Por Luis Autalan

 

La reinstalación de la quita salarial por el impuesto a las Ganancias, implica el retorno de un debate periódico en cuanto a la legitimidad de la norma y también ofrece con potencia un dato duro: la dispersión salarial del mercado de trabajo en el país.

El tributo desnuda magros ingresos para un sector considerable de los trabajadores registrados, frente a otros salarios que podrían calificarse de considerable gama. "Si un trabajador logra sumar ingresos por $2.000.000, este monto va todo a consumo, hoy no hay chance de ahorro posible", señaló el economista Mariano Kestelboim.

Para citar un ejemplo salarial que abarca a todo lo relacionado a manufacturas, con la última paritaria acordada, el personal técnico metalúrgico calificado tiene sueldos -desde junio- que van de $508.056 a $778.544. Es decir dentro de remuneraciones siempre referenciales, en este caso para industrias, los números los dejan lejos de cualquier quita impositiva y en zona de riesgo para la línea de pobreza.

En efecto, con la normativa aprobada en el Congreso la escala de alícuotas va del 5% al 35% del salario. Así los solteros sin hijos que superen $1.800.000 y hasta $2.000.000 pagarán el 5%, mientras que quienes ganen más de $4.900.000 tendrán una imposición del 35%.

Para algunos economistas va de suyo que un sueldo no es ganancia, como también que el aporte de los mayores salarios mediante impuestos es aplicado casi en todo el mundo. Ahora, en cuanto al escenario de dispersión salarial y vuelta del tributo, el economista Pablo Ferrari analizó la cuestión ante la consulta de BAE Negocios."Hay algo negativo per se y es que vuelve a imponerse la quita en un contexto de una reducción de los salarios reales como consecuencia buscada".

El analista ponderó que la licuación de los ingresos es un objetivo fundamental de la política económica desplegada por la Casa Rosada. "Por otro lado, se impone desde un piso real bajo respecto a contextos anteriores. Y entonces ante un gobierno que hace flamear la bandera de la libertad se restablece el impuesto al salario mientras se entrega exenciones impositivas a los grandes capitales, particularmente extranjeros, para el saqueo de los recursos naturales mediante el RIGI".

En cuanto al análisis gremial con 65 organizaciones de la CGT y la CTA la "Mesa Sindical, El Salario no es Ganancia" rechazó la restitución por "inconstitucional", confirmaron que tomarán la vía judicial y que no dejarán de lado medidas de acción sindical. Advirtieron que lo dispuesto impactará en menor calidad de servicios públicos y producción porque habrá trabajadores que evitarán cualquier labor adicional para que la mejora en sus salarios no termine siendo absorbida por Ganancias, "todo dentro de una dispersión salarial inocultable".

Alberto Lamas, de la Asociación Bancaria, consideró que se incrementa la quita salarial a los trabajadores para que los ricos no paguen bienes personales". Y agregó: "Sin lugar a casualidades todo sucede bajo un ajuste represivo que genera miseria y hambre. Imponen una reforma laboral regresiva y le sacan el Monotributo Social a 600.000 trabajadores".

Achique, trabajadores en zona de riesgo

Las políticas de ingresos y de achicamiento del mercado interno de Milei están provocando una profundización peligrosa del proceso de segmentación del mercado laboral, que incluye la dispersión salarial reflexionó el economista Mariano Kestelboim. A la consulta sobre su mirada sobre el mundo laboral, repondió “las brechas de ingresos cada vez son más amplias y los segmentos de trabajadores formales privados que tienen ajustes de salarios determinados por convenios colectivos y que, por lo tanto, gozan de los correspondientes derechos y beneficios laborales, están perdiendo aceleradamente participación entre los puestos de trabajo existentes. En la actualidad este grupo representa menos del 20% de los trabajadores”.

Si de contrastes se trata el analista remarcó “la contrapartida es el crecimiento de la participación de los trabajadores informales o bajo régimen de monotributo que ya representan más de la mitad del universo laboral. El incremento del impuesto a las Ganancias para los trabajadores registrados con ingresos superiores a $1.800.000 provocará esencialmente una caída del consumo porque la gran mayoría no posee capacidad de ahorro y eso generará una contracción más grave del nivel de actividad”.