El ministro del Interior recibió a 50 intendentes de todo el país, en el camino para preparar el desembarco de Cambiemos en un organismo que desde su creación condujo el peronismo.
La pelea entre el peronismo y Cambiemos por conducir los destinos de la Federación Argentina de Municipios está cada vez más cerca del punto de fusión.
El miércoles y jueves pasados, más de 100 intendentes peronistas de todo el país estuvieron reunidos en Concordia para planear una estrategia que les permita seguir conduciendo la FAM. En el cónclave se decidió que el intendente de Bolívar, Eduardo “Bali” Bucca, será el candidato para suceder a Alberto Descalzo (Ituzaingó) en el capítulo bonaerense de la entidad, en tanto que no se tomó aún ninguna decisión en cuanto al postulante a heredar la conducción nacional del organismo, hoy en manos del peronista Julio Pereyra, jefe comunal de Florencio Varela.
Para tener una idea del voltaje del conflicto, este lunes en la propia Casa Rosada, el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio recibió a unos 50 intendentes de Cambiemos que ya se venían reuniendo para acabar con la hegemonía peronista en la FAM.
Estuvieron presentes, inclusive, uno de los postulantes para suceder a Pereyra, el intendente salteño Gustavo Sáenz, mientras que paralelamente se produjo la llamativa ausencia del jefe comunal cordobés Ramón Mestre -que había sido el postulante inicial de Cambiemos-, que alegó alguna ignota enfermedad para justificarla. Es necesario recordar que Mestre fue el primer candidato que postuló Cambiemos, pero el número de votos necesarios para llegar a la presidencia de la FAM lo dejó a un lado. Es que, sin los votos del massismo -Sáenz fue candidato a vicepresidente de UNA el 25 de octubre último-, a la coalición gobernante no le dan los números. Y si no le alcanzaran los guarismos, la única estrategia posible es desfinanciar a la FAM o torpedearla subrepticiamente desde la Casa Rosada. No existen alternativas para estas dos opciones.
Otros intendentes que estuvieron en el Salón Azul de la Casa Rosada fueron Raúl Jalil (Catamarca); Alberto Paredes Urquiza (La Rioja); Américo Liendro (Cachi); Yolanda Vega (Cerrillos); Martín Yeza (Pinamar); Martiniano Molina (Quilmes); Nicolás Ducoté (Pilar); Brunilda Rebolledo (San Martín de los Andes); Javier Gastón (Chascomús); Germán Di Césare (General Alvarado); Héctor Gay (Bahía Blanca); Eduardo Romero (Villa Allende); Pedro Dellarosa (Marcos Juarez); Juan Jure (Río Cuarto); Félix Emir (San Rafael) y Rodolfo Suárez (Mendoza), entre otros.
Por otra parte, acompañaron a Frigerio en la reunión el secretario de Interior, Sebastián García De Luca; su par de Asuntos Municipales, Aída Ayala; el subsecretario de Gestión Municipal, Lucas Delfino y el subsecretario de Relaciones con las Provincias, Paulino Caballero.
Las declaraciones de Frigerio a los medios de comunicación circundaron el discurso habitual del presidente Macri. Comenzó abogando por “construir una institución que represente a todos” los argentinos , que genere “mecanismos para solucionar los problemas de la gente” y finalizó predicando que “los problemas no tienen ni bandera ni camiseta política, son de todos los argentinos, no de determinado partido”.
Más claras en cuanto a los objetivos de la reunión fueron las palabras del subsecretario de Gestión Comunal Lucas Delfino, que, desmintiendo a su jefe inmediato, anticipó que “la FAM dejará ser una sede del PJ” y, por sobre todas las cosas, “dejará de ser un lugar donde se dirime la interna peronista”.
En tono más filosófico, Delfino planteó que “debemos terminar con la relación tóxica del gobierno nacional con los municipios” y concluyó con que “la ciudad, como primer contacto con el vecino, es el primer ladrillo de la democracia en un país tan heterogéneo como el nuestro” (?).
En lo concreto, el Gobierno -y, dentro del Gobierno, el Pro- tiene conciencia de la carencia principal que aqueja al partido del presidente, que es su falta de inserción territorial. Tan grande es que debió apelar a una alianza inesperada, impensada y aún a veces incómoda, con la Unión Cívica Radical para lograr esos votos imprescindibles que residen en los rincones más apartados de la república. En este sentido, fueron vez proféticas las palabras que un veterano sacerdote le espetó a este cronista muchos años atrás: “en todos los pueblitos más pequeños de la Argentina, hay tres edificios que no faltan jamás: una capilla, una unidad básica y un comité radical”.
Esto es lo que se propone construir el Pro y la FAM es uno de los instrumentos que necesita imprescindiblemente para llegar a ser un partido nacional. Este asunto sobrevolaba -aunque sólo tácitamente, por ahora- la reunión en la Casa Rosada.
Comentá la nota