El 74% de la facturación de los productos se corresponden con solo 20 empresas de rubros de alimentos, bebidas e higiene personal.
Por: Eugenia Rodríguez.
Esta semana se cumplieron 70 años del fallecimiento de Eva Perón y, en ese marco, sectores del sindicalismo realizaron una marcha de antorchas que tuvo entre sus principales consignas el reclamo ante los “abusivos aumentos” por parte de los formadores de precios durante el mes de julio.
Si bien la concentración en el mercado de consumo masivo es parte del debate económico histórico en nuestro país, y lejos está de ser causal unívoca de las subas inflacionarias, no se puede desconocer que actúa como factor determinante en su propagación, sobre todo en contextos de incertidumbre y especulación con imposición de precios y transferencia de ingresos hacia ciertos sectores.
En relación, se trata de grupos económicos con poder relativo en cadenas de producción y comercialización, que utilizan ese poder para “cubrirse” en coyunturas determinadas y cumplen un rol no menor en la configuración de los mercados y el acceso a bienes esenciales.
Para analizar qué ocurre en Argentina, es posible tomar el índice Alimentos (IHH), un indicador del departamento de Justicia de Estados Unidos que se utiliza para medir el grado de concentración en los mercados. Si éste se ubica entre 1.000 y 1.500 puntos refleja una concentración moderada y sobre 2.500 implica excesiva concentración. En tanto que, si el IHH es igual a 5.000, existe duopolio y si es 10.000 se está en presencia de un monopolio. Aunque en términos prácticos la realidad es más grave, ya que las firmas pueden actuar como un monopolio de facto e imponer un mismo patrón de precios en el mercado.
Tomando dicho índice para observar qué pasa con empresas líderes en rubros clave del mercado interno, puede detectarse lo siguiente: en caldos (Unilever – IHH 8261), embutidos (Swift - IHH 7174), yogures (Danone -IHH 6619), jugos en polvo (Mondelez- IHH 6762), gaseosas (Coca Cola- IHH 6487, fideos (Molinos Río de la Plata - IHH 6424), cervezas (Quilmes - IHH 6500), rollos de cocina (Papelera del Plata -IHH 5320), harina (Molino Cañuelas - IHH 4208).
En complemento, si se pone el foco en la góndola, el informe “Concentración en la cadena de comercialización en la Argentina” realizado por el CEPA para el periodo 2016-2019 da cuenta de que el 74% de la facturación de los productos se corresponden con solo 20 empresas de rubros de alimentos, bebidas e higiene personal.
El análisis por sector muestra una alta concentración: en lácteos las tres primeras firmas explican casi el 75% de la facturación total (Mastellone, Sancor, Danone), en bebidas alcohólicas tres grupos explican el 90% de la facturación (Quilmes -55%-, Fratelli Branca y Compañía de Cervecerías Unidas), tres firmas explican nada menos que el 90% de la facturación del rubro Aceites (Molinos Rio de la Plata, Molinos Cañuelas y Aceitera General Deheza), en artículos de Cuidado del Hogar, se observa una alta concentración, ya que el 55% de la facturación se explica por la empresa líder del rubro, Unilever. Y en Cuidado Personal las cuatro primeras empresas explican casi un 70% de la facturación total (Unilever, Procter & Gamble, Papelera del Plata y Kimberly-Clark).
La primera impresión al mirar la góndola es la aparente existencia de una diversidad de marcas, colores y presentaciones, sin embargo, suele ocurrir que las empresas oligopólicas son dueñas de diversidad de marcas, lo que sólo se percibe al observar producto por producto. Un ejemplo claro de ello es Molinos Río de la Plata, la empresa tiene seis marcas de fideos, con las que ostenta el 79,4% del mercado de dicho rubro. Con la marca Matarazzo vende el 33,2% del total de ventas; con Luchetti, el 25,2%; con Don Vicente, el 11,3% y con Favorita, Lucchettinis y Manera suma 9,7% del total.
Además, ¿qué pasa en los canales de venta? los hipermercados y supermercados concentran el 32% de las ventas de productos de consumo masivo, a lo que se suma un 10% en las tiendas de cercanía que les pertenecen, llegando a un total de 42%. En tanto que solo seis cadenas (La Anónima, Carrefour, Cencosud, Coto, Wal-Mart, Día) concentran alrededor del 80% de las ventas totales del sector en el país.
Finalmente, en un momento donde sectores formadores de precios aprovechan para remarcar arbitrariamente justificándose en problemas de “cobertura” así como para reducir o limitar entregas amenazando con desabastecer, la preocupación por el aumento desmedido de precios tiene que ver con que, como queda de manifiesto, se encuentran en muchos de los rubros concentrados mencionados. Por ello es necesario regular e intervenir ante las presiones que perjudican directamente el acceso a la canasta básica de las familias.
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