Los dichos del expresidente provocaron un fuerte revuelo entre los “acuerdistas” e impactaron en el bloque de diputados del partido amarillo
Matías Moreno
En momentos en que las negociaciones entre los “acuerdistas” de Pro y La Libertad Avanza (LLA) para confluir en las próximas elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires se encaminan a llegar a buen puerto, pese a que entraron en pausa, Mauricio Macri pateó el tablero. Durante su visita a la ciudad de Mar del Plata, donde estuvo escoltado por el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y el jefe de la filial amarilla en el territorio bonaerense, Cristian Ritondo, dos de los principales promotores del pacto con la Casa Rosada, el titular de Pro metió el dedo en la llaga de la interna que atraviesa su partido por el eventual entendimiento electoral con Javier Milei en el distrito más poblado del país.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que otros dirigentes de Pro crucen el cerco y se pinten de violeta para incorporarse de manera oficial a LLA, como hizo Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero y aliado político de Patricia Bullrich en el tablero del oficialismo, Macri eligió una expresión que causó un gigantesco revuelo político en el seno de Pro: “Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados, los que quedamos tenemos valores”, enfatizó.
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¿Macri solo procuró condenar públicamente la actitud de Valenzuela y el grupo de bullrichistas que ya se mudaron al cuartel general de Milei? ¿Intentó enviarles un mensaje a los hermanos Milei y sus armadores para que no sigan tentando a dirigentes de su espacio para que se cambien de escudería? ¿O intentó jugar a dos bandas y marcarle la cancha a Diego Santilli, Montenegro y Ritondo, quienes llevan adelante las tratativas con LLA para converger en un frente en la provincia?
Apenas Macri pronunció esas palabras, Fernando de Andreis, uno de los colaboradores más estrechos del expresidente, replicó la frase en su cuenta de la red social “X”. Acompañó el recado con una imagen de alto impacto: Macri, junto a Ritondo y Montenegro.
La jugada que ejecutó Macri en Mar del Plata sacudió a Pro, que atraviesa una profunda crisis de identidad y representación desde que Milei se impuso en las urnas y puso un pie en la Casa Rosada. Los primeros reproches se produjeron en el bloque de Diputados que conduce Ritondo, donde conviven macristas de pura cepa, bullrichistas que se mueven sin culpa como parte del oficialismo y amarillos que ansían lograr una alianza con LLA que les garantice conservar su parcela de poder en sus territorios o acceder a puestos codiciados en la administración libertaria.
La foto de Santilli y Ritondo con Karina Milei
Los reproches dirigidos a Macri por su advertencia irrumpieron en el grupo de WhatsApp que comparten los legisladores de Pro. Los más molestos eran los dirigentes que responden a Bullrich, pero también hubo señales de disgusto entre los amarillos que articulan en Buenos Aires para evitar una división con LLA que pueda beneficiar las chances del kirchnerismo de revalidar sus títulos en el distrito más populoso del país. “Duele y que De Andreis suba ese mensaje es una provocación. Ofendió a todos. ¿Macri está diciendo que el Gobierno compró a Bullrich, [Federico] Sturzenegger, [Luis] “Toto” Caputo o Federico Pinedo [actual sherpa del G-20]”, bramó un alfil de la bancada de Pro.
En medio de la creciente tensión, Gerardo Milman se inclinó por salir a respaldar a Valenzuela: “Yo tengo los valores de la Libertad, la República y la democracia. He cambiado de partido, de ideas porque estas evolucionan, pero nunca vendí mis valores”, dijo Milman, quien supo ser el armador de Bullrich. En cambio, Santilli prefirió preservar el silencio.
En el círculo de confianza de Macri intentaron circunscribir el alcance de la ofensiva del expresidente. Aclararon que no se a los funcionarios que se sumaron al Gabinete de Milei, como Caputo o Sturzenegger, sino a aquellos dirigentes que fueron electos con el sello de Pro y ahora optan por “pasarse” a las “fuerzas del cielo”. Es decir, aseguran que se refería básicamente al caso de Valenzuela o Bullrich, a quien le pasan factura por sumarse a la campaña de LLA en la Capital, principal bastión de la estructura de Pro. Otro caso es el de Fernanda Astorino, la intendenta de Capitán Sarmiento, quien también se fue de Pro y recaló en LLA
Ritondo debió volver a activar sus dotes de equilibrista para impedir que la frase de Macri fracture de manera formal el bloque de Diputados, que ya sufrió la escisión de los santafesinos Gabriel Chumpitaz y Verónica Razzini. Ambos pegaron el portazo con el argumento de que el macrismo no les dio espacios en el cierre de listas en Santa Fe, donde el jefe de Pro cerró con Maximiliano Pullaro y su vice, Gisela Scaglia.
Mientras los pares de Ritondo sospechaban que Macri le había tendido una emboscada en Mar del Plata, el jefe de Pro en la provincia intentó aquietar las aguas y envió señales de que el mensaje del exmandatario iba dirigido a Valenzuela. En concreto, Ritondo, Santilli y Montenegro, protagonistas de la última foto entre Karina Milei y los acuerdistas de Pro, confían en que tarde o temprano se oficializará el acuerdo con LLA para confluir en las listas en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. De hecho, los tres se fueron satisfechos de la cumbre de los jefes de Pro en Buenos Aires que se realizó el martes último.
Más allá de los reparos que puso el grupo más cercano a Jorge Macri, creen que una amplia mayoría de los intendentes y dirigentes con peso territorial en la provincia abogan por pactar con Milei. Incluso concedieron el pedido de incluir en las conversaciones a los radicales o jefes municipales que eran socios de Pro en JxC para conformar a los emisarios del macrismo.
Mauricio Macri en Mar del PlataPRO
En rigor, procuran ganar tiempo porque asumen que la elección del 18 de mayo en la Capital, donde Pro y LLA medirán fuerzas, condicionará los términos del acuerdo en la provincia. Intuyen que si gana Leandro Santoro (PJ) y hay una diferencia ínfima entre Silvia Lospennato y Manuel Adorni en la disputa por el segundo y tercer lugar, podrían activar un operativo clamor que empuje la negociación para converger en Buenos Aires.
Entre los “acuerdistas” se impone la tesis de que Macri está incómodo por la reconfiguración del mapa político que se inició con el triunfo de Milei y, sobre todo, la escasa influencia que logra tener en el Gobierno. Sospechan que Macri estaba habituado a ser el “dueño” de Pro. “Mauricio no tiene el mazo para repartir las cartas. Ya no es el que bendice y veta. Por eso no controla el juego y no bailamos todos alrededor de él. Está medio perdido y no acepta que otros dirigentes hablen por sí mismos. Nosotros no somos Valenzuela”, señaló uno de los amarillos que cuentan con estructura propia en Buenos Aires.
Durante la conferencia de prensa en Mar del Plata, Macri insistió en que Pro hará “lo imposible” para conformar un frente con LLA para enfrentar al “populismo” en las próximas elecciones. Deslizó que mantiene una mirada escéptica sobre las intenciones de la mesa chica de Milei, pero remarcó que espera ver los resultados que conseguirá Ritondo, a quien volvió a mencionar como negociador.
“Desde acá lo importante para todos los bonaerenses es que nosotros tenemos una vocación absoluta de sumar para terminar con las ideas populistas que tanto daño han hecho. Nosotros anteponemos el proyecto de país, el proyecto de la provincia de Buenos Aires, por delate de cualquier interés particular”, puntualizó el expresidente.
Eso sí: Macri reiteró que solo avalará un acuerdo “institucional”. “Es importante un acuerdo institucional y para eso nosotros vamos a poner todo lo mejor que tenemos dentro del Pro y ellos tienen que poner todo lo mejor que tienen dentro de LLA”, subrayó.
Para decirlo de otro modo, el expresidente apuesta a darle el brazo a torcer a los libertarios, quienes no quieren resignar ni su sello ni su nombre ni su agenda para la batalla en Buenos Aires. Karina Milei y sus consejeros procuran que Santilli, Ritondo y Montenegro sigan el camino de Valenzuela.
Hoy, Macri pareció intentar frenar esa sangría o, al menos, advertirles a los suyos que considerará que fueron comprados si dan el salto a LLA sin su beneplácito.
Jorge y Mauricio Macri en la Fundación Pensar
“Mientras abrazaba a Ritondo y Montenegro, le pega a los que se fueron y a los de adentro que se pueden ir. Salió a marcar la cancha”, interpretan en el sector que apuntala a Santilli. ¿Presumen que los trascendidos respecto de la eventual expulsión del diputado salieron de la sede de Uspallata, donde habita Jorge Macri? En Pro se impone la desconfianza.
En las últimas horas, hubo contactos subterráneos entre representantes de los acuerdistas de Pro y la Casa Rosada para disipar las tensiones por los dichos de Macri. “El Gobierno ya sabe a qué juega Mauricio y a qué jugamos nosotros. Acá hay que pensar rápido y caminar despacio”, susurró uno de los amarillos que se imagina en la boleta de Milei en los próximos comicios.
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