El futuro incierto de Javier Milei después del festejo

El futuro incierto de Javier Milei después del festejo

El Presidente consiguió sus leyes. El rol decisivo de Francos. La presión de Sturzenegger para imponer su agenda. Macri se asoma y Villarruel juega sola.

 

Por Mauricio Cantando

Javier Milei logró que el Congreso sancionara la ley ómnibus y la reforma fiscal, después de un semestre de funcionarios peregrinando por pasillos y aceptando reescribir o eliminar la mayor parte de los textos originales. En esas gestiones germinó la oposición dialoguista, como se denomina a los bloques que ayudaron al Gobierno a construir la mayoría en ambas cámaras.

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Esa etiqueta le quedó al PRO (que funciona más como aliado clásico), la UCR, los partidos provinciales y outsiders que se agrupan en bloques diversos. En la Cámara de Diputados, que fue decisiva porque avaló la mayor parte de las reformas, estás figuras se asociaron en Hacemos Coalición Federal, la bancada coordinada por Miguel Pichetto. La relación del Gobierno con estas fuerzas seguirá siendo determinante para abrir los recintos, al menos hasta 2025.

Milei consiguió las leyes por la intervención final de Guillermo Francos, que el camino se convirtió en la única persona en ejercer los cargos de jefe de Gabinete y ministro del Interior al mismo tiempo. Desde ese trono, hizo política de casta: negoció con provincias reactivar obras públicas y distribuir Aportes del Tesoro Nacional (ATN); y repartió cargos en organismos del Estado y embajadas para los sin tierra.

 

 

En la sesión del jueves, para tener la reversión de Ganancias, el corazón de la reforma fiscal, Francos tuvo que superar la presión de las bases de la UCR. Fue necesario que prometiera fondos a los municipios gobernados por radicales en provincias dominadas por el peronismo u otras fuerzas, como Córdoba, Neuquén, Santa Cruz y Buenos Aires.

Un actor que salió a escena fue el senador Maximiliano Abad, presidente del comité bonaerense, desde donde siente la presión de intendentes radicales. Abad se mantuvo en contacto con la diputada Karina Banfi, una de las últimas en definir su voto por Ganancias, junto al neuquino Pablo Cervi. La santacruceña Roxana Reyes no cedió y se abstuvo.

El talismán de Javier Milei

Francos cerró el pleito con el manual clásico de la política: buscó aliados en el peronismo para sumar presión a los dialoguistas, atrapados en la nueva grieta. El que se quedaba fuera de un éxito, se perdía los premios. Así funciona. El jefe de Gabinete logró la ayuda decisiva del gobernador de Catamarca, Raúl Jalil; pero no pudo torcer la negativa de Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y la de Ricardo Quintela (La Rioja). Sus gestiones con los mandatarios peronistas serán la llave para las futuras leyes que quiera Milei. Ya aprendió que depender sólo de los dialoguistas es un riesgo grande.

Miguel Pichetto.

Con la ley Bases, Francos cedió con rabia a los pedidos finales de la oposición para reducir el listado de privatizaciones. Le dolió sacar a Aerolíneas Argentinas mientras dice que tiene tres posibles compradores.

El ascenso del exrepresentante ante el BID dejó en un segundo plano a Santiago Caputo, artífice del triunfo electoral de Milei, pero con una frustrada pasantía como negociador político en enero. De aquellos días sólo surgieron como activos los aportes de José Rolandi (vicejefe de Gabinete) y María Ibarzabal Murphy (secretaria de Planeamiento Estratégico), quienes lograron un feedback con los dialoguistas que los hará indispensables para Milei, al menos hasta 2025. El primero es un sobreviviente de la era de Nicolás Posse.

¿Se asoma Sturzenegger?

Milei mostró que puede ser humilde y aceptar errores: para conseguir las leyes, abandonó sus tuits contra la oposición que se volvían virales. Ahora, sólo critica a “la política”, sin nombres propios. Ese cambio de actitud del Presidente fue clave para que el radical Martín Lousteau ayudada con el cuórum en el Senado.

Aún así, Milei no está dispuesto a cerrar el telón del Congreso. El viernes, con las normas sancionadas, anunció que volverá a la carga con lo que quedó afuera de la ley Bases: el paquete de desregulaciones y de reforma electoral.

A las desregulaciones, Milei las llama hojarascas, porque así define a cada medida que entorpece el funcionamiento de la economía. El relevo de cada una de ellas estuvo a cargo de Federico Sturzenegger, próximo integrante del Gabinete, con un cargo a definir. El economista no contuvo su ansiedad y anticipó detalles de la ley hojarasca a los referentes de la oposición dialoguista que le atienden el teléfono. No está en esa lista Miguel Pichetto, porque se desprecian.

El rionegrino coordina un bloque que es clave para el cuórum y en el que conviven grupos diversos, como los referentes del gobierno de Córdoba, el socialismo santafesino; o los PRO Oscar Carreño, Emilio Monzó y Nicolás Massot. Aunque estas tribus se mueven con autonomía, Sturzenegger necesita intermediarios para hablar con ellas y garantizar una mayoría. Francos aún no recibió instrucciones para ayudarlo. No sabe si podrá.

El jefe de Gabinete se lleva bien con Pichetto y está expectante de sus gestiones para fusionar HCF con Innovación Federal, el bloque que agrupa a los oficialismos de Salta, Misiones y Río Negro. La nota de presentación estaba escrita el 4 de junio pero el mandatario salteño Gustavo Saénz pidió esperar porque quiere discutir nombre y autoridades.

Este grupo, junto al resto de los partidos provinciales, será clave para la discusión del Presupuesto 2025, que empieza el 15 de septiembre. Se esperan debates igual o más engorrosos que la ley Bases, con reclamos de gobernadores por cada peso que dejaron de recibir este año. Se definirán el futuro de los subsidios, los impuestos que quedarán vigentes y su distribución. Por eso algunos referentes dialoguistas recomiendan no hacer ruido en el Congreso estos dos meses.

Cerca del PRO, lejos del resto

A Francos le será difícil mantener la armonía en el Congreso si Milei, además, reactiva el paquete anticasta que anunció el 1 de marzo y tiene medidas impasables para algunos dialoguistas como la eliminación del financiamiento a los partidos políticos, un debate que le puede salir mal al Gobierno.

Precavidos, en algunos despachos de la UCR y HCF llegaron informes sobre poderosos think tanks que financian a las ultraderechas en América Latina. Hay direcciones de oficinas en el Distrito Federal de México y Sao Pablo. Un carpetazo así no tendría retorno. O sí.

La agenda anticasta tiene medidas que no necesitan leyes, como reducir la planta de asesores del Congreso o descontar el día no trabajado en el Estado, y otras que pueden ayudar a Milei a sostener de aliado al PRO, como ficha limpia (la prohibición de condenados por corrupción en segunda instancia a ser candidatos) o la eliminación de las jubilaciones de privilegio a expresidentes y vices, que no pasó el filtro del bloque de Pichetto durante la discusión de la nueva fórmula jubilatoria.

Mauricio Macri quiere avanzar con una agenda propia en el Congreso, pero se demora y en la Casa Rosada lo anticipan. Un tema que pretendía imponer el expresidente era la baja de la edad de imputabilidad, que este viernes fue anunciado por Patricia Bullrich.

La ministra de Seguridad espera que Diputados apruebe sus proyectos, como modificación de las funciones del Banco Nacional de Datos Genéticos, la prórroga del Programa nacional de entrega voluntaria de armas de fuego, la ley de crimen organizado (ley antimafia) y las penas por secuestro de armas de fuego. Los dos primeros ya se dictaminaron.

En esta nueva etapa, Milei deberá definir si quiere romper la armonía con la CGT que Francos y Pichetto le obsequiaron, con una escueta reforma laboral incluida en Bases, que dejó fuera la eliminación de la cuota sindical. El paquete anticasta se mete con los convenios colectivos y las elecciones sindicales. Parece difícil que prospere.

El futuro radical

La UCR logró achicar sus internas al final del debate de Bases, pero sigue dividida entre dialoguistas y confrontadores. En Diputados, estos grupos evaluaban levantar la sesión que convocaron para el miércoles, para tratar proyectos sobre financiamiento universitario y la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID).

Victoria Villarruel, con el senador Bartolomé Abdala y el secretario legislativo, Agustín Giustinian.

Las posiciones estaban divididas: el sector cercano a los gobernadores quiere suspender la sesión, para no chocar con Milei. Las diputadas cercanas a las universidades, como Danya Tavela y Mariela Coletta, esperan que el Gobierno cumpla con sus promesas y ratifique el aumento de presupuesto a las casas de estudios superiores. La postura de los mandatarios tenía más chances de imponerse. Tan poca expectativa hay para la sesión, que se convocaron a comisiones para el miércoles por la tarde, incluso por la radical Reyes (preside Familias, niñez y juventudes).

En el Senado, Victoria Villarruel apuesta a la UCR para dilatar la sanción del proyecto que cambia la fórmula jubilatoria, aprobado en Diputados. Recién el viernes lo giró a comisiones y el miércoles próximo se debatirá en plenario de Trabajo y Previsión Social y Presupuesto, presididas por Carmen Álvarez Rivero (PRO).y Ezequiel Atauche (La Libertad Avanza).

La estrategia para demorar la sesión será llamar a expositores. El plan de máxima de la vice es que haya modificaciones y vuelva a Diputados. No parece fácil.

Reforma electoral

El segundo semestre del Senado estará marcado por el destino del tratamiento de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para integrar la Corte, que aún es incierto.

Un desafío para Villarruel será destrabar el proyecto de reforma del sistema de votación, aprobado en Diputados en 2022, para implementar la boleta única papel. Francos lo incluirá en su reforma electoral. La vice esperaba sancionarlo en enero, pero le faltó un voto, por la rebelión de Mónica Silva, de Río Negro, quien prefirió el modelo santafesino, con boletas únicas por cada categoría.

Si Villarruel no hubiera roto su relación con la dupla de Santa Cruz (José María Carambia y Natalia Gadano) podría pedirles ayuda. Por fuera de eso, sólo queda Unión Por la Patria. El radical Abad, de diálogo con Villarruel, salió a colaborar en las gestiones. Si es necesario, propone tomar el sistema de Santa Fe y que defina Diputados. Lo peor es dejar el tema cajoneado. Seguiría todo igual.

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