En junio, la caída en términos reales de los recursos tributarios fue de 15 puntos porcentuales. Los impuestos vinculados a la actividad, como el IVA, tuvieron mermas significativas
Por Pablo Wende
El segundo semestre arrancó de la peor manera para los activos argentinos. Los inversores castigaron fuertemente la ausencia de novedades respecto a la futura salida del cepo cambiario, como la incertidumbre sobre un eventual acuerdo con el FMI. Como resultado, las acciones argentinas cayeron hasta 10% en Wall Street y los bonos tuvieron otra jornada para el olvido, llevando el riesgo país por encima de los 1.500 puntos básicos.
Y la mala jornada financiera cerró con otro dato preocupante: una fuerte caída de la recaudación en términos reales. En junio la suba de los ingresos fue de 221%, cuando la inflación interanual aún supera el 270 por ciento. Lo mismo ocurre cuando se observa el dato del semestre: el incremento acumulado fue de 251%, por lo que claramente quedó por debajo de la inflación acumulada.
Los tributos relacionados con la actividad económica revelan que la recesión sigue pesando de manera profunda. El caso más claro es el del IVA, que en los primeros seis meses creció 238%, mostrando una gran caída en términos interanuales.
Desde la AFIP aclararon que el resultado flojo de junio (donde mostró una suba de solo 195%) está en parte relacionado con el hecho que hubo tres días hábiles menos que el año pasado (debido a la gran cantidad de feriados).
Los datos de recaudación de junio
Estos valores se ven parcialmente compensados por el gran incremento del impuesto PAIS. Esto se explica porque el Gobierno lo aumentó del 7,5% al 17,5%, que se cobra sobre todas las importaciones. Luis “Toto” Caputo se comprometió a reducirlo en 10 puntos para agosto o septiembre, pero no será fácil reemplazarlo.
La aprobación del paquete fiscal sería clave para sostener el superávit fiscal, aún en un contexto de fuerte caída de la recaudación en términos reales. Para el Gobierno es fundamental mantener el equilibrio de las cuentas públicas, tanto para apoyar la baja de la inflación como para mantener la expectativa de los inversores.
Allí aparecen la restitución del impuesto a las Ganancias (que supone mayor recaudación para Nación y Provincias), más una moratoria impositiva, el blanqueo y la posibilidad de pagar 5 años juntos de Bienes Personales (con una alícuota reducida del 0,45%).
Nervios en los mercados
En cuanto al nerviosismo se trasladó también a la cotización de los dólares financieros. El tipo de cambio libre subió a $1.405 y quedaron por encima tanto el dólar MEP como el contado con liquidación, con subas promedio de 3 por ciento.
Este comportamiento tan negativo fue un reflejo de la mala recepción que tuvieron los anuncios realizados el viernes a la tarde por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del BCRA, Santiago Bausili. Allí presentaron un cambio del plan monetario, que elimina la emisión del Central por remuneración de pasivos remunerados. A partir de ahora, será el Tesoro el que se hace cargo de los intereses, a través de la emisión de una nueva letra de regulación monetaria.
Pero más allá de este aspecto puntual, en realidad lo que no cayó bien en los mercados fue la ausencia total de novedades respecto al plan para salir del cepo, que según aclaró Caputo llegaría en “una tercera etapa”.
Además, ambos ratificaron la continuidad del ajuste mensual del dólar al 2% y que no se toca el “dólar blend” para exportadores. Sin embargo, se trata de aspectos que no comparte el FMI, que justamente pidió terminar con el esquema “80%-20%” para las exportaciones y también solicitó que la política cambiaria tenga “mayor flexibilidad”.
La conferencia de prensa también dejó traslucir que aún está verde una nueva negociación con el Fondo. El equipo económico había señalado que una de las principales opciones para salir del cepo era recibir un desembolso en el marco del nuevo acuerdo. Sin embargo, ambas cuestiones lucen hoy muy lejanas.
Tampoco hubo pistas respecto al futuro de las reservas. Desde el Gobierno reconocen que por motivos estacionales se podrían perder alrededor de USD 3.000 millones. De hecho, la semana que viene habrá un pago semestral de intereses de bonos dolarizados y habrá que enfrentar la primera amortización del AL30, lo que provocará una caída de reservas del orden de los USD 1.500 millones. A esto hay que sumarle el pago de la primera cuota del Bopreal 2, a fin de mes.
El Gobierno confía en que podrá superar este mal momento. Por un lado, dando más señales relacionadas con el mantenimiento del superávit fiscal. Pero además, el BCRA y los bancos están avanzando hacia una “solución definitiva” para el problema de los puts en los bonos. Éste es uno de los motivos que demora la salida del cepo cambiario, ya que la millonaria emisión de pesos potencial en caso que los bancos ejerzan la opción de venta de los títulos haría estragos en el tipo de cambio y la inflación.
Caputo sigue negando cualquier posibilidad de salir del ajuste del 2% del dólar oficial y ahora busca que la tasa de inflación caiga a niveles similares para frenar presiones devaluatorias
Las distintas cámaras bancarias aseguraron que se está trabajando en una salida consensuada para que los puts dejen de ser un problema y ya no generen un riesgo por el lado de la posible emisión monetaria. Todas emitieron comunicados de prensa luego del cierre de los mercados. No solo respaldan las medidas del gobierno anunciadas el viernes, sino que además remarcan los avances en relación a una salida ordenada de los puts, lo que cerraría la última canilla de emisión monetaria. La única que efectivamente quedaría abierta es la expansión de pesos por compra de dólares, al menos en el corto plazo.
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