Con su exposición de hoy, de unas cinco horas (por tratarse del principal impulsor de la acción penal), el fiscal federal Alfredo Terraf cerrará el ciclo de alegatos por la parte acusadora, en el juicio que se sustancia en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF), por el funcionamiento de un centro clandestino de detención en la ex Jefatura de Policía.

La próxima semana será el turno de los alegatos de los abogados defensores de los imputados Luciano Benjamín Menéndez, Roberto Heriberto Albornoz, y los hermanos Luis Armando y Carlos Esteban de Cándido. Está previsto que los vocales Carlos Jiménez Montilla (presidente del TOF), Gabriel Casas y Josefina Curi dicten sentencia el jueves 8 de julio.

Solicitud de penas

Desde ayer, pesa formalmente sobre Luis de Cándido el pedido de prisión perpetua como autor material de delitos de lesa humanidad. El ex policía fue acusado por Emilio Guagnini y por Julia Vitar, representantes de Familiares de Desaparecidos de Tucumán (Fadetuc), de ser integrante de la llamada "patota" policial que intervino en los secuestros. También lo acusaron de haber participado en las torturas: sostuvieron que se lo distinguía por su tonada cordobesa.

El mismo pedido, por parte de los letrados, recayó contra Menéndez y contra Albornoz: en el primer caso, como coautor mediato de todos los delitos imputados. Sobre el comisario (r), dijeron que varios elementos prueban que dirigía el Servicio de Información Confidencial (SIC) y que era responsable de las condiciones de detenciones y torturas ejecutadas en la ex Jefatura.

"Los Coronel fueron víctimas de violación ilegal de domicilio, sin orden judicial; privación ilegítima de la libertad; torturas, tormentos; y desaparición forzada vinculada con homicidio triplemente calificado, actuando sobre seguro y para garantizar su impunidad, en el marco del delito internacional de genocidio", aseguró Guagnini, en el desglose de delitos cometidos contra las víctimas (padre e hija).

"De Cándido era el autor material de los delitos. Contribuyó a la existencia y al funcionamiento del centro clandestino de detención, como miembro del SIC. Fue ascendido tres veces en un corto período por su ferocidad represiva", dijo el letrado. Añadió que De Cándido participó en el homicidio agravado de los Coronel, y que se benefició al quedarse con su casa de Chacabuco al 400, con lo que cometió usurpación.

El querellante acusó también a Carlos de Cándido de usurpar otra propiedad de los Coronel, en Fortunata García 1.062, y de intentar quedarse con esta, por medio de la prescripción adquisitiva. "También incurrió en encubrimiento de otros delitos cometidos en el contexto del delito de lesa humanidad", puntualizó. En su contra, pidió la condena de cuatro años de cárcel e inhabilitación especial y absoluta.

En todos los casos, reclamó que la pena sea cumplida en una cárcel común, ya que el beneficio de la detención domiciliaria es facultativo y no obligatorio para los jueces. Finalmente, rindió homenaje a los hijos de desaparecidos, que es incluso su condición individual (su padre, Diego Guagnini, fue secuestrado en 1977), algo que nunca antes había mencionado durante el proceso.