La devaluación generó grandes ingresos a las empresas sobre el cierre del 2024 y eso impactó en un pago extraordinario de Ganancias durante mayo. El segundo semestre genera preguntas y pone los ojos en el Congreso, donde se sigue debatiendo la Ley Bases, el paquete fiscal y la fórmula de movilidad
Por Mariano Cuparo Ortiz
El ingreso extraordinario por el pago del impuesto a las Ganancias de las sociedades salvó las cuentas de mayo y el resultado fiscal volvió a mostrar superávit financiero, esta vez por $1,18 billones. Si bien entre enero y abril ese tributo había mostrado una recaudación mensual de $369.668 millones promedio mensual, la devaluación de diciembre generó ganancias extraordinarias en las empresas posicionadas en moneda dura y eso disparó el pago del impuesto durante mayo: durante ese mes Ganancias terminó recaudando $2,1 billones. La diferencia terminó explicando el superávit. Para junio el Gobierno espera la llegada del primer déficit del año y hay incertidumbre respecto al segundo semestre, con el Congreso como protagonista.
El superávit primario fue de $2,3 billones en mayo y el financiero de $1,18 billones. En lo que va del año, el primario acumuló $6,3 billones, lo que lo dejó ya por arriba de la meta de fines de junio, que exige un superávit de $4,6 billones. Aunque habrá que ver cómo queda si ese mes se produce el déficit adelantado por el Gobierno, tiene mucho margen para cumplir. Con todo, hasta acá el primario y el financiero dejaron superávits de 1% y 0,4% del PBI, respectivamente.
La consultora LCG reseñó: "El gobierno conjuga el quinto mes al hilo con superávit primario. Aunque se mantuvo el ajuste sobre el gasto, la recomposición de los ingresos en términos reales es lo que explica el abultado resultado del mes. Los ingresos crecieron 6% real contra un año atrás".
Y agregó: "El aumento de Ganancias (93% anual real) por la liquidación de las empresas que cerraron balances en diciembre explica 1/3 de la mejora del superávit en el mes. En paralelo, lo recaudado por derechos de exportación (45% anual real) e impuesto país (256%) siguen sosteniendo los ingresos en un contexto de caída generalizada del resto de ingresos tributarios".
Finalmente, la consultora sostuvo: "Sin efecto Ganancias, entendemos que los próximos meses volverán a mostrar una moderación en la convergencia fiscal. En la medida que se consolide el sendero de desinflación, el efecto de la licuación se moderará, a la vez que la demora de los pagos de principios de año tienda a corregirse. A esto se suma una estacionalidad que juega a favor del gasto".
En ese sentido, el presidente Javier Milei ya admitió que "obvio que, en junio, por el tema de los pagos de aguinaldos y demás es deficitario", aunque destacó: "Cuando tomen los 6 meses juntos, va a haber superávit. O sea, porque todo lo que juntamos hasta ahora supera lo que vamos a tener de déficit en junio, con lo cual vamos a tener un primer semestre con resultado primario y resultado financiero positivo, algo que decían que era imposible".
La pregunta en ese sentido es hacia el segundo semestre. Ahí jugará una potencial aprobación de la nueva fórmula jubilatoria en el Congreso (ya tiene media sanción de Diputados y potencial para conseguir los dos tercios de ambas cámaras) y su impacto de 0,45% del PBI sobre las cuentas, además de la vuelta atrás en el paquete fiscal para la restitución de la cuarta categoría de Ganancias, aunque Diputados podría insistir con la redacción original del proyecto y sumarle, según estimó LCG, un 0,1% del PBI a la recaudación (ya que se netearía con la baja en las alícuotas de Bienes Personales).
Además, jugará el efecto estacional, que apunta a una mayor presión hacia el déficit en la última parte del año, con una inflación que desaceleró y aportará menos a la licuación. Para el Gobierno sostener el superávit será la prioridad, y hacia ello apunta con la suba de tarifas que retomó en junio, aunque la caída de la actividad y la pérdida de empleos pone un límite desde lo social.
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