La directora de prestaciones de Salud del Ministerio de Desarrollo Humano, Cristina Mirassou, anticipo que cuando se tenga en algún tiempo más el dato preciso anualizado de todo el 2013, quedará corroborado la acentuada mejora de la provincia en uno de los indicadores sociales más sensibles: el de mortalidad infantil.
Aunque insistió en que “no se puede hablar de un dato parcial certero a partir de no tener cerrado y procesado todo el año 2013”, pero desde la misma esfera Sanitaria nacional se difundió que Formosa registra al mes de noviembre –comparando al periodo anterior- casi medio centenar de defunciones menos en niños menores de un año, con lo cual se corrobora la estimación de Mirassou en un descenso de dos puntos, según esta tendencia, la cual se dispondrá de manera oficial seguramente en marzo próximo cuando se haya computado diciembre.
“Hay una tendencia sostenida en baja, y es algo que se señala en el informe reciente donde se expone ese 17×1000. De todos modos, cuando se toma una foto, la de 2012, no se contextualiza en su integralidad todo lo que tiene que ver con este sensible indicador, y donde justamente Formosa sobresale por haber mejorado todos sus indicadores. Y no es algo menor, sobre todo a partir de haber sido uno de los estados más postergados del país, situación que comenzó a modificarse en la última década”, sostuvo.
Abundo en ese marco diciendo que “al tomarse un indicador y descontextualizarlo, o simplificar todo diciendo es el más alto, se está contando la mitad de la verdad, y cuando se hace eso, se termina desnaturalizando la realidad”.
Admitió Mirassou que “es cierto, hay una brecha con los estados más ricos del país, los que históricamente tuvieron indicadores más favorables, pero no se puede obviar lo muchísimo que mejoro y sigue mejorando nuestra provincia. Fíjense, la tasa del departamento Ramón Lista que en el año 1985 aparecía con un indicador de 131×1000 nacidos vivos, se logro reducirla al 20 x 1000. Esta se trata de una región donde se experimento la mayor mejora en un lapso de tiempo no tan extenso”.
Afirmo en ese marco diciendo que “esta tendencia acentuada de mejora se da en toda la provincia en general. A medidos de la década de los 90’ se tenía un 31×1000, y estamos próximos a reducir a prácticamente la mitad de ese indicador, que no es un dato menor y que debe ser apreciado en toda su magnitud”.
Atendiendo la integralidad
Para Mirassou “poder mantener una mejora sostenida en todos los órdenes es producto de un abordaje integral de la cuestión social. En lo que hace a la mortalidad infantil, la cuestión salud tiene un impacto del 30%, todo lo demás obedece a cuestiones vinculados a la educación, obras de saneamiento como agua potable, la energía eléctrica, los caminos, las viviendas, entre otras. Es decir que hay todo un contexto mucho más amplio en el que se fue mejorando para que esa integralidad termine impactando tan favorablemente en diferentes indicadores en general, y en particular en el de la mortalidad infantil”.
Concluyo puntualizando un aspecto que considero “central” en todo esto, señalando el servicio educativo. “Ha crecido superlativamente la inclusión educativa en la provincia, y sobre todo en los sectores de menos recursos y más vulnerables. En las comunidades aborígenes años atrás las mujeres prácticamente no estaban escolarizadas, eran muy pocas las que cursaban el nivel Secundario, y ahora están en igualdad de condiciones a los varones, y esto ha tenido un impacto social muy positivo, porque permitió modificar conductas y hábitos que contribuyeron a mejorar lo social en todo sentido”.
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