El Gobierno provincial acordó con la empresa Cartellone Construcción, que había ganado la licitación de la obra en 2008, la rescisión del contrato para la ejecución del Dique Toro Yaco en Santa María.
La construcción del embalse fue controversial desde el inicio de su licitación, durante el Gobierno del FCS. En primera instancia con la gestión radical por demoras en la entrega de los terrenos en donde se tenía que realizar, y con la actual gestión por diferencias entre funcionarios de Obras Públicas en el proceso de reacondicionamiento del proyecto en cuanto a los montos necesarios para su ejecución.
Tras conocerse la nulidad de la licitación, el Gobierno no descartó la ejecución del embalse, aunque informó que por ahora solo se avanzará con las obras complementarias. Se prometió de todos modos gestionar con el Gobierno nacional los fondos para la ejecución del dique.
La empresa realizó el pedido de rescisión del contrato a la provincia en 2011, durante la gestión de Eduardo Brizuela del Moral.
Meses atrás, cuando se empezó a analizar la rescisión del contrato, el ministro de Obras Públicas , Rubén Dusso, explicó que la decisión se tomó a partir de la difícil relación que se planteó entre la empresa y el Gobierno, tras las contradicciones devenidas del Gobierno del FCS.
La convocatoria a licitación para el dique de Toro Yaco se realizó en el 2008, pero la gestión del FCS recién contrató la obra a fines del 2010. El costo de ejecución era de 112.986.317,64 pesos.
Tras la contratación, la empresa comenzó a realizar presentaciones para solicitar que se libere la zona en donde se construiría el embalse. Sin embargo, el juicio de expropiación de los terrenos se inició recién dos años después, en agosto de 2011.
El plazo para la entrega de los terrenos venció el 17 de mayo de ese mismo año, y la entrega no se formalizó. La empresa solicitó la rescisión de Contrato el 30 de junio pero no obtuvo respuestas. Posteriormente, el Gobierno del FCS otorgó un anticipo financiero, del 10% ($ 11.298.631,76) del valor del contrato a noviembre de 2008.
El actual Gobierno, a través del ministerio de Obras Públicas, intentó renegociar la obra y propuso un costo mayor al proyecto original. El proyecto fue rechazado por el entonces secretario de Recursos Hídricos, Alberto Reinero, quien finalmente presentó su renuncia al cargo.
La obra del dique Toro Yaco fue licitada y concesionada a la empresa Cartellone Constructora por la gestión de Eduardo Brizuela del Moral en 2008.
El proyecto original era un murallón de hormigón de 70 metros de alto por 200 de largo para conformar un espejo de agua de 520 hectáreas con generación de energía a pie de presa.
La firma contratista nunca pudo iniciar los trabajos porque la gestión radical no concretó la expropiación de las tierras que iban a quedar cubiertas por el agua.
Cartellone inició entonces los trámites para rescindir el contrato, pero el nuevo Gobierno retomó las tratativas con el objeto de poner en marcha los trabajos.
El ministerio de Obras públicas le solicitó al secretario de Recursos Hídricos, Alberto Reinero, que firmara la refinanciación de la obra.
Reinero se negó a firmar el expediente con los nuevos montos, y la actitud generó un clima de tensión en el área.
Posteriormente, el funcionario kirchnerista se convirtió en la primera baja del Gobierno del FV al presentar su renuncia al cargo.
El Gobierno evalúa y, finalmente, materializa la rescisión del contrato en común acuerdo con la empresa contratista.
Toro Yaco, de todos modos, se hará, aunque con recursos nacionales y no provinciales como había prometido Brizuela del Moral. Así lo confirmó el propio ministro Dusso en una reciente visita al departamento Santa María, donde la expectativa por la obra es mucha por lo que significará para los servicios de agua potable y energía, aparte de la ampliación de la zona para cultivos y ganadería y mejora del riego con el agua del río Santa María.
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