El punto en cuestión, más allá de las particularidades que pueda tener la renuncia de tal o cual entrenador en tal o cual club, pasa por la llamativa repetitividad del caso de un alejamiento de un DT en el fútbol argentino cuando apenas se llevan jugadas diez fechas de su campeonato.

Con su adiós, Palermo pasó a ser el séptimo entrenador que pierde su puesto en el torneo. Urgando en los motivos por los que un orientador llega a un fin de ciclo, en la mayoría de los casos se encuentra que los malos resultados son los que lideran la lista de los disparadores para la rotura de un contrato vigente, así como una relación resquebrajada con la dirigencia, alguna que otra desgastada con el plantel, o también una eventual resistencia de los hinchas.

El que abrió la lista fue Reinaldo Merlo, quien duró solo un partido (con derrota) en este campeonato en Colón, en la séptima renunció Omar Labruna en Chicago (3 empates y 4 partidos perdidos) y en la octava Roberto Sensini se fue de Atlético de Rafaela (4 empates y 4 caídas).

Ahora, en las últimas dos fechas se quedaron sin trabajo cuatro entrenadores, porque en la novena dimitió Walter Perazzo en Olimpo (5 empates y 4 derrotas) y Mauricio Pellegrino fue echado en Estudiantes de La Plata (3 ganados, 2 empates y 4 reveses). Y en la décima que culminará mañana ya fue el turno de Darío Franco en Defensa y Justicia (2-4-4) y el citado Palermo en Arsenal (1-3-5).

Volviendo a la repetitividad de un renuncia, ¿es alarmante la cantidad de 7 técnicos en diez fechas? Si vale un comparativo, el caso de la liga española actual dice que ya lleva, con 32 fechas disputadas, un total de 10 entrenadores dejando sus equipos, con este detalle (entre paréntesis la fecha de renuncia):

En el Córdoba, Albert Ferrer (8) y Miroslav Dukic (27); Levante, José Luis Mendilíbar (8); Real Sociedad, Dagoba Arrasate (10); Almería, Francisco (14) y Juan Ignacio Martínez (29); Getafe, Cosmín Contra (17) y Quique Sánchez Flores (24); Granada, Joaquín Caparrós (17); y La Coruña, Víctor Fernández (30).