Fuertes cruces con las provincias en el arranque del debate por la reforma tributaria

Fuertes cruces con las provincias en el arranque del debate por la reforma tributaria

Dujovne envió a Galiani. Rodríguez Saá y un diputado de Verna lo cruzaron. Las correcciones de Kicillof y Lavagna.

El secretario de Política Económica, Sebastián Galiani, tuvo su debut en la política real al tocarle defender este miércoles la reforma impositiva que tantea el Gobierno, en el arranque del debate en la bicameral de reforma tributaria.

Galiani intentó limitarse a una exposición informativa, pero no pudo evitar los primeros choques, en un debate que apunta a ir subiendo tensión de a poco.

 

 

 

 

 

 

Como explicó LPO, el Gobierno quiere discutir este año el impacto del actual marco tributario, para enviar sus propuestas de reforma recién a fin de año y debatirlas cuando hayan pasado las elecciones.

 

 

 

Aunque dispuso un protocolo inhabitual, como fue hacer la reunión en el salón Delia Parodi del Palacio con un férreo control de identificación en el ingreso, el presidente de la bicameral, el macrista Luciano Laspina, no pudo evitar que los legisladores acorralaran a Galiani.

 

"Por favor, deje de hablar de las provincias como estados subnacionales. Entienda que las provincias fueron antecesoras de la Nación", lo corrigió Adolfo Rodríguez Saá, poco antes de despedirse.

Galiani explicó que en 2001 el gasto del Estado era de un 25,6% del PBI y en 2015 ya estaba en el 42,2%. Señaló que la disparada se explica por salarios, seguridad social y subsidios.

 

 

 

Con la excusa de la marcha por el 2x1, Galiani, que fue docente de Oxford y confesó haber llegado hace poco al país, prometió limitarse a detallar el trazo grueso del déficit fiscal y recién el 31 de mayo debatir los impuestos en particular.

 

 

 

Apoyado en un Power Point, explicó que el gasto del Estado con respecto al PBI pasó del 25.6% en 2001 a 42.2% en 2015. Exhibió una comparación con países de la región para fundamentar que el Estado argentino gasta demasiado. Y lo detalló: "La mitad del gasto lo hacen las provincias, que tienen más personal. Y la mitad del gasto nacional es en seguridad social", señaló.

 

 

 

"El año pasado bajó a 41.8% y se logró en un año con una recesión del 2.3% de caída del PBI. Nunca se habían combinado las dos variables", celebró, lo que le valió un cruce del ex ministro kirchnerista Axel Kicillof, quien le advirtió que empujar ese tipo de caídas del producto es riesgoso, porque luego lleva años o décadas regresar al sistema a los que quedaron afuera.

 

 

 

 

 

Inmutable, Galiani continuó con su exposición y describió con rigor académico a que se debió el aumento del 15% en gasto público de los últimos años, al que dividió en tres partes iguales con sus culpables. "Una fue salarios, con mucha influencia de las provincias y los municipios; otra fue seguridad social y luego subsidios, pagados en su mayoría por la Nación".

 

 

 

Se comprometió en reducir el 1% anual el déficit, pero advirtió que para crecer un 3% como esperan "necesitamos como incentivo el sistema tributario".

 El funcionario estuvo acompañado por el subsecretario de Ingresos Públicos, Andrés Edelstein y el subsecretario de Desarrollo, Guillermo Cruces. Pero ninguno habló. 

Era de esperar que los legisladores no dejarían que Galiani hablara de números sueltos con tanta soltura.

 

El chaqueño Eduardo Aguilar, ex ministro de Economía de Jorge Capitanich (Galiani le pidió que se identificara y le recordó que fue su alumno) le preguntó si quería cambiar el sistema de coparticipación, pero no tuvo respuesta del funcionario. 

Galiani sólo recordó que discutirá el impacto de impuestos nacionales, que son coparticipables. Las provincias chicas no quieren tocar el reparto que se hace de ese dinero, motivo de buena parte de sus presupuestos. 

 

Kicillof no demoró el choque de modelos. "Cuando yo iba a la facultad me decían que los países comunistas gastan mucho sobre el PBI y los capitalistas pocos. Pero resulta que entre los primeros estaban Suecia y Noruega, que ahora tienen estándares de servicios públicos soñados por nosotros".

Galiani se negó a blanquear si el Gobierno pretende tocar el sistema de coparticipación en la reforma tributaria. El funcionario se limitó de decir que sólo se discutirán los impuestos nacionales, que son coparticipables.

 

"Y si nos comparamos con Chile, le recuerdo que tiene el sistema de seguridad social privatizado. De manera que si nosotros sacaramos ese gasto del Presupuesto tendríamos superávit de inmediato. Entonces le pido que aclarar que tipo de modelo tiene en mente", lo corrió.

 

Serio, Galiani evitó entrar en su juego pero le respondió un rato después, tras minimizar el impacto del trabajo en negro, "porque es gente que gana poco".

 

"Tenemos que entender que cualquier gasto hay que financiarlo. Y no tenemos una moneda que sea reserva de valor", dijo Galiani, ante el estupor de los legisladores que lo escuchaban que podían creer la frase tipo Plaza Sésamo.

 

Rápido de reflejos, el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, percibió el malestary desvió el tema: Le pidió que se explayara sobre el impacto del "impuesto inflacionario", pero lo peor no había pasado.

 

El diputado pampeano Sergio Ziliotto anticipó que no lo iba a dejar cuestionar tan fácil el gasto de su jefe, el gobernador Carlos  Verna, enfrentado a Macri.

 

"Tiene que entender que las provincias son las responsables de servicios públicos, como salud, educación y seguridad. Las dos primeras se traspasaron en los noventa. Por eso pagan más salarios. Lo que tiene que hacer es premiar a las que tienen menos déficit", le sugirió.

Marco Lavagna también le aclaró a Galiani que no lo iba a dejar debatir números sin contexto. "Lo primero tiene que haber es un planteo filosófico sobre qué impuestos queremos cobrar. Si queremos cobrarle al consumo o a la renta. Porque si discutimos números y luego hay un proyecto donde el impacto sobre la renta es menor, yo lo voy a votar en contra", adelantó.

Incómodo, Galiani se escudó por enésima vez que ese tipo de detalle iba a quedar para la reunión siguiente, donde anunció se iba a abordar la discusión de los impuestos específicos.

 

Después vino el reto de Rodríguez Saá, harto de la terminología del funcionario: Le repochó que tratara a las provincias como "subnacionales", una capitio dimiuto que ofendió al puntano, que apeló a una lección de historia del federalismo argentino. "Uso subnacionales para definir técnicamente el gasto de provincias y municipios. Prometo, desde ahora en más, decir provincias", respondió conciliador Galiani.

 

Fogueado en estos debates, Laspina celebró algunos "consensos" como la coincidencia sobre la alta carga impositiva y el bajo impacto de la inversión en subsidios. "Para la p´roxima esperamos un debate más ríspido", lo mortificó a Galiani a modo de despedida. Lo esperan el 31.

 

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