Daniel Scioli asumió como ministro de Desarrollo Productivo y defendió el esquema de administración de reservas que se utiliza actualmente. "No hay cepo", descartó sobre los reclamos empresarios. Junto con Agustín Rossi, buscarán darle mayor volumen político a un gabinete necesitado de dar respuesta a las urgencias.
Como flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli aseguró que las importaciones industriales seguirán como hasta ahora aunque también advirtió la necesidad de administrar las reservas de manera responsable de manera que todas las fábricas puedan acceder a sus insumos. La falta de dólares, que no alcanzan para importar todo lo que los empresarios quieren y para acumular en el Banco Central lo acordado con el FMI, será uno de los principales desafíos a resolver por Scioli, que por lo demás llega a un ministerio en marcha. El "Pichichi" buscó mostrarse desinteresado en la competencia presidencial -"si hubiese tenido algún tipo de especulación política, posiblemente me hubiese quedado en Brasil porque ahí tenía una agenda”, dijo sin que nadie se lo preguntara- pero ya anticipó reuniones varias y visitas al interior. Junto al nuevo titular de la AFI, Agustín Rossi, llegaron para darle volumen político al gabinete, con una gestión más visible y con menos cuestionamientos internos.
"La gente en el 2019 nos dijo 'únanse' porque no aguantaban más", respondió Scioli cuando le preguntaron sobre las diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Experto en eso de surfear sobre las olas de las tempestades internas, también anticipó un encuentro con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para desmentir rumores. Van a conversar sobre los proyectos productivos que se encuentran trabados en el Congreso. “Mis mejores oficinas siempre fueron la calle. Cuando uno más cerca está de los problemas más rápido vienen las soluciones. No estamos para comentar los problemas, que son obvios, sino para solucionarlos”, definió. Un Scioli auténtico.
En las primeras filas se ubicaron sus compañeros de gabinete. También lo aplaudieron los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja) y Sergio Ziliotto (La Pampa), intendentes como Fernando Espinoza (La Matanza), Alejandro Granados (Ezeiza) y Mariano Cascallares (Almirante Brown) y legisladores como la senadora Juliana Di Tullio y los diputados Victoria Tolosa Paz y Macelo Casaretto. Scioli invitó a varios de sus ex funcionarios como Alberto Pérez, Silvina Batakis, Alejandro Collia, Martín Ferré y Carlos Gianella, que se sumaron a la abigarrada concurrencia del Museo del Bicentenario, repleto como en pocas juras.
El presidente Alberto Fernández destacó la tarea de Matías Kulfas, quien lo acompañó como asesor desde la formación del Grupo Callao y debió irse por el affaire del "off" de respuesta a la vicepresidenta. También resaltó a la ex interventora de la AFI, Cristina Camaño. "Nadie sobra y todos hacemos falta", destacó Fernández. Con gabinete remozado, se esperaban que este jueves, antes del fin de semana largo, se hicieran algunos anuncios económicos. En principio, por la mañana saldrá publicado en el Boletín Oficial el DNU con la actualización del Presupuesto 2022 que preparó Martín Guzmán, algo que se esperaba. También se especulaba con el anuncio del esquema de segmentación de tarifas de los servicios públicos, una suba de la tasa de interés de referencia y alguna novedad respecto al acceso al dólar.
Sector por sector
"Se van acomodando los melones", graficaba un experimentado intendente invitado a la jura la situación dentro del Frente de Todos. Un día después de haber participado en un almuerzo que juntó a representantes todas las líneas del peronismo bonaerense, con varios de ellos volvió a cruzarse en el Museo del Bicentenario. El cambio de Scioli por Matías Kulfas -a quien el kirchnerismo nunca pudo digerir- ayuda a bajar la tensión y a enfocarse en los problemas reales, para los que el intendente pedía "un plan de emergencia". "Más allá de lo que hagan Alberto y Cristina, en la provincia decidieron avanzar porque no hay margen para locuras", advertía uno de los participantes de ese encuentro en La Plata.
"Conozco a todos los actores del sector", se jactó Scioli en su condición de vicepresidente y ex gobernador bonaerense. De la ceremonia participaron el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, junto a otros empresarios como Eduardo Eurnekian, Marcelo Figueiras y Martín Cabrales. Funes de Rioja dijo estar preocupado por la falta de divisas pero que confiaba en la posibilidad de encontrar una estrategia común con Scioli. "Argentina está hoy arriba de los 7 mil millones de dólares mensuales de importaciones y por lo tanto evidentemente no hay cepo ni súper cepo, lo que hay es una administración responsable y esto me parece muy bien", se atajó el ministro en la conferencia de prensa posterior a la jura.
También estaban los sindicalistas Héctor Daer, Carlos Acuña, Pablo Moyano, Antonio Caló, Víctor Santa María, Omar Plaini, Abel Furlán y Rodolfo Daer ubicados junto al dirigente social Luis D'Elía. "Vamos a pedir una movilización para repudiar a estos empresarios que remarcan", adelantaba Moyano la postura que llevaría a la próxima reunión de la central. Más cauto, como es su costumbre, Héctor Daer, su coequiper en la conducción de la CGT, ponía paños fríos. Descartó cualquier posibilidad de paro aunque reconocía la existencia de "procesos especulativos en la cadena de valor de los alimentos", pero que había que estudiar bien quiénes eran los que especulaban. En fin.
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