La capacitación y profesionalización de la fuerza será primordial para el éxito del programa de la gestión Schiaretti.
El futuro plan de seguridad, presentado a fines de la semana pasada, es recuperar lo que se perdió en gran parte en los últimos dos años cuando el gobernador José Manuel De la Sota literalmente dejó todo en manos del ahora comisario general retirado Julio César Suárez.
La Policía barrial, el observatorio del delito y una mayor profesionalización para restablecer el vínculo entre el vecino y la fuerza son algunas de las claves del programa que impulsa la cartera de Gobierno y Seguridad a cargo de Carlos Massei, secundado del secretario de Seguridad, Diego Hak, un hombre que ya trabajó en la anterior gestión schiarettista.
Aunque nadie lo reconoce oficialmente, el objetivo de recuperar el trabajo realizado primero por el exministro de Seguridad, Alejo Paredes, y luego por su sucesora Alejandra Monteoliva, está entre los puntos a seguir en la tarea, que como primera medida ha dispuesto el cambio del jefe de Policía, apostando a un hombre joven como el comisario inspector Gustavo Vélez, altamente capacitado por su pertenencia al cuerpo de elite Eter.
Es quizás este uno de los aspectos primordiales para avanzar en materia de política de seguridad. No se trata sólo de integrar más miembros a la fuerza, sino de lograr una adecuada profesionalización y capacitación.
Seguridad en cuadrante
El último viernes, el ministro Massei informó que se está capacitando a equipos de policías barriales, que recorrerán las calles con un perfil preventivo y de trabajo conjunto con los vecinos.
Los agentes tendrán relevancia en la lucha contra el narcomenudeo y en el conocimiento de lugares conflictivos, por ejemplo los vinculados a la droga.
La Policía barrial actuará con el nuevo sistema de cuadrantes, que reordenará y reorientará la actividad de patrullaje tornándolo más efectivo.
Este Plan Provincial de Gestión Territorial por Cuadrantes está diseñado por el ministerio de Seguridad con la finalidad de construir una cultura de convivencia ciudadana mediante el direccionamiento estratégico del servicio policial y de las acciones del Estado.
Al respecto, la licenciada Alejandra Monteoliva dijo a LA MAÑANA que «es un modelo que para afianzarse requiere de mucha capacitación, entrenamiento y gradualidad en la implementación». Agregó la exfuncionaria que «Chile fue quien lo aplica por primera vez, y luego Colombia lo readapta, lo mejora, lo potencia y es el modelo que hoy define a las ciudades colombianas», un mercado en el que el gobierno schiarettista hace base de parte del plan.
Al respecto, el modelo en Colombia fue gradual y lleva más de 8 años. «El modelo es excelente pero requiere alta profesionalización», recalcó Monteoliva.
Por su parte, la socióloga e investigadora Laura Etcharren sostuvo que «creer que la seguridad es una cuestión de más policías es no entender de seguridad».
Agregó en publicaciones en su cuenta de la red social Twitter, al respecto del combate en el mundo narco y la importancia de la creación de la Fuerza Policial Antinarco (FPA), «la reconstrucción del tejido social perforado será clave para el proceso primario de contención del narco».
Flota de vehículos, patrulleros y motocicletas, además de más cámaras de vigilancias completarán el combo para encarar el plan de seguridad que impulsa el nuevo Gobierno provincial.
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