Santos viajó a Estados Unidos para someterse a exámenes médicos. El estado de salud del mandatario añade un elemento de inquietud en momentos en que se analiza un nuevo pacto de paz con las FARC y se intenta negociar con la otra guerrilla, el ELN.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, partió ayer a Estados Unidos donde hoy se someterá a exámenes médicos para descartar una posible recaída de un cáncer de próstata, informó la Casa de Nariño. La salud del mandatario añade un elemento de inquietud en momentos en que se están analizando los cambios en el nuevo acuerdo de paz y la fragilidad del cese del fuego se manifiesta en las escaramuzas que se suceden en varios puntos del país entre los miembros de las FARC y del ELN y las fuerzas de seguridad.
El jefe de Estado será atendido en el Centro de Oncología del Hospital Johns Hopkins en Baltimore (EE.UU.), luego de que los médicos de la Fundación Santa Fe de Bogotá le sugirieran realizarse nuevos exámenes, tras notificarle este martes que se le había detectado un incremento del antígeno prostático.
Antes de su viaje el mandatario traspasó el mando a la ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar, quien sucede en el cargo a Gina Parody. Santos se hizo chequeos médicos que mostraron una alteración en los antígenos prostáticos que, según dijo, lo tomó “por sorpresa”. El presidente había sido sometido con éxito, en octubre de 2012, a una cirugía para extraer un tumor en la próstata y días después aseguró que su salud era óptima. En julio de 2014, el mandatario volvió a ser sometido a exámenes de rutina por recomendación médica, y como siempre aseguró que su historia clínica está abierta para el conocimiento de la opinión pública.
Santos dijo también que aprovechará el viaje a Estados Unidos para asistir a una cena en honor al vicepresidente de ese país, Joseph Biden, “quien ha sido un gran aliado de Colombia”. El mandatario señaló que inicialmente se había excusado, pero dado que coinciden las fechas tratará de asistir. Además se reunirá con senadores demócratas y republicanos, “siguiendo nuestra tradicional política bipartidista, con el fin de informarles sobre el nuevo acuerdo de paz y discutir con ellos los pasos a seguir con Paz Colombia y el posconflicto”, puntualizó. El mandatario anunció además que regresará el viernes a su país.
En simultáneo, el jefe del equipo negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, informó ayer que dos guerrilleros de las FARC murieron en combates en el sur del departamento caribeño de Bolívar, sólo cuatro días después de que las dos partes firmaran un nuevo acuerdo de paz.
“Hubo combates en el sur de Bolívar, han muerto unos guerrilleros, que se dice pertenecen a las FARC. Hay, dijéramos, una versión del Ministerio de Defensa en función de la cual estos guerrilleros estaban bastante alejados de la zona de preagrupamiento (...) y allí había un operación de carácter delincuencial”, dijo De la Calle en una entrevista con Caracol Televisión.
El gobierno colombiano y las FARC iniciaron un alto el fuego bilateral el pasado 29 de agosto, después de alcanzar un primer acuerdo de paz que fue firmado el 26 de septiembre y rechazado en el plebiscito una semana después.
Los guerrilleros de las FARC en todo el país se encuentran ya en zonas de preagrupamiento para acudir después a las zonas donde se concentrarán como paso previo a la dejación de armas y la desmovilización. De la Calle comentó que ya ha tenido ocasión de hablar con el jefe negociador de esa guerrilla, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, quien le dijo que los fallecidos “iban en camino a la zona de preagrupamiento”. En cualquier caso, el funcionario dijo que “hay una discrepancia de narrativas”, pero el combate arroja una lección: que el cese del fuego “sí es frágil”.
“No podemos demorarnos, si hay un nuevo acuerdo, si tenemos una nueva oportunidad de terminar el conflicto en Colombia, no podemos desaprovechar esa oportunidad”, concluyó.
Las delegaciones del gobierno de Colombia y las FARC alcanzaron un acuerdo de paz tras casi cuatro años de negociaciones en La Habana, que fue firmado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el máximo líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, el 26 de septiembre. Sin embargo, los colombianos rechazaron por un estrecho margen el documento en el plebiscito del 2 de octubre, y desde entonces las partes han trabajado para desbloquear el proceso de paz.
En tanto, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que busca entablar una negociación formal de paz con el gobierno, es el “más probable” responsable de un ataque con explosivos que dejó 17 policías heridos, informó ayer el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
El ataque ocurrió en la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, y afectó a 17 uniformados “de manera leve, con esquirlas y con aturdimiento de algunos de ellos”, dijo Villegas en declaraciones a periodistas. La unidad atacada, perteneciente al escuadrón antidisturbios, se movilizaba en un bus a cuyo paso estalló un artefacto explosivo, detalló.
“Iban en cumplimiento de la misión de seguir luchando contra el contrabando (...) del cual se lucra el Ejército de Liberación Nacional (guevarista), de manera que es bastante probable que la autoría de este acto contra nuestra policía sea por cuenta del Ejército de Liberación Nacional”, explicó el ministro.
El gobierno y el ELN, segunda guerrilla del país, tenían previsto instalar una mesa pública de conversaciones de paz el pasado 27 de octubre en Quito, Ecuador, pero la ceremonia fue suspendida porque el presidente Juan Manuel Santos exige que el grupo rebelde libere primero al ex congresista secuestrado Odín Sánchez.
El fin de semana, el jefe negociador del gobierno con el ELN, Juan Camilo Restrepo, puso incluso en duda las intenciones de paz de esa guerrilla después de atribuirle el atentado contra un oleoducto en el sur del país.
Además, desde hace unos días las autoridades investigan si en las últimas semanas el ELN secuestró a un ciudadano ruso en el selvático departamento del Chocó (noroeste), fronterizo con Panamá.
Colombia registra más de 260.000 muertos en medio siglo de violencia fratricida, que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes de la fuerza pública.
Apoyo al acuerdo de paz
Los colombianos salieron a apoyar la nueva negociación entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que incluye modificaciones propuestas por partidarios del “No”. La movilización, organizada como las anteriores por estudiantes universitarios luego del sorpresivo rechazo al acuerdo de La Habana en el referendo del 2 de octubre, se inició en el Planetario Distrital y llegó a la céntrica Plaza de Bolívar con arengas a favor del pacto y con banderas blancas como símbolo de paz. “Esta es la cuarta de las movilizaciones estudiantiles y de jóvenes que hacemos. A diferencia de las otras, acá estamos celebrando que tenemos acuerdo”, señaló Alejandro Franco, uno de los promotores de la marcha. El dirigente estudiantil sostuvo que, con la movilización, pretendían transmitir dos mensajes: uno sobre el nuevo acuerdo y otro sobre la importancia de que los ciudadanos se expresen en las calles. “Por un lado, ese gesto de alegría de tener un nuevo acuerdo, más incluyente, más claro y mejor que el pasado. Y segundo, y yo creo que más importante, es darle a entender a la opinión pública que la ciudadanía que ha marchado y se ha manifestado en tres ocasiones pasadas está acá para quedarse”, afirmó. De la manifestación participaron también miembros del “Campamento por la paz”, instalado hace más de un mes en la Plaza de Bolívar, y que permanecerán allí hasta que el nuevo acuerdo sea refrendado. Giovanni Martínez, que ya lleva en el campamento 21 de los 42 días que lleva instalado, afirmó que el nuevo acuerdo debe brindar a la guerrilla garantías de que podrán ejercer política sin problemas.
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