La imagen y las declaraciones de sus propios compañeros de fila destaparon una historia de profundos vínculos con Fernando de la Rúa, el grupo Sushi y empresarios del más íntimo círculo de Mauricio Macri. La verdadera historia del denunciado ex secretario de Medios, al descubierto.
Viejos enemigos íntimos, la figura de Enrique “Pepe” Albistur pareciera crecer día a día en el armado político de Alberto Fernández de cara a su potencial presidencia. Algunos esperan que rememore el rol de secretario de Medios que ostentó durante los primeros años del gobierno kirchnerista. Otros, los que recuerdan vivamente su escandalosa renuncia en medio de denuncias por corrupción, lo prefieren en otro lado.
Es justamente éste último grupo el que desató una guerra interna en plena campaña electoral. Un agente inorgánico histórico en la Agencia Federal de Inteligencia, Francisco “Paco” Larcher, a través de Sergio Massa, decidió apadrinar a Albistur para que se transforme en el líder de la inteligencia en el país, el mítico “Señor 5”. Del otro lado de la vereda se encuentra nada menos que Fernando Pocino, hombre de confianza de Cristina Fernández de Kirchner y padrino político de Rodolfo Tailhade, su candidato indiscutido a liderar la AFI a partir de diciembre en caso de un triunfo del Frente de Todos. La historia cuenta que, de hecho, fue el propio Pocino el que le entregó a CFK el “carpetazo” que devino en el pedido de renuncia de Albistur a la secretaría de Medios.
Tímido, negociador y sin ganas de confrontar con Cristina, Alberto Fernández apoya entre bambalinas la candidatura informal de “Pepe” Albistur a la jefatura de la AFI. No es una parada sencilla. Su amigo carece de experiencia o formación en inteligencia y tiene antecedentes judiciales. No sólo ello, de obtener Albistur el cargo, una persona denunciada por defraudación a la administración pública, malversación de causales y enriquecimiento ilícito quedará al mando de una cartera de más de 3 mil millones de pesos anuales.
Cierto es que Albistur tampoco ayuda. Hace apenas unas horas REALPOLITIK accedió en forma exclusiva a la fotografía que está haciendo estragos entre las filas de Alberto Fernández. La misma retrata el pasado del ex secretario de Medios y actual candidato a la jefatura de la AFI, cuando ostentaba la amistad del por entonces presidente de la nación, Fernando de la Rúa, y de empresarios del riñón macrista.
Para sus detractores, la fotografía saca a la luz la verdadera cara de Albistur: la de un empresario con poco roce e interés político, sin convicciones claras y sólo interesado en alinearse con quien maneje el poder y el dinero. Tanto, que quien los acompaña en la foto no es otro que Miguel de Godoy, subsecretario de Comunicación de De la Rúa en el gobierno porteño y hombre muy ligado a Mauricio Macri.
De Godoy fue además el jefe de campaña de De la Rúa y su vocero oficial. Luego de la crisis del 2001, se refugió en su empresa de publicidad en vía pública hasta el 2011, cuando su amigo Mauricio Macri lo nombró secretario de Medios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Luego de la asunción de Macri a la presidencia, estuvo a cargo del AFSCA y fue presidente del directorio del ENACOM. Renunció finalmente en el año 2018 cuando no pudo lidiar con un faltante de 700 millones de pesos en publicidades y las denuncias que lo involucraban a varios pagos irregulares a Fernando Niembro por algo más de 9 millones.
De Godoy es además el dueño de MDG Comunicación, empresa cuya propiedad comparte con Enrique Alejandro Stad (titular de la off shore Mandarina Partners S.A.), y a la que renunció en diciembre de 2015 para volver en abril de 2019. Durante su ausencia dejó a Guillermo José Garcíacomo único gerente.
Miguel de Godoy, el enlace entre Albistur y el macrismo, junto a Marcos Peña y Oscar Aguad.
Los más reacios a aceptar la figura de Albistur recuerdan que en mayo del 2007 fue el propio Alberto Fernández el que lo acusó de mantener aún la injerencia en su empresa de publicidad, a pesar de que el por entonces secretario de Medios había renunciado para evitar estar “de los dos lados del mostrador”. Según Fernández, el encargado de manejar la comunicación durante la primera etapa del kirchnerismo había nombrado a su propio hijo como reemplazo para continuar manteniendo su privilegio en la toma de decisiones de la compañía, en un evidente delito. En aquellos años, además, Albistur confirmó su amistad con el partido radical y con el clan De la Rúaen particular, cuando le fue encargado el nombramiento de una persona en la gerencia de programación de ATC. Corría el año 2006, y “Pepe” decidió nombrar a alguien de su máxima confianza: Gustavo López, ex ministro de Cultura porteño y miembro del grupo Sushi, que lideraba Antonio de la Rúa.
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