La cadena de críticas a dirigentes de Juntos por el Cambio motivó bronca y ensayos sobre las causas. El nuevo sobrenombre para la chaqueña y qué piensa Macri. Las reacciones de Larreta y Vidal. Frigerio prepara una demanda judicial.
Por Ezequiel Spillman
Elisa Carrió no le advirtió a nadie lo que iba a plantear. Había hablado, en los últimos quince días, con la mayoría de los referentes de Juntos por el Cambio, desde legisladores radicales pasando por Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y hasta había estado con Jorge Macri. Tampoco con Gerardo Morales, el gobernador radical de Jujuy quien fue visitado por la ex diputada hace varias semanas. Ninguno de ellos esperaba una ametralladora política que incluyó acusaciones y hasta la intromisión en la vida privada de Rogelio Frigerio. También presuntas vinculaciones con Sergio Massa, acuerdos bajo la mesa y hasta negocios oscuros.
“El límite son los agravios”, coincidieron Larreta y Morales. "No estoy de acuerdo ni en el fondo ni en las formas", retrucó Vidal.
La primera en salir a contrarrestarla fue Patricia Bullrich, la presidenta del PRO, quien fue quien observó rápidamente la catarata. A partir del tweet de Bullrich se sumaron otras figuras de JxC.
La disparada de Carrió conllevó, desde ayer, llamados, cruces de Whatsapp y un diagnóstico compartido por la mayoría de socios de Juntos por el Cambio: la chaqueña pasó un límite y habría que analizar un futuro sin la Coalición Cívica. Un dato elocuente: es la primera vez que “Lilita” se enfrenta con casi todos sus socios al unísono. Al que no atacó de manera particular, lo atacó por medio de alguno de sus colaboradores u hombres cercanos.
Esto surgió particularmente ayer cuando tomaron fuerza, con comunicados cruzados, las disputas que generaron las palabras de la líder de la CC.
El tema tiene distintas aristas, según pudo recoger PERFIL, se habló en el seno de JxC de que “no era el momento” para plantear críticas internas a viva voz. “No podemos aparecer separados como el Frente de Todos”, fue una de las frases que se escucharon en los diálogos entre dirigentes.
En segundo lugar, una de las claves del conflicto es que Carrió es la única de las dirigentes más importantes del espacio opositor que no se sienta en la mesa nacional de debate. “Es como un planeta aparte”, la definen en el PRO. Desde Macri pasando por el senador Martín Lousteau o el dirigente Ernesto Sanz, suelen participar. “Lilita” jamás quiso estar. Eso sí: envía a dos de sus colaboradores, el diputado Maximiliano Ferraro y la diputada provincial Maricel Etchecoin.
Con todo, la evaluación, mientras muchos mascullan bronca, que se realizó en estas horas es que la pérdida de protagonismo pensando en 2023 y, sobre todo, la presión para lograr sostener sus bloques parlamentarios la podrían haber motivado a lanzar pirotecnia verbal. Es el ahora denominado “Método Carrió”. Ya el año pasado la chaqueña se había enojado porque en la boleta porteña no logró entrar Fernando Sánchez, por poco, como diputado nacional.
“No sé cuántos votos aporta la Coalición, lo único que tenemos claro es que es como comprar el ISO9001 de transparencia”, se mofa un dirigente del PRO.
A todo esto, de las acusaciones que realizó, hubo dos que impactaron de lleno. Una fue vinculada a Cristian Ritondo, jefe del bloque del Frente PRO, a quien entremezcló con la presunta cobertura de jueces y fiscales. Rápidamente, Vidal salió a respaldarlo: reveló que en sus cuatro años de gestión bonaerense se desplazaron 43 jueces y fiscales por distintos delitos.
Y, en particular, desmintió a Carrió: aseguró que Ritondo jamás participó de esa mesa de decisiones. Incluso también desmintió que uno de los fiscales que la chaqueña dijo que se habían protegido hayan recibido cobertura. La ex gobernadora, justamente, reveló que terminó renunciando por el juicio político que impulsó su gobierno.
Ritondo, por su lado, se enojó. Recordó su amistad con la diputada “lilita” Paula Oliveto y vinculó las expresiones de Carrió a una presunta extorsión por cargos parlamentarios, una lectura compartida por buena parte del PRO.
Un dato adicional: los diputados de la CC fueron los que impidieron que, hasta hoy, Ritondo no sea el jefe del interbloque del PRO, un título que naturalmente le correspondía al PRO por ser la primera minoría de JxC en Diputados. Ese cargo hoy está vacío.
El otro punto que tocó la chaqueña tuvo que ver con la vida politica y privada de Frigerio. Por estas horas prepara una demanda judicial a Carrió por las acusaciones sobre presuntos negociados con gobernadores peronistas.
El jueves y viernes de la semana que viene Vidal viajará a Entre Ríos y se mostrará con Frigerio. Una respuesta política que coincidió con las críticas de la líder de la CC.
Con todo, en sus alocuciones “Lilita” intentó, a la vez, mostrar que no quería romper. “La unidad está garantizada”, alcanzó a decir, en medio de las acusaciones. Acaso por ello en el comunicado de ayer la CC habla de quienes quieren expulsarla del espacio.
Así todo, en el caso de Macri, si bien no se expresó públicamente, fue su mano derecha, el ex secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, quien puso paños fríos. Es que Carrió dio a entender que todas sus acusaciones estaban avaladas por Macri.
Si bien algunos de sus blancos pueden coincidir con el ex presidente, como en el caso de Emilio Monzó (a quien también destrozó), mientras ella destrozaba a Ritondo, el jefe del bloque PRO se sacaba una foto con el expresidente en su oficina. Es más: también Macri almorzó con Larreta y allí coincidieron, una vez más, en preservar la unidad de JxC ante todo y, sobre todo, ante las acusaciones de Carrió.
Cerca del expresidente explican que la supuesta venia de Macri para las acusaciones fue una mera especulación. "Quizás lo puede pensar alguien que jamás habló con Mauricio", explicó uno de sus colaboradores.
Sin embargo, en el entorno de "Lilita" insisten en que Carrió le adelantó todo lo que iba a decir al expresidente.
Finalmente, en varios diálogos que se dieron por estas horas hay quienes imaginan un futuro sin Carrió. Incluso un radical intentó calcular cuál sería ese caudal electoral. En el PRO no lo descartan tampoco. Hipótesis políticas pensando en 2023.
Otra variante que se analiza es aislar a la Coalición: que presente sus propios candidatos en todos los distritos y que compita en las PASO en todas las categorías. Otra hipótesis para el 2023. La pelea seguirá.
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