Luego de asegurar que la Canciller había cometido un “error” por reconocer a Urrutia como presidente, en la Casa Rosada le restaron relevancia al respaldo de Milei. El rol de la Secretaria General y de Santiago Caputo.
Por: Brenda Struminger.
La gestión del Gobierno quedó atravesada y diezmada, nuevamente, por diferencias de criterio internas, que se entremezclaron con casos de fiebre tuitera. El agravante, esta vez, fueron las consecuencias en el delicado ámbito diplomático, y en relación a la grave crisis política y social de Venezuela. En cuestión de horas, la Argentina pasó de exhibir una postura muy clara y dura con Nicolás Maduro -encarnada por la canciller Diana Mondino en su cuenta de X y respaldada en la misma red por el propio jefe de Estado-, a corregirla por otra, más cautelosa y oficial, por orden de su hermana y secretaria general de la Presidencia y el asesor Santiago Caputo.
No es la primera vez que se produce una confusión a partir de tuits que se emiten de manera “personal” sin tener en cuenta que son, en realidad, información oficial. Pero hoy esa dinámica de libertad en las redes impactó fuera de las fronteras, en el ámbito diplomático.
La saga virtual tuvo varios capítulos, que transcurrieron en 24 horas. Primero, Diana Mondino publicó un tuit desde su cuenta oficial de Canciller, en X, reconociendo al candidato opositor a Nicolás Maduro, Edmundo González Urrutia, como presidente electo. Después, Javier Milei la respaldó, al repostear ese mensaje desde su perfil, también oficialmente. Pero, luego, la Cancillería publicó un comunicado desmintiendo ese reconocimiento, donde llamó, en cambio, a esperar. “La República Argentina sigue con extrema atención y preocupación los acontecimientos en Venezuela a fin de pronunciarse en forma definitiva”, expresó el ministerio.
Ante las idas y vueltas, Infobae consultó con fuentes ligadas a Karina Milei, que confirmaron que la Secretaria General había considerado que Mondino había cometido un “error” y que, por lo tanto, la Casa Rosada había ordenado corregirlo a través de una misiva. La equivocación de la Canciller, dijeron, fue adelantarse.
“La posición que exhibió Diana coincide claramente con lo que piensa nuestro Gobierno. Pero nuestra estrategia era, y sigue siendo, esperar hasta que los seis refugiados argentinos en Caracas estén a salvo”, dijo un alto colaborador.
Y le restó importancia al apoyo de Milei. “El Presidente no debe haber leído el tuit. Fue sólo para acompañar a su ministra, pero fue un retuit nada más, no significó nada”, insistió.
El tuit de la Canciller
La novela siguió por la tarde. Después del primer mensaje de Mondino, del retuit del Presidente, y de la aclaración de Karina Milei a través de las redes de la Cancillería, el vicecanciller, Leopoldo Sahores, dejó entrever que tarde o temprano primará la postura inicial, es decir, la que había exhibido su ministra. “Hay todos los elementos para considerar que el presidente…, el ganador fue Edmundo González. No ha habido todavía un pronunciamiento oficial, pero es algo que evidentemente va a ser muy pronto”, dijo en una entrevista radial con Cadena 3.
Poco después, a pesar de los intentos por relativizar las expresiones por vías digitales, las autoridades opositoras venezolanas se hicieron eco del tuit de Mondino, agradeciéndolo públicamente. E hicieron caso omiso al comunicado formal impulsado por Karina Milei, que quedó en un segundo plano a pesar de su perfil institucional y formal.
Mientras tanto, los cruces de declaraciones generaron una nueva ola de tensión política entre la Casa Rosada y el Palacio San Martín. En estricta reserva, un diplomático de carrera deslizó, en diálogo con Infobae, que es poco probable que Venezuela libere a los refugiados en el corto plazo, y dijo que por eso Mondino apuró la validación de Edmundo González. “No los van a soltar ahora. Esperar para posicionarnos no tiene sentido porque los tienen de rehenes”, deslizó.
Sin embargo, admitió que plantear una postura demasiado fuerte contra Maduro podría enturbiar la relación con Brasil que tiene una postura “intermedia” con Venezuela, pero quedó a cargo de la representación de los intereses argentinos en Venezuela y se comprometió a proteger a los asilados que están en la Embajada.
Más allá de los detalles de este caso puntual y sus complejidades, al final del día quedó en evidencia que Karina Milei había quedado disconforme con la actuación de Mondino. Y que el propio Presidente no había medido, nuevamente, el poder que tienen sus intervenciones en las redes. Al final, la Argentina, uno de los países más importantes de la región, que además busca posicionarse como líder del Cono Sur, exhibió al mundo dos posturas oficiales distintas, con diferencia de horas.
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