los que el movimiento empresario evaluó el futuro económico y político para después de las elecciones del domingo.
En esas reuniones asomó una sola certeza: los comicios darán por terminado al kirchnerismo y empujarán afuera de la política argentina –aunque se resista– a Cristina Kirchner.
Fue la principal conclusión de un encuentro de los caciques de la Bolsa de Comercio y el comentario unánime, el martes, en la Unión Industrial y en las conversaciones puertas adentro de los banqueros de la Asociación de Bancos.
Los hombres de negocios coinciden en el fin de ciclo y todos auguran un otoño político: el nuevo presidente jubilará a Cristina.
Pero en esas exclusivas reuniones no hubo coincidencia sobre el resultado electoral. Muchos piensan que Daniel Scioli gana en primera vuelta, y lo dicen porque tuvieron acceso a una encuesta que elaboró esta semana la ex Side: 41 % para Scioli, 29 % para Macri. Otros creen que el rechazo que genera Aníbal Fernández puede hacer que Scioli no alcance los votos para evitar el balotaje.
Banqueros e industriales tienen la información de que el comando “Scioli Presidente” ordenó esconder en la campaña a los “piantavotos” de Aníbal y Carlos Zannini para evitar la fuga de sufragios. También –según encuestas que manejan– creen que Sergio Massa hará una buena elección, pero si hay segunda vuelta, será Mauricio Macri quien estará en la pelea.
En la Bolsa de Comercio de Adelmo Gabbi se conoció un dato confidencial: la embajada de los Estados Unidos elaboró un “memo” para Washington que vaticina como primer escenario una segunda vuelta Scioli-Macri.
El propio Macri tuvo contacto con varios jefes de holding y les trasmitió sus números reservados: Scioli 37% contra 30% de Cambiemos.
En esos encuentros internos, los hombres de negocios expusieron su mayor inquietud: la complicada herencia económica que recibirá el presidente que reemplace a Cristina. Se trata del “Plan Bomba” que incluye un coctel explosivo: fuerte atraso cambiario, evaporación constante de reservas y serias distorsiones de precios relativos.
En la Unión Industrial Argentina el martes se trató una propuesta de 20 puntos, para mejorar la competitividad del billete sin tener que devaluar.
El documento técnico habla de tres medidas clave: bajar retenciones regionales, eliminar reembolsos fabriles y reasignar subsidios para mejorar la competitividad del actual dólar en solo seis puntos. Sería un paliativo, pero no una solución: el atraso llega a 30%.
Un informe de Miguel Bein que circula en el mercado precisa cómo –si gana– Scioli atacaría esos desequilibrios. El título del documento lo dice todo: “La restricción externa al tope de la agenda”, y agrega como subtitulo: “Subsidios mal direccionados y retenciones inviables.” El propio Bein recomendó su lectura: “Ahí hay mensajes bien claros.”
El “paper” de 17 carillas y 7 gráficos adjuntos rechaza cualquier intento de corregir en forma brusca el atraso cambiario porque corre el riesgo de acelerar la inflación y no generar ningún beneficio. No descarta una corrección, pero nunca una maxi devaluación. Habla del deterioro del balance del Banco Central y recomienda como estrategia prioritaria la “recomposición de reservas.” Es muy crítico hacia Enrique Vanoli.
Así, en el corto plazo sugiere continuar con el control de cambios y mejorar la paridad del dólar fiscalmente. Propone buscar fondos colocando deuda y, en forma paralela, “recortar subsidios mal asignados” en las tarifas publicas.
Igual, la UIA que lidera Adrián Kaufmann Brea tiene incertidumbres políticas. Incluso los que aseguran que gana Scioli, dudan sobre cómo manejara la relación con el “cristinismo” residual. Hasta ahora Scioli dio señales de independencia en la formación del gabinete: no hay nadie de La Cámpora.
El candidato –si gana– tendría decidido dar otra señal de independencia y profesionalizar la Cancillería que Héctor Timerman destruyó durante su gestión.
Han existido sondeos, pero el ofrecimiento sería inminente: el actual embajador en Brasil, Luis María Kreckler, podría ser el canciller de su gobierno.
Scioli ya habría decidido ubicar a Mario Blejer como embajador en Londres y a Guillermo Francos en Washington, desarmando la diplomacia confrontativa de Cristina. Kreckler tiene excelente relación con los industriales exportadores. Blejer está íntimamente vinculado a Eduardo Elsztain y Francos, al empresario Eduardo Eurnekián.
Se trata de una visión opuesta a la de Cristina y Axel Kicillof.
El ministro está preocupado por su futuro. Las encuestas le auguran una mala elección. Por eso busca protagonismo en la UBA y ser titular de cátedra de Historia Económica. De momento, solo es profesor adjunto.
Dicen que Kicillof prometió, para “aceitar” las cosas, un aporte de dinero a la Facultad de Ciencias Económicas.
Pero su proyecto enfrenta dificultades. Rindió un examen sobre economía de la Edad Media que no conformó a la mesa examinadora: tuvo media hora para exponer, pero 18 minutos los utilizó para hablar generalidades y rellenar.
Nadie quiso bocharlo, para evitar un papelón y el jurado elevó un informe crítico al Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Económicas.
Es que ahí hubo una votación muy dividida: 9 a favor y 7 en contra, pero no se aprobó aún el nombramiento.
El Consejo dejó la decisión en suspenso. Nadie va a avalar ese concurso hasta que el jurado otorgue precisiones sobre la floja performance del ministro durante el examen.
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