Lejos del discurso de achicar el Estado, la estructura del vocero presidencial no para de crecer. El ascenso a la categoría de ministro coronó un proceso de asignación de recursos y de estructura que se inició con la gestión. La caja de la vocería asciende a más de 260 millones de pesos por mes que se van en contratos de todo tipo y color. Antes de ser promovido, ya contaba con más directores a su cargo que áreas sociales sensibles del Gobierno. Perlas del ejército que controla y su posible candidatura.