El obispo reunió a los principales dirigentes políticos de Mar del Plata. Pero más allá de ese encuentro, las peleas marcaron el ritmo de la semana política en la ciudad.
Por Mariano Suárez
Cualquier desprevenido que haya visto la foto que difundió el obispado de Mar del Plata se habrá sorprendido por la concordia que se veía: referentes de todas las fuerzas políticas compartieron un retiro espiritual junto al obispo Gabriel Mestre. La imagen rompe con el clima habitual de enojos, chicanas y peleas que priman en la política, no sólo de Mar del Plata, sino de todo el país.
Una golondrina no hace verano, dice un viejo refrán que aplica a la perfección en este caso. Hoy por hoy, parece difícil que cualquier otra figura o institución que no sea la Iglesia tenga la capacidad de reunir a todos esos dirigentes y, más aún, que permanezcan juntos en un clima cordial durante cuatro o cinco horas. De hecho, antes y después de aquel encuentro volvieron a primar los desencuentros y los cruces entre los principales espacios.
Guillermo Montenegro sigue profundizando la duda sobre su candidatura en busca de la reelección. Lo que sus colaboradores y él repiten en privado lo hizo público en una entrevista con Canal 8: “No tengo ni tiempo de pensar en eso, no es el momento. Ningún vecino me pregunta por eso”.
En cambio, busca robustecer algunos puntales de su discurso político. Por caso, ante una nueva toma en reclamo de tierras para construir viviendas, el jefe comunal decidió denunciar a los ocupantes y exigirle a la justicia que ordene el desalojo de los terrenos en el Barrio Las Heras.
Como suele ocurrir, la segunda toma no tuvo el impacto de la primera (hace apenas seis meses), pero el Ejecutivo siguió el mismo libreto: censo a las familias que ocuparon las tierras, denuncia penal, audiencias de mediación fallidas y reclamo por el desalojo.
Esta vez, el fiscal Juan Pablo Lódola firmó una resolución a la Justicia de Garantías con guiños a la postura del oficialismo. Para el representante del ministerio Público no se trató de una toma pacífica que no constituye un delito, según el Código Penal Argentino: fue una usurpación cometida a través de amenazas y violencia.
El intendente no confrontó con otros sectores políticos. Pero el senador Alejandro Rabinovich (uno de sus hombres de más confianza) pegó por los dos: acusó a los gobiernos provinciales y nacionales de organizar las tomas para “generar caos en Mar del Plata”.
Desde el Frente de Todos le respondieron y le pidieron que deje de ser un comentarista de la realidad “y se ponga a trabajar” para “hacer realidad el sueño de la casa propia a personas desamparadas por la falta de gestión local”.
El espacio que lidera Fernanda Raverta planteó que hay una cuestión de fondo que el intendente y su equipo eligen no abordar: la falta de viviendas. Le apuntaron a la falta de “voluntad y capacidad” de Montenegro para resolver la cuestión. No sólo por la falta de planes de vivienda locales, sino por no articular con el gobierno de la provincia que actualmente está construyendo 12 mil viviendas, muchas de ellas en municipios cercanos gobernados por intendente de Cambiemos. “Repiten lo de la discriminación, pero lo que no hay es gestión”, resumieron desde el FdT.
Desde Acción Marplatense, en tanto, le pidieron “abandonar el ejercicio demagógico del populismo penal”. “Hacer las cosas es más eficaz”, agregó Martín Aiello.
Otro capítulo de cruces lo protagonizó Fernando Muro, el concejal del PRO más cercano a Montenegro. Respondió a una información que indicaba que Mar del Plata había sido la ciudad con mayor cantidad de comercios en infracción, según un relevamiento del Ministerio de Trabajo.
El concejal, que encabezó la lista en las últimas elecciones legislativas, acusó a la provincia de “perseguir a los que laburan y emprenden”. Referentes de distintos gremios y centrales obreras le apuntaron por estar en contra del trabajo registrado.
Las fotos más agradables llegaron el viernes y el sábado, cuando se desarrolló con éxito el primer festival de la Cerveza Artesanal en Mar del Plata. El Emtur reportó que 110.000 personas disfrutaron durante los dos días y el gobierno de Montenegro celebró un nuevo evento para la ciudad.
La amplia convocatoria sirvió también para que Horacio Rodríguez Larreta se muestre en la ciudad una vez más. Montenegro, que por ahora no se pronunció en apoyo a ninguno de los candidatos a presidente y gobernador del PRO, no estuvo este miércoles durante el acto que organizó Gustavo Jara (subsecretario de Seguridad y hombre fuerte de Patricia Bullrich en Mar del Plata) con la presencia de Joaquín De la Torre, uno de los precandidatos a gobernador.
“Pero fue solo por temas de agenda”, dijeron desde el entorno del intendente y aclararon que el exfuncionario de María Eugenia Vidal estuvo desayunando durante más de una hora y media con Rabinovich.
La alegría que generó el éxito del festival se opacó en las últimas horas cuando el Indec dio a conocer las cifras del desempleo. Mar del Plata, que había logrado escaparle a los primeros puestos en los últimos rankings que se dieron a conocer, volvió a una vieja costumbre que todos esperaban haber dejado atrás: con 8,8% es la ciudad con mayor desempleo de la Argentina.
Comentá la nota