Por R.P.Apenas cinco palabras de Amado Boudou, en referencia a un documento de la Iglesia contra el Gobierno, despertaron las críticas de la oposición y la defensa del kirchnerismo. “¿Qué documento? A nadie le importa” fue la respuesta que dio el vicepresidente.
Desde la oposición, en tanto, las principales críticas apuntaron a Boudou. Desde el radicalismo, el senador Ernesto Sanz afirmó que el documento “puso el dedo en la llaga en una de las peores herencias del kirchnerismo” que es la “división de la sociedad” y acusó al vice de “ignorar la realidad”. Sanz lamentó el “comentario despectivo” porque “ignora la adversidad”.
La diputada de Unión por Todos, Patricia Bullrich, señaló que “un gobierno lógico escucha a los distintos sectores de la sociedad”.
Para su par del PJ disidente, Eduardo Amadeo, Boudou es “un cortesano” que “vive aislado del pueblo” y de “los favores del poder”. En medio de la polémica, el vice estuvo ayer en Lima en la Cumbre de presidentes de la Unasur en reemplazo de Cristina Kirchner, quien padece una “lumbalgia”. Allí Boudou afirmó que los mandatarios rechazaron la realización de un referéndum por la autodeterminación en las Islas Malvinas y ratificaron su apoyo a la soberanía argentina.
A diferencia de otras, esta Cumbre (la sexta desde la creación del organismo que presidió Néstor Kirchner) tampoco contó con los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Venezuela, Hugo Chávez, quien deberá viajar a Cuba por un tratamiento médico; y de Bolivia, Evo Morales, porque asistirá a actos de la comunidad indígena en su país.
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