Los mandatarios provinciales quieren mejorar la relación con la Casa Rosada y en el macrismo encuentran más pros que contras a la fusión. Los próximo pasos de una carrera contra el tiempo.
Por CARLA PELLIZA
Después de los cortocircuitos generados durante la negociación de la fallida ley ómnibus, el presidente Javier Milei tendrá una nueva oportunidad para entablar el diálogo o, al menos, así lo desean algunos sectores de la política todavía con ganas de conversar con el Ejecutivo. La apertura de sesiones extraordinarias será uno de esos puntos, como así también una mejora en la relación con las provincias. Para el primer caso, los rumores son muchos y las confirmaciones pocas. Para el segundo, mete la cola la fusión entre La Libertad Avanza y el PRO.
Hace semanas se habla de un Milei de espaldas al Congreso, una vez más. En el Senado, donde se concentran las actividades para el 1 de marzo, la semana pasada se arrancó con las reuniones preparativas pero todavía no se confirmó si el presidente dará un discurso - como es habitual - ante la asamblea legislativa o si lo hará - una vez más - frente a la plaza. Lo que salga de ahí será importante para delinear la relación que mantendrá con legisladores y mandatarios provinciales, muy activos en el debate parlamentario.
El vínculo con los jefes de las provincias está en una situación delicada, tanto que podría impactar en las matemáticas del Congreso. Por caso, si Victoria Villarruel pudo cosechar 39 voluntades para la elección de autoridades en diciembre, los números no la acompañarán de igual manera para otros tratamientos, no solo por la cuestión de fondo sino por los choques generados desde la Casa Rosada.
En esa línea se inscribe la fusión esperada entre La Libertad Avanza y el PRO. Con Milei de regreso en el país, se esperan movimientos después de tantos anuncios de fusión. No están claros los alcances de ese acuerdo, si será solo parlamentario, si incluirá nombres amarillos en el gabinete, cómo impactará en los compromisos previos adquiridos o cuándo será. Lo que sí se espera es que ocurra cuando los espacios políticos estén un poco más ordenados. En el caso del macrismo, eso podría comenzar a verse en marzo o postergarse hasta mitad de año.
En el mientras tanto, los gobernadores analizan los alcances e implicancias de la nueva relación. En el PRO, mandatarios como Rogelio Frigerio, de Entre Rios, e Ignacio Torres, de Chubut están, en líneas generales, a favor del acuerdo. Para los jefes provinciales, la fusión con el oficialismo puede ayudar al Ejecutivo dándole más gobernabilidad, pero también en el ámbito parlamentario con una mayor espalda. Pero, además, se espera que eso pueda ayudar a la relación de la Casa Rosada y los aliados del interior.
Para ellos, hay más cuestiones positivas que negativas en esa idea que, en principio, no quieren que perjudique los vínculos de la liga que también integra el radicalismo. Los provinciales quieren mantener la unidad y la estrategia de bloque que llevaron hasta ahora y que ven sólida. Entre todos tienen la intención de mejorar la relación con el gobierno y si la fusión ayuda, será un complemento bienvenido.
Sin embargo, no fueron consultados a la hora de lanzar el rumor que implica movimientos tectónicos. Esta semana, en una reunión con Soledad Acuña, Mauricio Macri dejó en claro que quiere volver a recuperar el norte del partido, algo en lo que también coinciden los gobernadores. Pero no es solo identidad partidaria, sino una mejor representación del interior dado que todas las decisiones importantes se siguen tomando en Capital Federal sin escuchar a las provincias.
La falta de federalismo es uno de los puntos que podría unir, al menos en diversos ejes temáticos, al peronismo de Unión por la Patria con un sector del radicalismo y el espacio referenciado en Miguel Pichetto. En breve, debería trabajarse un pacto fiscal o paquete fiscal que ingrese por el parlamento para trabajar recaudación nacional pero también provincial. Eso debería acordarlo con los mandatarios en la previa, algo que ahora apareció difícil.
Unión por la Patria, en ese contexto, se propuso defender la Argentina federal. Allí encontró posibilidades de comunión con una parte del radicalismo referenciada en el sector de Facundo Manes, según contó Victoria Tolosa Paz, diputada de UP, en El Destape Radio. Esta línea interna de la UCR mantuvo una posición muy crítica a la ley ómnibus y cuestiona que otra vez haya una división muy clara entre el centro capitalino y el interior del país.
En esa línea, se quiere trabajar la coparticipación de impuestos, como el PAÍS que generó tantos idas y vueltas con la ley ómnibus, para que las provincias tengan ingresos para hacer frente el fuerte ajuste de la administración nacional. Por eso, cuando UP presentó un proyecto de ley para volver a poner en marcha el Compre sin IVA, dejó en claro que sea sin tocar partidas coparticipables para evitar saldos negativos en el territorio.
Para que el PRO pueda avanzar con la fusión, será necesario el ordenamiento. Y para el ordenamiento hace falta resolver la conducción del partido. Para que eso ocurra, Patricia Bullrich y Mauricio Macri deberían reunirse y limar asperezas. Al cierre de esta nota no habían avanzado en ese sentido.
Los movimientos provinciales del radicalismo son un poco más confusos. Se descuenta que algunos van a tener más libertad que otros para moverse en esa nueva alianza del macrismo con La Libertad Avanza. Probablemente haya, según el caso y la zona, algunos acompañamientos y otras distancias. Si el pacto es más legislativo que ejecutivo, la situación será más fácil, pero todavía no se pudo sentar una posición clara.
Juntos por el Cambio sigue gobernando provincias y municipios como alianza. En varios distritos, comandan el PRO y la UCR en conjunto, por lo que cualquier decisión va a tener que impactar en el territorio. Por el momento, la liga sigue.
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