El gerente General de Cammesa calculó el costo de ‘la fiesta’ de los subsidios en US$ 100 mil millones. Afirma que parte de los problemas se dan porque los entes reguladores no hacen nada.
La semana pasada Mario Cairella, el 1 de Cammesa, uno de los principales players del sistema energético del país, estuvo en Londres. Allí participó de un roadshow intentando convencer a inversores extranjeros para que vengan a Argentina. “La presentación salió muy bien, aunque saben que tienen que tomar los recaudos que tienen que tomar”, contó en el ciclo de conferencias del que participó en Córdoba. Cairella es el gerente General y vicepresidente Ejecutivo de la empresa que se encarga de conectar los trabajos de generadores, transportadores y distribuidores de energía en una gigantesca red por todo el país. Esa red es tan amplia que si se extendiera por Europa comenzaría en Edimburgo y se internaría más allá de Egipto. Economista y egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, Cairella desplegó en Córdoba su diagnóstico y perspectivas sobre el mercado energético. Fiesta. Según el funcionario, la magnitud de gran parte de los problemas estructurales del país puede comprenderse mejor analizando “la fiesta interminable” que gestó el esquema de subsidios montados por el kirchnerismo durante su administración. Ese desacople gestado por los subsidios tiene un número: US$100 mil millones. “El kirchnerismo dejó ese déficit que vamos a pagar todos durante bastantes años. Los desequilibrios macroeconómicos que tenemos se deben a esta fiesta. En el año 2018 tuvimos que soportar un déficit de $100 mil millones. Y la responsabilidad de esto no es únicamente del Gobierno nacional anterior, también le cabe a cada uno de los gobernadores de las provincias, que como son políticos y no son estadistas y viven por la elección que viene, se basan en algo que es el problema fundamental. A muchos gobiernos les conviene que la gente no sea educada porque el populismo le gana a la educación”, señaló. Remarcó, en esa línea, que el crecimiento del PBI que se vivió entre 2003 y 2008 se explicó, en gran parte, por los incentivos hacia el consumo y que ese consumo fue posible “porque no tuvimos que pagar las boletas de luz y gas”. Y resaltó el caso del exgobernador Jorge Busti, de Entre Ríos, quien “se dio el gusto de ahogar dos compañías americanas de distribución de energía. No les dio tarifa, no podían aumentar porque no quería perder votos y al final las empresas se fueron”. Otro caso, más cercano, según Cairella, es el de la actual Edarsa, de Río Negro, otra empresa provincial a la cual el gobernador no le autoriza aumentos tarifarios. Al Ciadi. En la semana en que se conocieron fallos en contra del Estado por la expropiación de Aerolíneas Argentinas de manos del Grupo Marsans, y de MET por la estatización del sistema previsional, Cairella remarcó que estos y muchos casos vinculados al mercado energético terminan en los tribunales del Ciadi, donde se pierde la gran mayoría de los conflictos: “Todo eso termina en ‘riesgo país’, que llega a 1.000 puntos por la incertidumbre política. Nadie quiere invertir en Argentina, excepto capitales financieros que hacen su carry trade”, apuntó. Entes que no regulan. Para terminar de cerrar el círculo nocivo, Cairella atribuye la responsabilidad de muchos de los problemas centrales y de los desfasajes que se observan en materia energética y de servicios públicos a la deficiente tarea de los entes regulares provinciales: “No tienen nada de reguladores. Son el brazo político del poder concedente, provincial o municipal. No hacen nada de lo que tienen que hacer. No hay un ente regulador nacional que controle los entes reguladores provinciales. Es como si la Afip dejara que cada una de sus oficinas provinciales haga lo que quiera. Y Afip de Santiago del Estero establece que el IVA no es más de 21%, sino de 4%. Los entes reguladores están haciendo lo mismo”, graficó. Tareas pendientes El economista José María Rodríguez también desplegó su diagnóstico sobre el mercado. Además de las oportunidades que presenta la explotación de Vaca Muerta y de las restricciones por la inestabilidad macro económica y por las dificultades por el costo del capital elevado, señaló una serie de “tareas pendientes” para el sector energético: “Reconstituir el mercado eléctrico mayorista, dando posibilidad que las generadoras firmen contratos de largo plazo con las distribuidoras, establecer contratos con el tipo de cambio de paridad y en cuanto a las jurisdicciones provinciales crear marcos regulatorios adecuados, contar con entes de regulación profesionalizados, promover el rol del sector privado, aprovechar el esquema de energía distribuida y avanzar con revisiones tarifarias integrales”.
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