Ni los gobernadores Frigerio y Torres, ni el jefe de bloque de diputados, Cristian Ritondo, fueron consultados por el expresidente; “Es la visión institucional del partido”, argumentan en el macrismo
Matías Moreno
La decisión de Mauricio Macri de avalar un pronunciamiento de Pro para criticar con dureza al gobierno de Javier Milei por haber excluido el presupuesto 2025 del temario de proyectos de ley que se tratarán durante las sesiones extraordinarias en el Congreso provocó un fuerte revuelo interno en el seno de la fuerza amarilla. Profundizó así la grieta entre los que promueven un acuerdo con Milei para confluir en las próximas legislativas y aquellos que prefieren que el Pro compita en soledad y preserve su identidad ante el destrato de los libertarios.
Es que los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut) -e incluso el jefe de bloque de diputados de Pro, Cristian Ritondo- no estaban al tanto del contenido del comunicado que difundió ayer el partido que conduce Macri, en el que alertó por “una preocupante falta de vocación de diálogo” y una “visión autoritaria” de parte de la administración de Milei.
Ads byEL GOBIERNO CREE QUE EL PRO “PERDIÓ LA BRÚJULA” Y DEFENDIÓ LA DECISIÓN DE NO REABRIR LA DISCUSIÓN POR EL PRESUPUESTO
Apenas comenzó a circular en las redes sociales el texto de Pro, los mandatarios Frigerio y Torres alzaron la voz en el grupo de chat que integran Macri y el resto de los popes de la mesa ejecutiva de la fuerza. Ritondo, quien se alinea en el sector de los acuerdistas junto al intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y el diputado nacional Diego Santilli, también se quejó porque no había sido notificado sobre la jugada. Es más, hoy tenía prevista una reunión en Balcarce 50 junto a otros jefes de bancadas dialoguistas para comenzar a analizar el temario de extraordinarias. La cumbre, finalmente, se suspendió porque varios diputados se encuentran de vacaciones.
Los gobernadores amarillos despotricaron porque daban por terminada la discusión por el presupuesto y ya habían activado negociaciones con el Ejecutivo para destrabar sus reclamos y conseguir fondos para sus provincias. No concordaron ni con el “tono” ni con el “contenido” del texto, que contó con el visto bueno de Macri. Creen que el duro cuestionamiento confunde a su electorado y quedó a contramano del espíritu del mensaje que publicó Macri el jueves pasado, en el que aceptó la idea de Milei de hacer un “acuerdo total” para enfrentar al kirchnerismo y propuso armar una mesa de diálogo para consensuar los términos del entendimiento. “No me consultaron”, admitió Ritondo en el chat de la bancada de Diputados de Pro cuando fue interpelado por la bullrichista Silvana Giudici, secretaria parlamentaria del bloque.
En cambio, el jefe porteño Jorge Macri había sido avisado por Fernando de Andreis, mano derecha del expresidente y uno de los encargados del diseño de la comunicación partidaria. En el entorno del titular de Pro argumentan que el comunicado refleja la “visión institucional” de la fuerza respecto de la necesidad de que el país cuente con un presupuesto. ¿Buscaron tensar la cuerda en la antesala de una compleja negociación con el Gobierno?
Cerca de Macri admiten que los gobernadores u otros integrantes de la cúpula de Pro no fueron consultados sobre la letra chica del texto. Pero le quitan trascendencia a los “berrinches” o los reproches cruzados. “No queremos ser LAM ni Intrusos [programas televisivos de espectáculos]”, justifican. Eso sí: aclaran que los mandatarios Frigerio y Torres no le pidieron a Macri que presionara o cuestionara a Milei por haber prorrogado el presupuesto después de que se frustraran las tratativas con las provincias y la oposición dialoguista. “Queremos o no queremos acordar. ¿Para qué pedimos por el presupuesto? Esto confunde. Ya nadie reclama por eso, no es que salimos a defender a los jubilados”, dice uno de los altos mandos de Pro.
Mauricio Macri, en Cumelén junto a Awada y su hija, Antonia
Si bien relativizan la crisis que provocó la jugada de Macri, quien autorizó el comunicado desde su refugio en el country de Cumelén, los macristas pura cepa remarcan que en Pro hay lugar para las “diferentes miradas”. “Históricamente, Pro tuvo una postura respecto del presupuesto. Eso refleja el comunicado. Es la posición institucional del partido”, repiten allegados a Macri.
Quienes rodean al expresidente no ocultan su malestar con el silencio de la Casa Rosada -el “triángulo de hierro” dejó trascender que posterga la conversación hasta mayo- ante la propuesta del jefe de Pro de conformar una mesa de diálogo para avanzar con la negociación respecto de un eventual pacto para confluir.
En el macrismo insisten en que el hecho de que el exmandatario haya aceptado la invitación del jefe del Estado a conversar sobre la chance de converger en las legislativas, eso no quiere decir que el acuerdo esté cerrado. Machacan con que Macri pretende discutir no solo la posibilidad de compartir listas, sino la agenda programática del Gobierno. Es decir, antes de sentarse a negociar lugares en las nóminas, procura que se avance en consensos respecto de los temas institucionales o legislativos que le interesan a Pro. Es lo que el expresidente define como el “para qué”.
Cerca de Macri interpretaron la reacción del Gobierno a la propuesta de Pro como una nueva “falta de respeto”. “Ya no nos sorprende la agresión hacia Pro, que ha colaborado con Milei durante todo el año pasado en el Congreso. Son más agresivos con Macri que con el kirchnerismo o Sergio Massa”, afirma uno de los interlocutores habituales del expresidente.
En otras palabras, los laderos de Macri consideran que la falta de una respuesta formal del Ejecutivo a la propuesta de Macri implica un nuevo desplante o un gesto de hostilidad de los libertarios hacia sus aliados naturales. “Cada vez queda más claro que no hay un interés genuino de acordar con Pro. La actitud contradice lo que ha expresado el Presidente”, sostienen.
No es la primera vez en el último tiempo que una comunicación de Pro provoca diferencias internas. Después de que se cayera el debate por Ficha Limpia en Diputados, la cúpula del partido emitió un comunicado en el que acusó al Gobierno de Milei de haber jugado “a favor de los corruptos”. En ese texto, insinuó que había un pacto entre los libertarios y el kirchnerismo para evitar que Cristina Kirchner quedara fuera de la competencia electoral de 2025.
La semana pasada, el segundo tuit que publicó Macri en respuesta a la convocatoria de Milei a discutir un acuerdo electoral disgustó a varios jerarcas del espacio. En ese mensaje Macri planteaba que había definido a cinco representantes -Ritondo, Hernán Lacunza, Silvia Lospennato, Ana Clara Romero y Soledad Martínez- para negociar con la Casa Rosada. La lista de nombres surgió en la reunión por Zoom de la mesa ejecutiva del miércoles pasado.
Pero el “seleccionado” de Pro que armó Macri no solo fue objetado por el círculo de confianza de Milei -vetaron la chance de debatir con Lacunza, que fue criticado por Bullrich-, sino que provocó una crisis en el bloque de Diputados. Ritondo, por caso, tuvo que contener las quejas de las espadas legislativas de la fuerza amarilla o de los representantes de las provincias más pobladas que habían sido excluidos. “¿Para qué proponemos armar una mesa? Nos regalamos, ese tuit estuvo de más”, señala uno de los armadores de Pro en Buenos Aires.
En principio, Macri tiene previsto reunir de forma presencial a la mesa ejecutiva de Pro el 29 de enero próximo. Por ahora, el partido no unificó posturas respecto del proyecto del gobierno de Milei para eliminar las PASO. Un sector de la fuerza y los gobernadores se inclina por suspenderlas, como planteará Jorge Macri en la ciudad, y no suprimirlas para siempre, como propone Milei. Sin embargo, hay diputados que se muestran proclives a respaldar ambas opciones.
Al mismo tiempo que intenta descifrar los plantes del “triángulo de hierro” del Presidente, Macri enfrenta al desafío de hacer equilibrio para evitar más fugas en Pro. Los acuerdistas presionan para que mantenga una posición amigable con el oficialismo, pese a los últimos desencuentros, y explore un acuerdo para sobrevivir. Son aquellos gobernadores, legisladores o intendentes que perciben un respaldo de su base electoral al Gobierno en sus distritos, como Montenegro, Frigerio o Torres o Santilli, y entienden que no hay margen para tensionar. Por eso, minimizan las divergencias con la Casa Rosada. Por ejemplo, tanto Torres como Frigerio derrotaron al PJ en sus provincias y están al frente de coaliciones amplias. Ninguno de ellos descartan un pacto con los libertarios en 2025 -Torres, incluso, cogobierna con una rama de LLA-.
Sus intereses son contrapuestos a los de Jorge Macri, quien está bajo asedio de los libertarios que comandan Karina Milei y Santiago Caputo. El jefe porteño está convencido de que los violetas procuran desgastarlo -rechazaron el presupuesto 2025 en la Legislatura, lo corren por derecha y critican su gestión-, por lo que se siente obligado a plantarse y tomar distancia de LLA en la Capital. Inquieto por la avanzada libertaria, agita la idea de que su primo sea candidato a senador en las próximas legislativas. En la intimidad, Macri repite que no le entusiasma ese plan.
Comentá la nota