El presidente aseguró que, con Macri al frente del PRO, empezarán a trabajar en una "convergencia" que también incluya a un sector del radicalismo.
Por CARLA PELLIZA
Mauricio Macri se desentendió, públicamente, de la convergencia con La Libertad Avanza. El ex presidente se refugia en la excusa de que las nuevas autoridades del PRO, con él a la cabeza, todavía no asumieron y que cualquier decisión político-partidaria tendrá que consultarse con el directorio que aún no está en funciones. Sin embargo, las charlas existen y la pretensión de avanzar también, aunque mucho dependerá del éxito o fracaso de la gestión de Javier Milei.
El PRO no mostró, hacia afuera, desesperación por avanzar en una coalición lo antes posible. Macri se encargó de instalar la idea de que todo será conversado con las autoridades, aunque hay quienes creen que la decisión de la fusión recaerá sólo en dos nombres. Esto desembocará, sin dudas, en diferencias internas, puntualmente con el sector que no quiere saber nada con un vínculo carnal con Milei. Pero para eso falta.
Por las dinámicas propias de cada fuerza política, se especuló con avanzar recién para las próximas elecciones ejecutivas, incluso desde uno de los bandos más ansiosos. Pero el presidente aceleró los tiempos al asegurar que, con Macri jefe del PRO, van a “empezar a trabajar en la convergencia. Y, digamos, que de cara al 2025 construyamos una expresión liberal”. Ese proceso, según los halagos que lanzó con facilidad al aire, también podría incluir un sector de la UCR dada la experiencia con Luis Petri en el Gabinete.
Mauricio habla esporádicamente con radicales halcones, miembros del Grupo Malbec que estuvieron mucho más cerca de Patricia Bullrich que de Horacio Rodríguez Larreta en las PASO del año pasado. Desde este sector centenario no se le cerró la puerta a un trabajo en conjunto con Macri. El ex presidente no se mostró fan de los boina blanca, pero cerca de un importante dirigente centenario aclararon que mantiene una relación de respeto con algún que otro referente. O sea, se lleva mal con algunos, no con todos.
Un diputado radical, consultado por este medio, no creyó, sin embargo, que el partido pueda migrar a un alianza semejante. Para él, la UCR no irá a ese armado, salvo algunos casos personales y puntuales como el de Luis Petri. Sin embargo, también advirtió que el país vive muchas realidades diferentes según la zona y que todo dependerá de cómo le vaya al gobierno. Por eso, consideró que aún es temprano para ese tipo de definiciones, sobre todo a la espera del funcionamiento de una incipiente opción de "centro".
La UCR tiene una dinámica institucional muy aceitada para tomar decisiones. Cualquier posición que se adopte en materia electoral y de alianzas tiene que ser aprobada por la Convención y, por lo tanto, tiene que contar con los votos necesarios. Por eso, es difícil pensar que cualquiera que migre hacia otro armado pueda llevarse el partido en este escenario.
Según confió una fuente con llegada a libertarios y macristas, Macri y Bullrich forman parte de las conversaciones para avanzar en la fusión. Karina Milei también metió la mano en las negociaciones. "El jefe" no quiere que Mauricio sea el único en la mesa de diálogo, por eso también está Patricia, con más urgencias para fusionar los espacios.
Karina ganó un lugar protagónico en el armado de los libertarios. Además de ser la guía de su hermano, arrancó una campaña de afiliación que comenzó en la Capital Federal, metiendo la mano en un territorio del macrismo. La simbología no puede pasarse por alto y abre camino a una duda importante a futuro, principalmente por el rol que jugarán algunos dirigentes amarillos cuando tenga que definirse una candidatura con las dos fuerzas compitiendo o compartiendo lista.
"El jefe" hizo otro movimiento importante en medio de todas estas discusiones. Cristian Larsen fue nombrado presidente de Parques Nacionales, se trata de un hombre que trabajó junto a Hernán Lombardi y organizó las marchas del Sí Se Puede en 2019.
Cuando Macri perdió la PASO ante la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, Lombardi y Bullrich tomaron las riendas de una parte de la estrategia electoral y avanzaron con esas caravanas en todo el país. Cada uno sumó un dirigente propio para coordinar y acompañar las movilizaciones. El actual diputado lo nombró a Larsen y la ministra de Seguridad a Damián Arabia.
Cristian Larsen y Damián Arabia en la marcha del Sí Se Puede.
Pasado el tiempo, en 2023 ambos trabajaron activamente en la campaña de Bullrich que, sin los recursos de Larreta, le ganó al jefe de Gobierno. Pero no les alcanzó para llegar al balotaje. En ese momento, y con Arabia ya dentro del Congreso, Lombardi y la ministra avanzaron en los vínculos con Karina Milei y Larsen pasó a ser parte fundamental camino a la segunda vuelta. Se ocupó de colaborar en la organización de las movilizaciones de Javier, con la experiencia del 2019.
Esas semanas lo acercaron mucho a el jefe, que le dio un lugar importante al frente de Parques Nacionales, con una tijera en la mano.
Mauricio tiene, entre sus misiones, lograr una coalición con La Libertad Avanza en un tiempo, tal vez pensando en 2027, algo no compartido por todos. Incluso ya se pensó en algunos nombres para lugares importantes, pero la gran incógnita es si Milei le entregará los casilleros deseados. Uno de ellos, la provincia de Buenos Aires, distrito para el cual suena un diputado amarillo.
Sin embargo, se cuestionó que Milei pudiera entregarle ese territorio, sin chistar, a Mauricio. Se barajaron otros nombres para que el libertario proponga en esa instancia, entre ellos el de su hermana, el del diputado José Luis Espert o la propia Victoria Villarruel. Simplemente algunas opciones para demostrar que La Libertad Avanza no necesariamente dependerá de Mauricio.
De ceder en esa negociación y quedarse sin ningún lugar relevante, la extinción del PRO será un hecho. Los que miran, desde adentro, la dinámica partidaria notaron que el éxito de Milei le robará la representatividad al macrismo y que el fracaso perjudicará al partido amarillo por su cercanía con La Libertad Avanza. Por eso, los entusiastas de la fusión no condicionaron la convergencia al destino del gobierno. Lo que sí es cierto es que Macri no va a ser el que defina la letra chica ni esté en el día a día de esas conversaciones. No suele gustarle el trabajo sucio de la política.
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