Hicieron hincapié en presentarse como la contracara de la fórmula del “círculo rojo”, la que encabeza Mauricio Macri. Scioli prometió que será el presidente “del trabajo argentino y la industria nacional”.
“Quiero ser el presidente del trabajo argentino y la industria nacional. Del desarrollo argentino, de un proyecto productivo e inclusivo en lo social”, fueron algunas de la definiciones del gobernador bonaerense y candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, durante la muy concurrida cena en Costa Salguero que sirvió para el lanzamiento formal de la fórmula que comparte con el secretario Legal y Técnico de la presidencia, Carlos Zannini, y para recaudar fondos para la campaña. Desde la tarima montada en un largo escenario y con una enorme pantalla gigante detrás, Scioli repasó su experiencia política junto a Néstor Kirchner y sostuvo que la presidenta Cristina Kirchner dejará “un país pujante” para quien la reemplace en la Casa Rosada. El piso del escenario tenía un enorme letrero con la consigna Círculo Celeste y Blanco, que utilizó Zannini para diferenciar a la fórmula del “círculo rojo”, como definió el candidato opositor Mauricio Macri su relación con el sector más concentrado de poder en el país. Zannini también repasó su larga relación con Néstor Kirchner, las condiciones de quebranto con que asumieron la intendencia de Río Gallegos, luego la provincia de Santa Cruz y la propia Nación, y ponderó que como casi nunca desde el regreso de la democracia “vamos a recibir un país que no está quebrado”.
Aunque con tonos que vinculan su candidatura con el kirchnerismo, el gobernador bonaerense tiñó el acto de campaña con su impronta. Desde los banners con la consigna “Scioli para la Victoria”, junto al celeste y blanco y las manos haciendo la V de la victoria, donde posaron para flashes y cámaras de TV, ministros, funcionarios, legisladores, intendentes y figuras del ambiente artístico hasta los spots de campaña que se reproducían desde las pantallas gigantes del gigantesco salón estaban dedicados a su figura. También la organización del acto: el locutor fue su “amigo” Oscar “el Negro” González Oro, al que agradeció por ser “independiente pero comprometido”; el inefable dúo Pimpinela –Lucía y Joaquín, a los que definió como “familia”– que cantaron junto al Coro Kennedy “Tú puedes”, que identificó su campaña para la gobernación, y cerró Nacha Guevara, “otra de la familia” que cantó “No llores por mí Argentina”, de la ópera Evita.
Un video de poco más de tres minutos reseñó su historia política y deportiva que “forjaron” al hombre que “se preparó veinte años” para ser presidente. Entonces apareció Scioli sobre el escenario mientras sonaba la canción que Ricardo Montaner compuso para su campaña presidencial. Agradeció a todos, donde tuvieron también un lugar especial su esposa, Karina Rabolini, sus hermanos y su hija. Destacó “la confianza que me brindó la Presidenta” y dijo sentirse “orgulloso de compartir con un hombre de la solidez y la experiencia política de Carlos Zannini” la fórmula presidencial “con una visión integral de la Argentina”. Recordó el camino emprendido junto a Néstor Kirchner, que “sacó al país del infierno”, y a CFK, “que realizó las grandes transformaciones” de la Argentina.
“Me preparé durante años para esto y pondré todo mi esfuerzo para honrar esta misión”, dijo Scioli para dejar en claro su decisión de llegar a la presidencia. En varios pasajes de su discurso nombró y adhirió a las palabras del papa Francisco. Lo evocó cuando suscribió las palabras de Bergoglio acerca de que “la familia es la mejor escuela y el mejor hospital” para hablar de su experiencia de vida, donde sin nombrarlo se refería al accidente en que perdió un brazo con su lancha: “Así como quería llevar al podio a la Gran Argentina ahora quiero llevar a la Argentina al desarrollo”, agregó.
“Como dijo Francisco sobre las tres T: tierra, techo y trabajo”, insistió para referirse a los ejes de una gestión ligada a lo social. Tampoco faltó la referencia para los empresarios. “Nosotros buscamos el desarrollo nacional y un empresariado nacional. Y soy un convencido de que no hay empresas sin Estado y no hay desarrollo posible sin empresas”, marcó Scioli en su discurso. “Sé que buscan previsibilidad. Voy a ofrecerles confianza y certidumbre”, agregó dirigiéndose a los muchos empresarios –principalmente pyme– que también poblaban las concurridas mesas del salón de Costa Salguero.
Los platos de la cena de campaña buscaron jugar con una combinación “Nac&Pop”. Empanaditas, minichoripanes con brusquetas, queso burrata y jamón crudo, de entrada. Para después de los discursos, quedaron una bondiola glaseada con papas y zanahorias, aunque también había un menú vegetariano alternativo y comida kosher para los no pocos que lucieron su kipá. Quien entretanto se paseaba por las mesas como buen anfitrión fue el ex jefe de Gobierno porteño y actual funcionario sciolista, Jorge Telerman, a cargo de la organización.
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