Macri y Netanyahu se prodigaron gestos de amistad y cercanía. “Mi amigo Macri” dijo el visitante en varias oportunidades y antes del almuerzo de las dos delegaciones le agradeció porque, dijo, se sentía en familia. También lo elogió por su “integridad” al abordar el tema de los atentados.

En su discurso, el Presidente elogió la lucha de Israel contra el terrorismo y su política de “emprendedurismo” uno de los ejes de cooperación que ambos mandatarios se comprometieron a profundizar. También destacó que la visita es un gesto de “confianza”. Netanyahu, por su parte, elogió la política de reformas económicas, al compararla con la liberalización que él mismo impulsó en su país. “Macri es un líder mundial”, afirmó el primer ministro ante una sonrisa del mandatario argentino. 

Luego, recordó la visita de Macri como jefe de Gobierno porteño a Israel en 2014. Contó que en el evento anual que organiza su gobierno para intendentes de diversos países ahora les recuerda a todos “que pueden llegar a Presidentes” al citar el caso de Macri. Esa visita había sido el primer contacto de los dos dirigentes. Macri se diferenció entonces de la política del kirchnerismo de acercamiento a Irán, un gesto muy apreciado en Israel.

Antes de dar la conferencia conjunta en el Salón Blanco hubo un pequeño traspié, porque las puertas del salón blanco se abrieron a las 12:30, el presidente amagó con entrar pero luego cerró raudamente la puerta. Cinco minutos después, los dos mandatarios ingresaron. Macri se reservó para sí mismo la firma del acuerdo más simbólico. La cesión de unos 5 terabytes de información desclasificada de la Cancillería Argentina sobre el Holocausto. Antes de la llegada de los mandatarios al Salón Blanco, se habían rubricado acuerdos sobre cooperación aduanera, seguridad social y cooperación en seguridad interior.