El ex ministro kirchnerista quiere lograr la candidatura senador a través de las PASO y teme que el partido quiera imponer una lista única. Esta tarde definió con su tropa una estrategia para impedirlo.
Para no ser candidato oficial, Florencio Randazzo hace muchas cosas de candidato. Arma, charla, escucha, pelea, promete. Este mediodía, en ese ritual, avanzó otro tranco: decidió salir a buscar los avales que necesita para participar de las PASO del peronismo para las elecciones a senador por la Provincia.
Por ley, necesita que 23 mil bonaerenses afiliados al PJ (u otros partidos que integren el mismo frente electoral) expresen su respaldo, con DNI y domicilio, a que compita. Envalentonado, Randazzo pidió a su tropa juntar 100 mil avales.
Fue lo que se resolvió esta tarde en la reunión que tuvo en su oficina del Palacio Raggio con el puñado de dirigentes de la mesa chica post K: los alcaldes Gabriel Katopodis y Eduardo "Bali" Bucca, Fernando, Fernando "Chino" Navarro del Movimiento Evita, el ex presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y los sindicalistas Oscar Romero (SMATA) y Sergio Sassía (Unión Ferroviaria).
Juan Zabaleta, el otro intendente del grupo Esmeralda que está en esa cruzada, no participó, pero envió a su mano derecha: Miguel "Mike" Cuberos.
Por el randazzismo puro, histórico e inoxidable, estuvieron Norberto García, Aníbal Pittelli y Eduardo "Lalo" Di Rocco. Los tres estarán en la maratón de reuniones que el ex ministro K hará este miércoles: sucesivamente, se verá con intendentes del sur de la provincia, con legisladores bonaerenses y con peronistas "sin tierra", es decir aquellos de distritos que no gobierna el PJ.
La recolección de avales, además de un mensaje político para los que dudan sobre su postulación o sostienen que no enfrentará a Cristina Kirchner, tiene otro valor: es un elemento clave en la logística de la elección. "Nadie compra municiones si no va a ir a la guerra" dice, con fervor bélico, un peronista que vende Randazzo 2017.
Algo más. De usinas interesadas brota, con insistencia, la versión de que el PJ que preside Fernando Espinoza no le habilitaría una lista propia a Randazzo para las PASO.
"Eso lo dice Massa: no hay margen para que no nos dejen participar en una PASO" grita un randazzista y detalla que la ley de las PASO da garantías de participación.
¿Qué dice Espinoza?: que apuesta a la unidad y confía en un acuerdo grande pero, llegado el caso, promete que estarán dadas las garantías para la primaria. La política es el arte de lo (im) posible
Un detalle para el anecdotario electoral. Las PASO nacieron en 2009 empujadas desde Interior con Randazzo como ministro y Cristina de presidente. ¿Terminarán enfrentados en una PASO sus promotores?
"¿Dicen que Cristina, que reglamentó las primarias, no va a permitir que Florencio participe?" torea, malicioso, uno de los que participó de la juntada en el Raggio. Vale una referencia: por revancha de lo que no ocurrió en 2015 y por "antagonismo", a Randazzo le gustaría una interna con Daniel Scioli.
Digresión: este miércoles, el ex ministro K saldrá de esas oficinas, que le quedan chicas, y usará un salón del NH para reunirse con los distintos contingentes de dirigentes.
A la vez, comenzó la búsqueda de un local que luego servirá de búnker de campaña. Quedó, además, en definir pronto un nombre para que se desempeñe como "jefe de campaña" y designó, in absentia, a Juan Manuel Belén como "coordinador" de la comunicación de la campaña que todavía no empezó.
La primera tarea al respecto fue bajar un speach para explicar el "silencio" de Randazzo. "No es un panelista de TV que habla de lo que sea y todo el tiempo. Decidirá cuando hablar. Habla con la gente" es la línea discursiva que se definió.
A modo de traductores, los dirigentes que sí hablan dicen: "Randazzo quiere enfrentar al macrismo para frenar este proceso de ajuste que están sufriendo los argentinos y para hacerlo, hay que construir un espacio competitivo que salga fortalecido de una primaria". Navarro dixit.
En paralelo, el candidato-que-todavía-no-se-oficializa-como-candidato, prometió que hará salidas a las secciones para verse con los dirigentes. Hay otra pista: desde ese espacio, genéricamente definido como post K, empezaron a convocar a "no peronistas".
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