Por María Laura AvignoloValerie Trierweiler, esposa de François Hollande y periodista de la revista París Match, le dejó un duro mensaje en el contestador al director del semanario. Su temperamento suele poner en aprietos al presidente de Francia.
La primera “girlfriend” francesa, Valerie Trierweiler no sólo es la más impopular de las primeras damas en la opinión pública de su país. Sus furiosas reacciones y sus procesos judiciales cuando es fotografiada o se escribe sobre ella han conseguido que los periodistas, que no son otros que sus colegas, tampoco la quieran o la protejan en sus coberturas. Y ahora le tocó a París Match, la revista donde ella trabaja como redactora especial desde hace más de 20 años y no abandona porque debe mantener a tres hijos, según su propia descripción.
Su volcánico temperamento volvió a estallar cuando se vio –sin ser notificada– en la tapa de la revista francesa. Se la veía caminando del brazo con el presidente François Hollande, su “partner”, en los jardines de Luxemburgo, después que él decidiera la intervención francesa en Mali. Cuatro páginas más estaban consagradas a su ‘Paréntesis amoroso’ en “una semana particular”.
Según sus colegas le contaron al semanario satírico Le Canard Enchaine, Valerie intentó comunicarse con Olivier Rayant, director de París Match, que no estaba en su despacho. Entonces, ella le dejó en su contestador un mensaje que decía: “Yo vengo de descubrir tu revista de mierda”, con “sus fotos de mierda” en París Match, “que hace mierda”. Olivier está acostumbrado a las “erupciones” de Valerie. Pero según sus colegas le contaron a Le Canard estaba “shockeado” pero convencido de que “se le va a pasar” la rabieta. Para Valerie, las fotos de la edición del 7 de febrero son una invasión de privacidad. Pero hasta ahora no ha llevado a la revista donde trabaja a los tribunales.
Las fotos eran típicas de esta revista y no muy diferentes a las que Valerie hacía con los políticos cuando era reportera del socialismo en París Match, antes que Ségolène Royal rogara que fuera transferida a otra sección, al enterarse de que salía con Hollande, su entonces pareja. En la revista le atribuyen haber inventado el reportaje “people” a los políticos, que inició cuando Ségolène Royal dio luz a su hija Flora y ella la entrevistó en el hospital. Patrice Biancone, jefe de gabinete de Trierweiler en el Palacio del Eliseo, confirmó que ella dejó un mensaje “para expresar su descontento” pero no usó los insultos que le acredita Le Canard.
No es la primera vez que ella se enfrenta a sus patrones. En un tuit asesino, también los atacó cuando publicaron una foto de ella y la señalaron como su “glamorosa compañera” durante la campaña. La respuesta de Olivier es que ella sabía que eran una revista independiente. Valerie sigue trabajando en París Match pero no puede asistir a la redacción, ni a sus reuniones ni saber qué va a publicar la revista cada semana para no violar la deontología editorial. Su oficina ya no le pertenece. Ella envía dos columnas de crítica de libros cada 15 días, que publican con su foto y sin mencionar que es la primera dama de Francia.
Estos ataques a los periodistas de “Cruella” o “Dragón” -como la llamaba el equipo de campaña de Hollande- perjudican al presidente y a su imagen. El jamás llevó a la prensa a los tribunales y tiene con ellos una relación amistosa y hasta personal en algunos casos.
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