En un breve mensaje, reconoció la victoria de su rival, el neoliberal Pedro Pablo Kuczynski. Lo hizo acompañada de sus 73 congresistas electos, que desde julio controlarán el Parlamento unicameral de 130 bancas.
Finalmente admitió su derrota. Los resultados no le dejaron alternativa. Keiko Fujimori abandonó ayer su encierro de cinco días para dar un breve mensaje de siete minutos en el que reconoció la victoria de su rival, el neoliberal Pedro Pablo Kuczynski. Lo hizo acompañada de los 73 congresistas electos de su partido, que desde julio controlarán el Parlamento unicameral de 130 bancas. Una clara demostración de fuerza dirigida al próximo gobierno, frente al cual anunció será oposición, cerrando así el llamado a la concertación hecho el día anterior por Kuczynski. Keiko, visiblemente afectada, evitó felicitar a su rival. Se limitó a decir, con un tono de sarcasmo, que le deseaba “mucha suerte”, a él “y a sus aliados de campaña”. Keiko no ha visitado a Kuczynski para felicitarlo por su victoria, ni ha anunciado que lo hará.
Flanqueada por su esposo, el norteamericano Mark Vito Vilanela, y sus dos candidatos a las vicepresidencias, José Chlimper y Vladimir Huaroc, y con sus 73 congresistas alineados detrás suyo, Keiko Fujimori leyó su breve mensaje. Había caras largas, un ambiente de velorio. Fue un mensaje sin grandeza en la derrota, dedicado a esgrimir su mayoría parlamentaria y a atacar a sus rivales, a los que llamó “promotores del odio”.
“El país ha sido testigo de una campaña que promovió el enfrentamiento entre peruanos, que buscó y logró despertar odios y fanatismos”, se quejó la hija del ex dictador Alberto Fujimori, condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción, para explicar su derrota.La queja sonó a una ironía viniendo de quien representa a una organización política heredera y defensora de un régimen autoritario que promovió la destrucción de sus adversarios.En esa misma línea de pretender descalificar a quienes recuerdan los crímenes del régimen fujimorista y exigen justicia, y denuncian los actuales nexos del fujimorismo con la corrupción y el narcotráfico, los llamó “promotores del odio”
Keiko no dio una sola señal de aceptar la mano que el día anterior le había tendido el presidente electo. “A mi contrincante le ofrezco mi mejor voluntad para dialogar”, había dicho PPK, como se le conoce a Kuczynski. Keiko le respondió anunciando que usará su mayoría parlamentaria para hacer oposición al gobierno de PPK y diciéndole que él debería gobernar con quienes lo respaldaron en esta segunda vuelta bajo la bandera de la defensa de la democracia ante el riesgo del regreso del autoritarismo fujimorista. Esa coalición democrática, unida contra el riesgo del autoritarismo fujimorista, incluye a la izquierda y una serie de organizaciones opuestos al neoliberalismo que defiende PPK.
Era notorio, mientras leía con gesto adusto el mensaje que dio ayer, que Keiko Fujimori no ha terminado de asimilar una derrota que nunca esperó. Días antes de las elecciones, las encuestas la daban como ganadora, pero todo se le volteó sobre la meta, y al final perdió por apenas 40 mil votos sobre un total de más de 18 millones. El golpe parece haber sido demasiado duro. Es la segunda vez que Keiko es derrotada en un ballottage y se queda en la puerta de Palacio de Gobierno, sin poder llevar al fujimorismo de regreso al poder.
Ayer Keiko dijo que aceptaba los resultados que la daban como perdedora, pero cuestionó el conteo de votos. “Los resultados emitidos por la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales) son confusos”, dijo. La confusión parece estar entre los fujimoristas, que no terminan de aceptar la realidad de los números.
Minutos después del mensaje de Keiko admitiendo su derrota, el congresista fujimorista Rolando Reátegui salió con otro discurso: dijo que había habido fraude. “Nos han robado la elección”, disparó, sin mostrar una sola evidencia, o siquiera indicio, de su grave acusación. La estrategia parecía sr debilitar desde el primer día al próximo gobierno, deslizando cuestionamientos a la legitimidad de una victoria muy ajustada, pero victoria al fin.
En un mensaje enviado por twitter, Pedro Pablo Kuczynski decidió quedarse con el reconocimiento de su derrota que hizo Keiko, y dejar de lado el resto de un mensaje confrontacional con el próximo gobierno que él encabezará. “Señora Keiko Fujimori, agradezco el gesto. En una democracia son bienvenidas todas las voces”, escribió el presidente electo.
En declaraciones a un medio local, dadas antes del mensaje de Keiko Fujimori, el presidente electo señaló que esperaba lograr entendimientos con el fujimorismo, con quienes, dijo, tiene una serie de coincidencias en distintos temas. Las propuestas económicas de PPK y del fujimorismo coinciden en la defensa de la continuidad del modelo neoliberal.
Pero los fujimoristas, que siguen respirando por la herida de la derrota, no se han mostrado dispuestos a ese acercamiento. Y ayer lo ratificó Keiko Fujimori. En el equipo de PPK esperan que, pasado un tiempo, digerida la derrota, se pueda dar un acercamiento.
Por ahora, los voceros fujimoristas, parapetados en su mayoría parlamentaria que puede poner en serios aprietos al próximo gobierno, le han exigido a PPK que antes de cualquier diálogo le pida disculpas públicas “a nuestra lideresa”, por haber dicho en la campaña que el fujimorismo representaba una opción autoritaria y por haber denunciado los vínculos, reales, de varios de sus dirigentes con delitos como lavado de dinero y narcotráfico.
En esas declaraciones a una revista local, Kuczynski aseguró que no indultará al ex dictador Alberto Fujimori, pero dejó la puerta abierta de cambiar su prisión por el arresto domiciliario, si el congreso, que estará controlado por el fujimorismo, da una ley en ese sentido.
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