Tras el retorno de los miles de visitantes que tuvo Mar del Plata en el mejor fin de semana de una temporada para el olvido, comenzará el tiempo del balance y de la necesidad de sacar conclusiones con vistas al futuro. Se puede coincidir o no con los dichos del intendente Guillermo Montenegro en cuanto a que “es la mejor temporada que podemos tener en esta situación”. No obstante, también debe reconocerse que, más allá de la pandemia, se registraron errores. Cuando muchos comenzaban a decidir si saldrían o no de vacaciones, en diciembre las autoridades de la provincia anunciaban que sería un verano sin casinos, sin boliches bailables, sin teatros, sin campings y con restricciones para poder ir a la playa. “Fue la conferencia de prensa de los malos anuncios”, se recuerda a propósito de aquel encuentro en el Museo MAR, donde el ministro de Producción y Turismo, Augusto Costa, enumeraba las prohibiciones.

Sin embargo, con el correr de los días, esas medidas caían una tras otra. Para muchos ya era tarde. Miles de personas ya habían decidido no vacacionar. Semanas después, se registró otra situación que no pudo ser revertida. Comenzaba enero y se instalaba que “el 15 se cierra todo”. La frase no tenía autor reconocible y sin embargo quedó instalada, incluso en Mar del Plata, donde los operadores turísticos veían cómo comenzaban a caerse algunas reservas. “Hay que salir al cruce de esta locura con una gran campaña publicitaria”, pedían desde algunas cámaras. “No hay plata” fue la respuesta que llegó desde algunos despachos oficiales. Mar del Plata cuenta con un arma para tal situación. Se llama Fondo de Promoción Turística. Sin embargo, nuevamente no se pudo emplear.

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Un poco de historia. La problemática con el presupuesto del Ente Municipal de Turismo es una cuestión constante desde la creación del mismo, durante el gobierno del ex intendente Elio Aprile. Las distintas crisis en materia económica y política siempre generaron achicamiento en los fondos destinados a promocionar nuestra ciudad. Por ese motivo, oportunamente se planteó en el seno del directorio del Emtur, la posibilidad de generar un nuevo fondo para sortear esta problemática y no depender de la administración central, teniendo en cuenta que nuestra ciudad es el principal destino turístico del país y que compite con presupuestos de promoción turísticas no solo con otras provincias sino también con otros países.

Se sostuvo entonces la necesidad de crear un fondo, al que aportaría todo el sector comercial y empresarial de la ciudad, incrementando en un 10 por ciento la Tasa de Seguridad e Higiene que abonaban, basándose en la idea de que el turismo es el principal sector de la economía del partido que derrama sobre toda la comunidad. El archivo de LA CAPITAL refleja las intensas discusiones que se dieron entre las cámaras del sector. Sin embargo, luego de varios intercambios de ideas, se logró convencer a todas las partes, de que esto sería beneficioso para Mar del Plata, ya que lograría generar más y mejores turistas que aportarían a la economía de la ciudad.

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Para llegarse a este consenso –gobierno del intendente Gustavo Pulti con Pablo Fernández al frente del Emtur- el sector privado se comprometió a respetar tres puntos. El primero determinaba que el monto generado por esa tasa sería utilizado en promoción en los mercados emisores, fuera de la ciudad de Mar del Plata. El segundo establecía que el gasto sería controlado por los integrantes del directorio, y el tercero establecía que no se disminuiría el presupuesto existente del Emtur, conformado desde un principio por el 5% de la tasa de Seguridad e Higiene y los fondos ordinarios y operativos que recibía normalmente para sostener los gastos estructurales. Todo bárbaro pero…

Recuerdan quienes fueron protagonistas de aquella iniciativa que una vez aprobado, por las cámaras del sector, se les entregó a las autoridades el petitorio, y a partir de allí se elevó al Ejecutivo para generar la ordenanza correspondiente. Así fue. Sin embargo, la política, cuándo no, metió la cola. La ordenanza que finamente fue aprobada por el Concejo Deliberante no mencionaba ninguno de los tres puntos fundamentales.”La política –sostiene hoy uno de los hombres que más trabajó por aquella iniciativa- sabía que si ponían esos puntos les iba a costar poder disponer de los fondos. El directorio del Emtur se durmió y una vez más fuimos sorprendidos en nuestra buena fe”, reconoce con bronca.

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¿De cuánto dinero se trata? Hoy, admiten tres fuentes distintas, sería una suma anual de aproximadamente 250 millones de pesos. “¿Sabes la campaña y el trabajo de promoción que se podría hacer con al menos la mitad de esa guita?”, comenta con indisimulable decepción el presidente de una cámara relacionada con el turismo. Ya en la gestión de Pulti hubo inconvenientes para que les enviaran los fondos. Sin embargo, “generamos la protesta –recuerdan- y obtuvimos los importes, aunque siempre quisieron utilizar parte de ese fondo para otros destinos”. Llegó luego el gobierno del doctor Arroyo. “Directamente nos robaron el importe total”, reconocen las fuentes, a propósito de lo sucedido durante los cuatro años en los cuales Mar del Plata retrocedió en todos los campos.

En la última campaña electoral, las cámaras que conforman el directorio del Emtur se reunieron con todos los candidatos a intendente para explicarles cómo se originó el Fondo de Promoción Turística, insistiendo, una vez más, en que se trataba de aportes del comercio de la ciudad. ¿Dispuso el Emtur de esos fondos en 2020? No. Y más grave aún. Recientemente el Concejo Deliberante aprobó el presupuesto, autorizando a que el 10 por ciento de la Tasa de Seguridad e Higiene se destine a otros fines, que justamente no son a la promoción de Mar del Plata. En definitiva, el Fondo nació como una iniciativa destacable que se fue desvirtuando con el correr de los años. La indignación del sector turístico apunta también a los concejales, “quienes en su mayoría conocen cómo se originó esta tasa, especialmente aquellos que integraron las comisiones de Turismo del Concejo Deliberante en los años en que la tasa estuvo en vigencia, ya que participaron de reuniones del directorio del Emtur, donde siempre se habló de este tema”, puntualizan.

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De las crisis se obtienen lecciones y enseñanzas. La economía marplatense, golpeada por cierto, deberá recuperarse lentamente cuando esta pandemia sea historia. El turismo será parte fundamental de ese proceso. “Tenemos que empezar a trabajar ya, pensando en los fines de semana, en los congresos y convenciones y en la próxima temporada. No hay tiempo que perder y es necesario agudizar el ingenio y trabajar codo a codo el sector privado con el público”, dicen los voceros de las cámaras, quienes insisten en que no pueden desperdiciarse más oportunidades. Uno de ellos ponía un ejemplo muy claro ante el periodista.

“En marzo –relataba- se cumplen cien años del nacimiento de uno de los músicos más destacados del planeta como lo fue Astor Piazzolla. Si hubiese nacido en Alemania, Holanda o Francia, se estaría hablando desde hace meses de la programación de actividades como recitales, conciertos, visitas guiadas, exposiciones, muestras, etc., que atraerían a miles de personas amantes de su música. Se hubiese conformado una comisión organizadora de los actos, creado un logo, una campaña de difusión y encolumnado a una ciudad detrás de un programa que generaría ingreso de divisas”, insistió. “Piazzolla es marplatense. ¿Decime qué hay programado? Algún concierto en el Colón o el Auditorium el día de su nacimiento supongo, alguna charla a difundir un par de días antes, y no mucho más. Ahí tenés otra oportunidad desperdiciada”, comentó resignado.

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“Somos el sector más castigado por la pandemia. La actividad turística cayó un 77,3% en 2020”, se resalta desde el sector, en base a datos suministrados por el Indec. De hecho, las salidas de residentes en el país por turismo totalizaron 905.500 y acumularon una baja interanual del 77,1%. En el mismo período llegaron desde el exterior 694.300 personas, con un descenso del 77,3%. En diciembre último se registraron 15.300 llegadas de turistas no residentes, cifra que presentó una disminución interanual del 95%. En el mismo mes las salidas hacia el exterior de residentes en el país totalizaron 52.900 turistas residentes, lo cual representó un descenso del 78,3%.

En todo el 2019, el último año en que la actividad funcionó normalmente las llegadas de turistas desde el exterior habían superado los 3 millones de personas con un aumento interanual del 11,1%, mientras que la salida de residentes en el país por turismo sumaron 3,9 millones y acumularon una caída interanual de 11,9%. Comparando estas cifras con el 2020, la salidas por turismo cayeron 82,4%, mientras que las llegadas desde el exterior bajaron un 69,8%, en cantidad de viajeros. En el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y el Aeroparque Jorge Newbery, la actividad registró una baja del 77% con respecto a 2019. En el Aeropuerto Internacional de Córdoba los movimientos de pasajeros cayeron un 80%, mientras que en el de Mendoza llegó a casi el 90%, en la misma comparación. Por el Paso Internacional Cristo Redentor, la actividad registró una baja interanual cercana al 65% y en el puerto de Buenos Aires, los arribos de turistas cayeron un 85% y las salidas un 62,6%, en todo el año pasado, comparado con el anterior.

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El balance realizado por la Cámara Argentina de Turismo a través del relevamiento de la Federación de Cámaras de Turismo de la República Argentina (Fedecatur), sobre lo sucedido durante el primer mes del año de la temporada de verano 2021 es categórico. “Hemos tenido un enero con cifras de ocupación promedio en todo el país que no superan el 40%. Es un número muy bajo, teniendo en cuenta que es el mes más fuerte para el turismo, pero si miramos los últimos nueve meses del 2020 -con la actividad prohibida e ingresos cero-, este porcentaje significa algo de oxígeno para un sector asfixiado”, afirmó el presidente de la CAT, Aldo Elías, sobre los resultados alcanzados.

En la provincia de Buenos Aires se destacó la ocupación en los destinos de sol y playa. Pinamar alcanzó el 71%; Mar de las Pampas, 77%; Cariló, 81%; en tanto, Miramar tuvo un 40%; San Clemente del Tuyú y Mar de Ajó, 35%; y Necochea, 25%. En Mar del Plata, con un 36% de hoteles cerrados, durante la primera quincena se registró una ocupación del 20% y en la segunda, 35%, según la CAT. De acuerdo con los datos del Ente Municipal de Turismo de Mar del Plata, en enero arribaron unos 832.230 turistas. El acumulado de la temporada, desde el 1 de diciembre de 2020 hasta el 31 de enero de 2021, fue de 1.418.312 arribos y la estadía media de 7,9 noches según los registros de permisos de circulación nacional. Por otra parte, Sierra de la Ventana tuvo un 63% de ocupación; Tandil se mantuvo al 56% y San Pedro al 60%; Junín y Baradero, al 50%; San Antonio de Areco, 41%; mientras que Pergamino, Carmen de Areco, San Nicolás y Chascomús tuvieron entre el 40 y 30% de ocupación.

En Córdoba, donde el 35% de los hoteles no está trabajando durante la temporada estival, los porcentajes de ocupación llegaron en promedio al 40% en Villa Carlos Paz, con picos durante los fines de semana; 35% en Valle de Punilla y Alta Gracia, al igual que en Córdoba Capital; en tanto, en Miramar y Valle de Calamuchita llegó casi al 40%. En la Ciudad de Buenos Aires, el 90% de los establecimientos hoteleros se mantuvo cerrado en enero. Aquellos que pudieron abrir sus puertas reportaron una ocupación promedio inferior al 10%. En la Patagonia, una de las regiones más visitadas, los destinos neuquinos como San Martín de los Andes y Villa la Angostura tuvieron entre un 70 y un 80% de ocupación. En Río Negro, Bariloche alcanzó un 60% en la primera quincena, y un 55% en la segunda; mientras que, Las Grutas tuvo un 32% de sus plazas hoteleras ocupadas. En Chubut, Puerto Madryn se mantuvo al 40%; en Santa Cruz, El Calafate, 26%; El Chaltén 33% y Río Gallegos 15%. En Ushuaia, Tierra del Fuego, el promedio fue del 42%.

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Entre las tendencias que marcaron la temporada en enero se destacan los picos de ocupación durante los fines de semana, pero una caída muy pronunciada de lunes a viernes. A su vez, se observó una pronunciada demanda de casas y departamentos de alquiler que incidió fuertemente en la baja de los huéspedes en hoteles. También afectaron en forma negativa las restricciones horarias impuestas y la incertidumbre ante el posible retroceso de la apertura para circular por el país. El vehículo particular fue el medio de transporte más utilizado frente a una importante reducción de las rutas aéreas de cabotaje y del transporte terrestre. De acuerdo con los datos de la Cámara de Empresas de Larga Distancia (Celadi), en enero hubo una caída de pasajeros transportados del 80% con respecto al mismo mes del año anterior.

En este contexto, empresarios hoteleros y gastronómicos reclamaron al Gobierno que vuelva a otorgarles el ATP para el pago de salarios y permita la reducción de las cargas patronales, como medida para amortiguar la “profunda crisis” del sector, que ya lleva casi un año por la pandemia. Graciela Fresno, presidenta de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina, aseveró que el programa Repro II “no alcanza” para que la actividad pueda repuntar. “Seguimos necesitando la ayuda del Estado porque el sector no puede solo. El programa ATP nos permitía pagar una parte importante del salario del trabajador, por eso, pedimos volver a lo mismo y, también, al 95% de reducción de cargas patronales, como sucedió en los primeros meses de las restricciones”, sostuvo.

Con relación a la temporada de verano, la empresaria también expresó su preocupación y dijo que “el sector es mucho más amplio que las vacaciones de verano, pero esta temporada es mala. No tenemos turismo internacional y salvo casos muy puntuales, como Pinamar y Cariló, la situación es muy mala”. “La temporada no alcanza para superar una crisis que ya lleva casi un año, que ha dejado una caída interanual del 97% en nuestra actividad, una de las más golpeadas por la pandemia. Hay muchos establecimientos que directamente no abrieron este verano”, indicó. Además, advirtió que el empresario “no tienen más espalda para sostenerse, y el negocio se está convirtiendo en inviable. Por eso insistimos con tener una asistencia más importante del Estado”. Por último, afirmó que esta actividad, “como ninguna otra, depende de la vacuna contra el Covid para que comience la reactivación”, por lo cual consideró necesario dar impulso a la campaña de inmunización.