El Frente para la Victoria platense fue dividido a las PASO. Si bien la lista de Pablo Bruera logró vencer a la nómina de precandidatos de Unidos y Organizados, los otrora contrincantes del bruerismo no quedaron fuera del mapa. El panorama político local, en donde Mauricio Macri podría por arrastre llegar a darle una victoria al candidato a la intendencia del Pro, Julio Garro, obliga a las fuerzas kirchneristas a trabajar juntas de cara a las elecciones generales. Estrategias de campaña, negociaciones a futuro y hostilidades a superar. ¿Será efectiva la unidad?
REUNIÓN EN EL PJ
La semana pasada, diversos sectores del FpV platense mantuvieron una reunión en la sede local del PJ. Tras haber compartido un acto en el Coliseo, al que asistieron Daniel Scioli y Carlos Zannini, representantes tanto de las agrupaciones que convergieron en el oficialismo como de quienes se encolumnaron detrás de la precandidatura de Florencia Saintout se encontraron para delinear ejes de campaña.
Si bien la decana de Periodismo no asistió al encuentro, la presencia del “Chaucha” Quiroga, su novio y encargado del armado político de la concejal, despejó todas las dudas de si ese sector del kirchnerismo platense estaría dispuesto o no a respaldar al intendente. Estuvieron presentes Martín Alaniz, referente de La Cámpora con línea directa a Máximo Kirchner; Guillermo “Nano” Cara, referente de la JPBA; Ariel Archanco, directivo de ANSES, también de La Cámpora; Gastón Castagneto, referente de KOLINA y candidato a concejal en el cuarto puesto de la lista de unidad; Guillermo “Willy” Guerín, por Nuevo Encuentro; los senadores Gustavo Oliva y Emilio “Taka” López Muntaner; Gustavo “Tío” Di Marzio, por el Movimiento Evita; y sectores que militaron la candidatura de Julián Domínguez en La Plata. Jugaron de locales los hermanos Pablo y Gabriel Bruera; el jefe de Gabinete, Santiago Martorelli; el primer candidato a concejal por el bruerismo vinculado al massismo, Pedro Borgini; la diputada Valeria Amendolara; el concejal Germán Beltrano; y el postulante a concejal por el oficialismo, Mauricio Castro; entre otros.
Los presentes se pusieron de acuerdo en un punto básico: para que el FpV sobreviva en la ciudad es necesario limar asperezas y militar la lista completa. Sin embargo, hubo algunas disidencias. Cuando los hermanos Bruera plantearon que era necesario esquematizar un trabajo territorial en conjunto, “Nano” Cara expresó que sería muy difícil para los sectores que militaron la campaña de Florencia Saintout en el casco urbano aparecerse con un representante de la gestión municipal, ya que muchos votos se habían conseguido anteponiendo su militancia con el trabajo de la conducción local. Sutilmente, el intendente le contestó que la gestión municipal siempre había construido de “abajo para arriba y de afuera para adentro” dándole a entender que los votos del casco urbano no serían prioridad, mientras que sí sería una prioridad reforzar el desempeño en los barrios. Dicho esto, los distintos sectores acordaron la planificación de mesa barriales en las que confluirá todo el kirchnerismo.
ENEMISTADES HISTÓRICAS
Si bien las cabecillas pudieron ponerse de acuerdo, tanto en el oficialismo como en la disidencia saben que no será fácil bajar el mensaje. De un lado y del otro se tejieron discursos en contraposición a la interna, y dar marcha atrás, a esta altura, no será fácil.
Unidos y Organizados, sobre todo en lo que respecta a un sector de La Cámpora (el que no está directamente alineado a Alaniz) y a la JPBA, armó su campaña de cara a las PASO acentuando su pertenencia al proyecto nacional y diferenciándose del bruerismo. Incluso, el slogan que utilizaron a pocos días de las primarias fue “Bruera se va en agosto”. De alguna manera, esta estrategia denota cierta irresponsabilidad por parte de las respectivas conducciones, que no pensaban en las negociaciones posteriores en caso de que la lista de Bruera resultara ganadora, lo cual era probable.
El Movimiento Evita, por su parte, se acopló sin más tapujos a respaldar a los candidatos definitivos, pero aún hay sectores de la militancia de la lista de Saintout que no piensan dar el brazo a torcer, aunque eso signifique resignar el FpV en la ciudad.
La hostilidad también persiste en el ambiente bruerista, ya que algunos dirigentes no piensan construir al lado de sus adversarios. La foto de Pablo Bruera junto a Julio Alak en la inauguración de una sede de ANSES despertó críticas por parte de sus propias filas, adoctrinadas en la histórica dicotomía Bruera-Alak. Si bien en el oficialismo están plenamente convencidos de militar la lista del intendente, el desafío ahora se presenta en relación a si podrán hacerlo de la mano de los otros sectores del peronismo, y cómo convivirán los espacios en el futuro.
NEGOCIACIONES PARA EL FUTURO
La necesidad, a esta altura del partido, es mutua; el bruerismo necesita a la militancia de la lista que peleó la interna, ya que dicha boleta hizo una buena performance en el terreno que más le costó al oficialismo: el casco urbano; por su parte, el kirchnerismo no bruerista necesita negociar con el intendente lugares en el gabinete municipal.
Las negociaciones parten de la base de que el bruerismo volvería a ganar la intendencia municipal, cuestión que a esta altura resulta incierta. La información que trascendió es que los distintos sectores de la lista de Florencia pidieron al jefe comunal la obtención de cinco direcciones y dos secretarías, entre las que se encontraría la de Modernización del Estado, hoy a cargo de Alejandra Sturzenegger. Ahora bien, ¿significa esto que la interna “se comerá” al bruerismo por dentro?
Es difícil caracterizar a la “interna” en su conjunto, ya que son muchas las agrupaciones que conformaron la lista opositora. Algunas figuras, como el mismo “Chaucha” Quiroga, integraron el gabinete bruerista y luego se alejaron, es decir que cada sector tiene su relación particular con la conducción municipal. Por otra parte, si es que la intención efectivamente es jugar por adentro, habría que ver cómo reaccionan los funcionarios municipales que también esperan suceder a Pablo Bruera y no están dispuestos a que los corran a un lado.
LOS SUCESORES
Muchos son los funcionarios municipales que esperan suceder a Pablo Bruera cuando finalice su mandato. Mucho se dijo sobre que el intendente, en caso de renovar su cargo, dejaría el sillón municipal en 2017 para saltar a un ministerio o algún otro cargo de peso. La hipótesis se teje en base a su buena relación con Daniel Scioli. Si esto ocurriera, quien pasaría a sucederlo directamente sería Pedro Borgini, titular de ATSA (gremio massista), presidente del Concejo Deliberante y actual cabeza de lista de concejales. Borgini, por su rol en la CGT local, tiene peso propio dentro de la municipalidad, pero si bien suena como un sucesor, sería llamativo que alguien no propio del riñón tomara el lugar de “los tres hermanos”.
Otro lugar en donde ya se plantea la sucesión es en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, ya que se prevé que Florencia Saintout salte a un ministerio provincial en supuesto “agradecimiento” –aunque suene irrisorio- por su apoyo a la campaña de Aníbal Fernández. De ser así, la decana finalmente dejaría la arena política platense, lugar en el que, a pesar de haber hecho una buena elección, nunca se la vio cómoda, evitando sumergirse en el barro e incluso ninguneando la situación en sus notas en medio nacionales.
LA FOTO ESPERADA
Más allá de la unidad expresada en el Coliseo y el PJ, de las negociaciones que se tejen por detrás y de los apoyos que ya existían aún antes de que se dirimiera la interna, lo cierto es que aún no se ha logrado la foto Saintout-Bruera. Se espera que este jueves en la visita de Evo Morales a La Plata se hagan presentes tanto la decana de Periodismo como el jefe comunal para homenajear al presidente boliviano, fortalecer el voto extranjero y mostrar, definitivamente, el gesto de unidad.
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