Tras el tiroteo entre las dos facciones de la barra de Alvarado, el diputado massista tuvo que salir a explicar qué pasa en aquel club, del que nunca pudo desterrar a los violentos.
El diputado nacional del Frente Renovador Facundo Moyano vivió una situación insólita este martes, cuando quedó en el medio de una feroz disputa entre facciones de la barra de Alvarado, club que presidió tiempo atrás y del que ahora es vice. Hace tres años, el hijo de Hugo había renunciado sorpresivamente a su cargo sin haber cumplido el primer año de gestión, en parte por los problemas internos con los violentos, que se habían tornado inmanejables. El tiempo pasó y nunca pudo solucionarse esta cuestión, que ahora terminó con un herido de bala y un clima caliente que expuso al legislador, quien tuvo que salir a brindar explicaciones.
"La policía local ve cómo le retiran el arma al barra y no hace nada; después, la policía de la provincia les dijo a los dirigentes que se queden adentro, porque si se armaba lío no podían hacer nada", denunció Facundo este miércoles, en diálogo con radio Mitre. "Entonces entraron los barras que estaban con el herido y amenazaron con armas al presidente Pablo Mirón, al vice Emiliano Montes, y a sus familias. Todo esto, con la policía de la provincia afuera; es increíble que amenacen a los dirigentes con la policía de la provincia adentro. Hoy no abrió el club porque los empleados tienen miedo", continuó, disparando contra las fuerzas de Seguridad.
Horas después, desde la Aprevide -el organismo del gobierno de Vidal que tiene como objetivo combatir a los barras- informaron que su titular, Juan Manuel Lugones, se encontraba en viaje hacia Mar del Plata "para apoyar a los dirigentes de Alvarado". El funcionario se puso a disposición de aquella comisión directiva y también se dirigió a la fiscalía que está a cargo de la investigación. Todo, bajo la orden del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo.
Fuentes de esa cartera le dijeron a Letra P que la actual dirigencia de aquel club del ascenso "colabora en la lucha contra los violentos". Es más, Moyano -en una especie de catársis mediática tras este suceso- apuntó contra las autoridades del gobierno provincial: “Nos piden los nombres, pero ya saben quiénes son. Los que tienen que actuar son las autoridades de la Provincia. El dirigente ya puso la cara, ya los echó del club y sin embargo la violencia sigue".
"Esto se empezó a corregir cuando asumió el año pasado el presidente Pablo Mirón. Pero tuvo una repercusión en una facción de la hinchada, que está en disputa con otra facción, y terminó en esto, que no se puede entender”, intentó explicar el diputado que responde a Sergio Massa y enumeró algunas de sus acciones cuando le tocó ser presidente de Alvarado: "Duplicamos operativos, pusimos cámaras de seguridad y seguridad privada, todo a cargo del club. Después, esas mismas personas están nuevamente adentro de la cancha. Entonces, ¿quién tiene que garantizar la seguridad de hinchas y dirigentes?”.
Facundo ahora es vice segundo del club, pero antes fue su titular. Su gestión fue rara, porque allá por marzo de 2013 -a menos de un año de haber asumido al máximo cargo de la institución- renunció, sin brindar motivos precisos. Las causas de su alejamiento nunca fueron del todo claras; en Mar del Plata se habló de que se fue porque se cansó de las divisiones en el club y porque nunca pudo separar a la barra del día a día. Montes, quien era vice primero en aquel entonces, explicó: "Esto no daba para más. Se generó un desgaste que impedía que se siga así. Hay gente muy cercana al club que no quiere ver crecer a Alvarado, se luchó hasta donde se pudo, pero Facundo dijo basta".
Aquella barra protagonizó en los últimos años varios episodios violentos, con heridos de armas de fuego y armas blancas, incluso con destrozos a las instalaciones del club y apretadas a los directivos.
En su momento, la noticia de la renuncia como presidente de Alvarado sorprendió mucho en Mar del Plata porque Facundo, siendo hijo del líder de la CGT, Hugo, contaba con la espalda suficiente como para ordenar a los principales cabecillas de la hinchada. "En teoría no debería asustarse ni darse por vencido en esa disputa con los violentos", comentaban allegados a la institución en aquel tiempo. Por eso, por lo bajo se sospechaba que había otra explicación de su portazo: una de las más ambiciosas intenciones que tuvo Facundo desde el día cero en su aventura como presidente era fantasear con lograr la intendencia de la ciudad, y entonces, previsor, prefirió alejarse de toda esa turbulencia que podía llegar a terminar aún peor, y así evitar manchar su imagen, pensando en una futura carrera por el municipio.
Ahora, volvió a reflotarse toda la interna de la barra, Facundo pasó un mal momento al quedar envuelto en el escándalo mientras presentaba al nuevo DT del primer equipo, Gustavo Noto, y de esta forma vuelve a quedar expuesta una situación de violencia en la institución que nunca pudo resolverse, ni cuando el diputado del FR fue presidente ni tampoco ahora, con él como vice.
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