Massa visitó a Fernández en Olivos tras el affaire Aracre y se reunió con Pesce. El agro liquidó 170 millones y el dólar que había tocado los 440 pesos cerró en 432.
Por Leandro Renou
La reunión fue ayer a la mañana, temprano, y la foto se difundió recién cerca del mediodía, mientras el Presidente ya estaba con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, anunciando la licitación del canal de Magdalena en Ensenada. En la postal, en los jardines de la Quinta de Olivos, Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, se sonríen mirando algo en el celular del titular de Hacienda. Según contaron fuentes de la Casa Rosada a Página I12, se reían de los rumores de crisis política en el Gobierno que reflejaron algunos medios. Algunas razones tenían en general para sospechar, en un Ejecutivo que vivió de crisis en crisis, que la salida del jefe de Asesores de Presidencia, Antonio Aracre -tras agitar que Massa perdería el cargo y sería el ex Syngenta el nuevo ministro- tuvo efectos en la corrida cambiaria que acecha al Gobierno desde el lunes último. Pero en la Rosada y en Economía precisaron que, en realidad, las sonrisas del presidente y Massa eran por lecturas que diagnosticaban tensiones entre Economía y la Rosada. Vale decir, más allá de las lecturas oficiales, que esas diferencias existieron y aún existen, pero el contexto ordena el escenario.
Ya este diario había publicado en su edición de ayer que ambos dirigentes habían hablado al menos tres veces tras el despido de Aracre, pero el Gobierno buscó confirmar con la foto el aval del Presidente al ministro en su cargo. "Son amigos, hablan siempre", adelantaron algunos de los que vieron el encuentro. A la salida de esa reunión, en la que se habló del contexto y del acuerdo con el Fondo Monetario (FMI), el dólar blue ardía tocando los 440 pesos, 17 más que en la jornada previa. Al final de la rueda, desaceleró la suba y cerró en 432 pesos, 9 más que el día previo. En pocas palabras, lo que era una corrida se transformó en una marcha a ritmo vivo con final abierto, que habrá que evaluar este viernes y el lunes próximo. En el Gobierno creen que eso fue, primero, por la confirmación de Massa en el cargo y, luego, por la suba de tasas del Banco Central y algunas liquidaciones que hubo del dólar agro.
Lo de la confirmación de Massa con foto viene a cuento de que el Gobierno ve allí sepultada la convulsionada salida de Aracre del cargo. Es que más allá de haber ocupado un puesto menor, salió con una filtración de un rumor (que Massa se iba) y ya afuera del cargo, según aseguran en Gobierno, volvió a hacer otra filtración: en este caso, del plan para salir de la crisis que le presentó a Fernández. No es la primera vez que el Presidente tiene problemas para moderar y ordenar las renuncias de funcionarios de su riñón: ya pasó con los ex ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas. El primero renunció un sábado por redes sociales mientras la vice, Cristina Kirchner, daba un discurso en el Conurbano; y el segundo dimitió, también, en medio de tensiones por una filtración de un off. El hilo conductor da señales. Un alto funcionario recordó por estas horas que los dos sacudones más fuertes, corrida mediante, que tuvo el Gobierno de Fernández se dieron por la salida de Guzmán y con el affaire Aracre. Dos cuadros que en su momento mantuvieron nexos políticos y de consulta.
"Es un tema cerrado, no hay más ruido, avanzamos", dijeron a este diario desde Economía y la Rosada, ponderando el encuentro del Presidente y Massa y a la espera de si el síntoma moderación de la corrida se calca este viernes. Además, la postal fue un dispositivo para cerrar filas políticas porque la oposición, como diagnosticaron allí, parece firme en operar que a Massa no le queda otra opción que ir a una devaluación.
Pesce en Olivos y con Massa
Un rato después de la foto política, el BCRA subió la tasa de política monetaria 300 puntos básicos. Así, la tasa de interés anual de los plazos fijos y las letras quedó en 81 por ciento. También, luego de Massa, pasó por Olivos el titular del BCRA, Miguel Pesce, a hablar con el Presidente. Esa decisiónde subir la tasa se tomó con la idea de atemperar la corrida y desincentivar la fuga de ahorristas al dólar.
Cerca de la noche de ayer, aún con diferencias marcadas que mantienen ambos -incluido el uso de la suba de tasas como herramienta- Pesce y Massa se reunieron en Hacienda y dieron a conocer una foto del evento. Más allá de las diferencias, buscaron dar una señal en un encuentro en el que se conversó, según reportó Hacienda, "sobre las cumbres del G20 sostenidas en el marco de la Asamblea del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial realizada en Washington". Y respecto a "las recientes medidas tomadas por el Directorio del BCRA tendientes a ordenar el pago de importación de servicio".
Con todos estos gestos políticos, visto en términos futbolísticos, Massa decidió, en su partido más caliente, jugar con 4 delanteros y quemar las naves para apagar el fuego de dólar recalentado. El resto de la jugada se completó con un sector del campo que decidió aprovechar el recurso dólar agro y empezó a ingresar divisas.
Los exportadores juegan, los sojeros no
En paralelo a las acciones antes mencionadas, la agroindustria rompió el cero. Luego de reuniones casi constantes que mantienen con funcionarios muy cercanos a Massa, los exportadores de cereales liquidaron ayer más de 177 millones de dólares totales entre soja, maíz y girasol. Eso hizo que el BCRA volviera a comprar divisas por valor de 44 millones de dólares.
De ese total liquidado de 177 millones, 70 fueron de soja. Según supo este diario, ya hay un compromiso de que este viernes el monto de ventas sea mayor que ese volúmen. Un poco de aire luego de dos jornadas de sequía. En lo que va desde inicio de mes, las liquidaciones ya llegaron a 1700 millones.
Pero el problema está en los productores. Ayer, en la Bolsa de Comercio de Rosario se dio el primer remate de soja. Estuvieron presentes allí empresarios, productores y hasta el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti. En ese contexto, se dio un debate en el que los productores de soja avisaron que se negarán a venderles a los exportadores al precio actual. Este lobby para encarecer el dólar soja y presionar por una devaluación se adelantó el domingo en estas páginas. Ahora, además de presionar, dejaron el últimatum de que quieren que el Gobierno les libere créditos del Banco Nación que hoy están trabados.
Es que la suba de tasaz, también, termina siendo un boomerang. Lo que favorece al ahorrista perjudica al productor. Así, hoy, la normativa indica que está prohibido darles créditos subsidiados a los productores que guardan más del 5 por ciento del stock total de soja de la campaña vieja. Esos no pueden acceder a un préstamo a tasa 55 por ciento, y avisaron que van a pulsear por tenerlo.
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