El oficialismo perforó el 30% y se encendieron las alarmas. PASO con competencia, desorden, falta de estrategia, y chicanas cruzadas, con la inseguridad de por medio.
Por: Gabriela Pepe
“Cuando no tenés estrategia, lo bueno es malo y lo malo es malo. Como estamos hoy, el Frente de Todos (FdT) va a seguir cayendo. Hay un estado de descomposición”. Crudo, sin anestesia, un dirigente de primera línea de diálogo con Cristina Fernández de Kirchner explica así el panorama oscuro que avizora el cristinismo y que le vaticinan las encuestas al oficialismo en la próxima elección, mientras la plana mayor del espacio dilata las definiciones sobre las candidaturas.
La luz roja que encendió esta semana la encuesta de la consultora Aresco, que mostró una caída de casi seis puntos para el FdT en los últimos cuatro meses, y lo ubicó en un piso del 28%, se intensificó con el homicidio del chofer Daniel Barrientos, ocurrido el lunes por la madrugada, en La Matanza. El episodio derivó en un debate por la inseguridad en territorio bonaerense, la agresión a Sergio Berni y el recrudecimiento del enfrentamiento político entre la provincia de Buenos Aires y la Casa Rosada.
Fue la vicepresidenta la que puso la voz en alto cuando se quejó desde su cuenta de Twitter por el desmedido operativo de detención del chofer acusado de agredir al ministro que hicieron en conjunto “la policía de CABA con la Bonaerense”. Fue una forma de mostrar, otra vez, que registra que la inseguridad es un tema sensible para el electorado, como también señalan las encuestas. A Berni no le cayó en gracia. Ella ya había hablado del tema en el acto que se celebró el 17 de noviembre, en La Plata, cuando dijo que la democracia tiene “una deuda en materia de seguridad en la vida de los habitantes”.
Los cruces entre la provincia y la Casa Rosada en materia de seguridad se insertan en el nervioso debate electoral interno del FdT. Berni es un crítico impiadoso de Alberto Fernández, mientras que el cristinismo señala al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, como “el último vocero” del Presidente que pide por su reelección. Aunque las diferencias políticas persisten, los ministros de ambas administraciones mantuvieron en las últimas horas una conversación en términos amigables. El jueves, finamente Berni dijo que “el Gobierno nacional empezó a transitar la senda de la comprensión”.
Pocas horas antes, Aníbal Fernández había acusado al gobernador Axel Kicillof de ser “un profundo desconocedor de las cosas que suceden” en la provincia. El encargado de responderle fue el jefe de asesores del gobernador, Carlos Bianco, que desafió al ministro nacional presentarse a las PASO contra Kicillof. Bianco también apuntó contra la Nación por haber puenteado a la provincia en la convocatoria a los secretarios de Seguridad de los municipios. “Fue un error grosero”, dijo. “Esto ya es una locura”, se lamentó un cristinista de primera línea.
"Cristina nos representa ideológicamente tiene la mayor intención de votos y es la única estadista del país"
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— Carlos Bianco (@Carli_Bianco) April 7, 2023
El insostenible nivel de internas harta a todos los actores del espacio. Gobernadores, intendentes, legisladores nacionales, sindicalistas, dirigentes sociales claman por definiciones electorales y piden un alto el fuego. “Es desesperante”, le dijo a Letra P un dirigente de la CGT que participa de las conversaciones por la organización de la reunión de Consejo Directivo que se celebrará la semana próxima.
La intención de los gremios denominados "gordos" es avanzar en el armado de un acto para el 1 de mayo que incluya a todos los sectores y pueda dar una señal de fortaleza del movimiento obrero en un contexto electoral que se presume adverso para el peronismo. La propuesta sería organizar un acto cerrado para las planas mayores y unos 10 mil delegados; un control de daños para evitar que una movilización masiva termine en un mar de reclamos contra el Gobierno. Todos los informes muestran una caída del salario real de los trabajadores – en enero fue del 1,6%, según el Indec-, al tiempo que la inflación anual proyectada por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) anuncia un 110%.
Los gremios arrancaron en ese contexto la negociación de las paritarias. En un intento por no sumar más ruido a la compleja situación económica que maniobra Sergio Massa – “no pudrírsela", acota una fuente sindical-, buscarán cerrar acuerdos acotados en el tiempo, con cláusulas de revisión. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que encabeza el cristinista Abel Furlán, cerró esta semana su paritaria por tres meses, con una suba del 18% entre abril y junio.
Mientras esperan la convocatoria para avanzar en la definición de la estrategia electoral, los gobernadores también se impacientan. El experimentado Gildo Insfrán ya hizo saber su preocupación por “la falta de sensatez” que hay dentro del FdT, en obvia referencia a las internas. “O nos ponemos de acuerdo o nos liquidan”, sentencia, lapidario, sobre las elecciones un dirigente con poder territorial en el Norte.
El desorden llegó a tal punto que el peronismo perdió el control del Senado, donde ahora juega como árbitro el bloque Unidad Federal, integrado por Guillermo Snopek (Jujuy), Eduardo Kueider (Entre Ríos), Carlos “Camau” Espínola (Corrientes), María Eugenia Catalfamo (San Luis) - que dejaron la bancada del FdT a fines de febrero- junto a Alejandra Vigo (Córdoba). Los exiliados esbozaron diferentes motivos para dejar el bloque oficialista, con dardos que apuntan tanto hacia el Presidente como hacia Cristina, a quienes les recriminan faltan de contención. Ahora negocian las sesiones con Juntos por el Cambio (JxC).
Un principio de acuerdo
En medio de la tensión, una certeza atraviesa al FdT: definirá sus candidaturas en las PASO. Esa fue la estrategia que impulsó Fernández para “democratizar” el espacio y terminar con la “dedocracia”, que le da poder de decisión a CFK. El Presidente siente que ganó la pulseada y que las internas potenciarán al oficialismo: la interna ya está fuera de discusión.
El cristinismo terminó por aceptar el sistema, pero redobló la apuesta: dice que competirá y desafía al Presidente a que arme su propia lista. “Que Alberto presente candidatos en todos los distritos, a ver qué tiene”, apunta un dirigente cercano a la vicepresidenta que da por descontado que una lista armada por la sociedad Cristina-Massa tendría más potencia electoral que un armado albertista.
Ahora la discusión es cuándo habrá definiciones públicas. El Presidente piensa en la segunda quincena de mayo para anunciar si será candidato a la reelección. El cristinismo todavía espera por su renunciamiento y busca apurar los tiempos. Cita como ejemplo el momento en que Eduardo Duhalde, a sabiendas de que no tenía chances de ser electo presidente tras el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en junio de 2002, se puso a construir un candidato. Las elecciones fueron el 27 de abril de 2003. “Hasta que Alberto no defina estamos en una parálisis. No hay forma de diseñar ninguna estrategia”, apuntan en el cristinismo.
El Gobierno e intendentes marcaron dónde desplegar fuerzas federales: Berni no participó de la reunión https://t.co/wmvJ8Ol8wA
— Aníbal Fernández (@FernandezAnibal) April 5, 2023
Cerca de la vicepresidenta las aguas están divididas. Una parte de la tropa todavía impulsa la candidatura presidencial de Cristina y cree que es la única capaz de ordenar al peronismo y poner al FdT competitivo, cuando la sociedad demanda liderazgos fuertes y conducción. En paralelo, otro sector ya se resignó a que no dará marcha atrás en su decisión de no ser candidata y trabaja intensamente en el posicionamiento de Wado de Pedro.
En plena evaluación está, todavía, el camino de Massa. En las filas del Frente Renovador dicen que en el FdT “no hay un candidato competitivo” como el ministro, a pesar de los problemas de la economía. La CGT y un grupo de gobernadores lo esperan. En marzo, por primera vez después de dos meses de ajuste, el ministro hizo crecer las transferencias a las provincias.
El tigrense juega la carta de la estabilización económica y junta reservas para evitar un desmadre devaluatorio. Esta semana, los organismos multitalerales de crédito empezaron a cumplir con la promesa de agilización de desembolsos que Joe Biden hizo en la reunión que tuvo con Fernández en la Casa Blanca, el 30 de marzo. Además, consiguió amplio respaldo al lanzamiento del "dólar agro". Confía en que a mediados de mayo podrá mostrar una desaceleración en la inflación. El cristinismo lo considera aliado, que trabaja en contacto permanente con Cristina, pero reconoce que la crisis económica "le fue quitando el aura".
Mayo es el mes clave del calendario. Fernández planea convocar ese mes al Consejo y al Congreso del PJ, aunque algunos de sus colaboradores creen que la primera reunión debería darse en abril y prefieren no dilatar más los tiempos. Alguno de ellos le pidió en los últimos días que llame a Cristina para empezar a ordenar la política: el Presidente se negó. “Podemos hacer mil reuniones, pero hasta que no hablen ellos dos y Sergio, esto no va a ningún lado”, se sincera un ministro.
Otro sector entiende que el avance de las negociaciones se puede dar sin ese diálogo bilateral, con conversaciones cruzadas, que ya existen entre bandos. Los más optimistas se esperanzan con que la definición de candidaturas y una carta sorpresa de Cristina puedan ordenar rápidamente al peronismo, como en 2019. Los números de las encuestas muestran que, esta vez, la realidad es más compleja.
El canciller Santiago Cafiero, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, el vicejefe, Juan Manuel Olmos, y la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, forman el cuarteto designado por Fernández para llevar adelante las negociaciones. Cafiero se reunió el martes con De Pedro. Buscan, al menos, ordenar el cronograma de acción en medio de la incertidumbre.
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