Los pesos pesado de la central obrera pusieron la firma para el lanzamiento del movimiento kicillofista y se suben a la pulseada con CFK por las cadidaturas.
Por José Maldonado.
En la conducción de la CGT no hubo fisuras en la decisión de acompañar el lanzamiento de Derecho al Futuro, el movimiento que tiene como referente a Axel Kicillof. Incluso dirigentes hasta ahora fuertemente identificados con Cristina Fernández de Kirchner, como el metalúrgico Abel Furlán, pusieron la firma en el documento que sacudió la interna del peronismo.
La formalización del respaldo a Kicillof fue el desenlace de un acercamiento político que se terminó de afianzar el año pasado con la llegada de Javier Milei al poder y apoyado en la esperanza que deposita buena parte de los dirigentes cegetistas en un movimiento dentro que desafíe y eventualmente enfrente a CFK y La Cámpora.
Axel Kicillof en la sede de la CGT por el Día del Trabajador le sonríe a Pablo Moyano con Héctor Daer a su derecha. Foto: Pilar Camacho
Con la mira en las listas
El objetivo 2025 es recuperar peso en la rosca por el armado de las listas legislativas del peronismo para la Cámara de Diputados y la Legislatura bonaerense. Este año terminan sus mandatos los diputados sindicales que entraron de la mano de CFK, como Vanesa Siley, Sergio Palazzo y Hugo Yasky, y la CGT aspira a quedarse con esos lugares para revertir este piso histórico de representación gremial en el Congreso.
El alejamiento con la expresidenta no tiene retorno. Ninguno de los dirigentes de la conducción cegetista estuvo presente en el acto de asunción de CFK al frente del PJ Nacional, un vacío que contrastó con la asistencia perfecta del triunvirato de secretarios generales a los primeros actos del axelismo del año pasado.
Firmas para Axel Kicillof
El documento de lanzamiento del espacio axelista lleva las adhesiones de los tres cosecretarios generales de la CGT, Héctor Daer, el barrionuevista Carlos Acuña y el camionero Octavio Argüello. También tiene las firmas de líderes sindicales nacionales, como Hugo Moyano(Camioneros), Juan Carlos Schmid (CATT), Furlán (UOM), Cristian Jerónimo (Vidrio), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y Rodolfo Daer (Alimentación), entre otros. Además de la conducción nacional de CGT, más de 70 delegaciones regionales de la central brindaron acompañamiento a la iniciativa de Kicillof.
El nexo para las adhesiones gremiales al movimiento fue Walter Correa, ministro de Trabajo de Kicillof, dirigente del gremio de curtidores y líder de la regional oeste de CGT. El alineamiento fue casi unánime. Se plegaron 70 delegaciones regionales y federaciones de muchon peso como FATSA (Sanidad), Peones de Taxis, Aeronavegantes del moyanista Juan Pablo Brey, Gráficos y Pasteleros, entre otras y la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte, que conduce el portuario Juan Carlos Schmid.
Entre los ausentes, resaltan los sectores de la Corriente Federal kirchnerista, como Bancarios; SMATA, el gremio de Mario Manrique y Ricardo Pignanelli alineado 100% con CFK, y el ex secretario general cegetista Pablo Moyano, otro que se alineó con la expresidenta y que tras su salida de la CGT se mantiene en silencio.
El apoyo sindical a Kicillof no se limitó a la CGT. El gobernador cosechó también el respaldo de las dos CTA, la que lidera el diputado nacional Hugo Yasky y la de Hugo "Cachorro" Godoy, hoy alineadas y jugando en tándem.
Una vía para enfrentar a CFK
Las tribus que comparten la conducción de la CGT enfrentan un 2025 clave. En noviembre será el congreso para la renovación de autoridades y en los meses previos muchos de ellos deberán revalidad la conducción en sus propios gremios. Pero la pelea central será por recuperar peso en la interna peronista, después de haber sido relegados en el último armado de listas por la lapicera de CFK.
Desde la llegada de Milei al poder, en Azopardo empezaron un acercamiento con Kicillof, a quien empezaron a considerar como la figura que podía emerger para enfrentar a CFK y abrir la participación dentro del peronismo a la central. En medio de un juego zigzagueante con la Casa Rosada -que fue de los dos paros generales a la mesa de diálogo por la reforma laboral-, la central obrera nunca dejó de dar gestos de respaldo al gobernador.
Daer, Acuña, Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez estuvieron sentados en la primera fila del acto por el 17 de Octubre que Kicillof encabezó en Berisso, uno de los primeros movimientos de autonomía política con CFK. En paralelo, se alinearon con el riojano Ricardo Quintela para enfrentar a Cristina por la presidencia del PJ, una batalla que quedó trunca.
"Es con un gobernador, no con personalismos", fue la chicana que desde la CGT le dedicaron a Cristina en ese momento. La expresidenta devolvió gentilezas recordando los paros de la central obrera contra su gobierno por Ganancias para contrastarlos con la actitud frente a Milei.
Kicillof es, para la cúpula de la CGT, la vía política a través de la cual validar esas diferencias históricas con CFK que ya no tienen vuelta atrás.
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