El nuevo presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, asumió formalmente la conducción de la entidad, pero el proceso de negociaciones para alcanzar la conformación de una lista de unidad desnudó las divisiones entre los diferentes sectores de poder interno en el organismo. De Mendiguren, expresidente durante varios términos, se consideró “vetado” y encendió la mecha de una disputa que alcanzó a Techint.
Daniel Funes de Rioja, hasta ahora titular de la Coordinadora de las Industrias Alimenticias (Copal), asumió en la tarde del martes como presidente de la Unión Industrial Argentina ( UIA), en medio de una crisis política interna que quedó expuesta a pesar de la conformación de una lista única.
Con una vasta carrera como letrado en materia laboral que lo llevó como representante ante distintos foros y organizaciones internacionales como el Foro Económico Mundial y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Funes de Rioja es también el jefe del Departamento de Asuntos Jurídicos de la UIA e integra el Consejo del Salario Mínimo en representación del sector empresario. A diferencia de anteriores conductores de la entidad, no es el dueño ni CEO de ninguna industria, y en los círculos de la vida empresaria, se lo considera “un lobbista”.
“Venimos por una continuación de un modelo federal, productivista, pro iniciativa privada, con crecimiento, inversión y empleo, luego de los avatares de la economía nacional de las últimas décadas”, dijo el flamante titular de la UIA en la apertura de la charla con la prensa tras su asunción.
En esa línea de gestión que llevarán adelante las nuevas autoridades de la industria, el también presidente de la Copal afirmó que la UIA pretende “una Argentina que propugne el desarrollo pyme, las exportaciones con valor agregado, y ser una institución con propuestas y no de mera protesta, con la integración de jóvenes y género en el accionar fabril”.
Tras señalar que esas líneas conceptuales se verán reflejadas en las próximas semanas en un conjunto de propuestas que darán forma a “un proyecto industrial, federal, sustentable, integrado e inclusivo” y que elevarán a los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Aunque el nuevo presidente de la entidad dijo que defenderá “el diálogo como mecanismo hacia la credibilidad, la confianza y la concertación” con el gobierno,también insistió en distintas oportunidades de la conferencia en su desacuerdo con lo que denominó el “triple cepo laboral”, en referencia a las prohibiciones de despidos, suspensiones y doble indemnización implementadas para sostener el empleo en medio de la pandemia.
“Desde septiembre tenemos un dato positivo en términos de empleo austero, modesto, pero que se genera empleo en vez de destruirse”, detalló al asegurar que “cuando se generan obstáculos de esta naturaleza a la posibilidad de contratar y despedir se dificulta la entrada de nuevos trabajadores”.
El tema que ya fue planteado al Gobierno en distintas reuniones bajo la presidencia del saliente Miguel Acevedo, significa para su sucesor “una defensa del empleo en blanco, registrado y socialmente protegido y queremos productividad desde el punto de vista laboral”, dijo al plantear “revisarlo porque fueron medidas de emergencia que tienen que durar lo razonablemente posible”.
La disputa interna
Fue el presidente del BICE y vocal de la UIA, José Ignacio De Mendiguren, quien encendió la mecha. “El sector textil, mi sector, es uno de los que más aporta en agregado de valor y ha perdido participación en la conducción de los industriales”, disparó luego de que se publicara la lista de unidad en la noche del martes de la semana pasada.
“El Vasco” pidió una “UIA transparente” y recordó que en el actual proceso electoral “no la ha habido”. Y precisó que recién sobre la fecha del armado de las listas se enteró “del veto a mi sector”. Allí fue que habría deslizado que la empresa que le puso el no a su candidatura fue la Techint de Paolo Rocca. Fue duro con la compañía y se refirió a cómo ejerció sus 4 votos de la Cámara del Acero para poner dos vicepresidentes y disparó un dardo a las causas judiciales que la empresa tuvo, como la llamada “de los Cuadernos”.
También hubo disputa por la integración femenina. En realidad, el debate fue por Carolina Castro, que se tuvo que conformar con mantener su puesto de prosecretaria segunda
Funes de Rioja estará acompañado por nueve vicepresidentes entre ellos Luís Betnaza, de la Cámara Argentina del Acero, Eduardo Nougués, de la Unión Industrial de Jujuy, Adrián Kaufman Brea de la Unión Industrial de Córdoba, Guillermo Moretti, de la Federación Industrial de Santa Fe, Miguel Acevedo, de la Unión Industrial de Córdoba, Luís Tendlarz de la Unión Industrial de Catamarca, Carlos Garrera, de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, David Uriburu de la Cámara Argentina del Acero y Matías Furio de la Cámara Argentina del Juguete.
De acuerdo a De Mendiguren, había un “acuerdo de palabra” para hacerse un espacio entre los vicepresidentes que iban a integrar la mesa de conducción fabril. Y la corriente de Rocca habría impedido que eso suceda.
Por su parte, en rueda de prensa, Funes de Rioja desestimó la polémica y recordó que el titular del BICE -en referencia a Mendiguren- es “miembro de la Junta Directiva como ocurrió en los últimos 6 años” y que en la actualidad “no existe veto de naturaleza alguna, sino una elección de los miembros de comité por dimensión de empresas, regiones, sectores y con un representante de los jóvenes”.
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